CHAVELA VARGA: El último trago

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Un brindis con Chavela Vargas 

Esther Vargas (@esthervargasc en Twitter) Lima, abr. 16 (ANDINA). La artista que nació en Costa Rica, pero que adoptó México como su patria habría cumplido hoy 94 años. A pesar de su desaparición el año pasado, la cantante vive en las redes sociales y en sus canciones como si nunca se hubiera marchado. Esta es la crónica de un brindis en su bar favorito.

Chavela Vargas

Chavela Vargas no ha muerto. La puedes tocar en el mural del Salón Tenampa, una vieja cantina de Plaza Garibaldi, hasta donde llegué para tomarme los tequilas que se pudieron a su lado. Los mariachis se acercan, toman nota de tu pedido y empiezan a cantar.   

Si tienes un amor para sufrir aprovecharás para hacer pedacitos tu corazón. Si resulta que eres bien amad@  buscarás un pretexto para llorar, siempre hay razones para recordar a un ex o desenterrar un amor que nunca fue. Chavela te inspirará y si no estás bien blindado, como suele ocurrir, te derrumbarás un poco, mientras su desgarradora voz te dirá “y vámonos / donde nadie nos juzgue/ donde nadie nos diga que hacemos mal/ y vámonos / alejados del mundo / donde no haya justicia / ni leyes ni nada/ nomás nuestro amor…”. 

La tarde en Ciudad de México apenas está por terminar y los bares ya están llenos. En el Tenampa, que se fundó en 1925, la historia de Chavela se puede beber. Ella jamás ocultó sus noches de tequila. Sus brindis como sus amores la llenaban de orgullo, y los defendía, aunque los hubiera sufrido. 

“Las personas, simplemente, aman o no aman. Los que aman, lo harán siempre a todas horas, intensa y apasionadamente. Los que no aman, jamás se elevarán ni un centímetro del suelo. Hombres y mujeres grises, sin sangre”, le dijo a El País de España.  

El cantinero te dice que allí mismo se sentaba la doña, que ella no ha muerto, porque su música está entre nosotros. Y con la mirada cómplice asegura que te puedes besar con tu amiga, y hasta él te hace la foto, porque él no se hace problema, él conocía a Chavela. Y te recuerda que estamos en Ciudad de México, donde está prohibido discriminar el amor, aunque te puedan matar a balazos. Bromea con la sonrisa congelada por su desafortunada verdad. “¿Quieren una foto, señoritas?”. 

Chavela es música, pero también es un símbolo para las mujeres y hombres homosexuales. Nunca negó su amor por las mujeres, pero tampoco lo gritó. Sus susurros eran poderosos. Pero de vez en cuando decía piropos a las (sus) mujeres en sus conciertos y recordaba anécdotas desgarradas que acababan en una de esas risas tan suyas. 

Le importaba un carajo el qué dirán y no pensaba si incomodaba a alguien. Cuando le provocaba confesar algunas verdades lo hacía sin miedo:  “Yo nací así. Desde que abrí los ojos al mundo. Yo nunca me he acostado con un señor. Nunca. Fíjate qué pureza, yo no tengo de qué avergonzarme... Mis dioses me hicieron así”.  

Chavela hubiera cumplido hoy 94 años. Pero su cuerpo y su corazón se apagaron y se marchó el 5 de agosto de 2012. “Me tomé cuarenta y cinco mil litros de tequila y aún puedo donar mi hígado”, decía. Mito o verdad, nadie sabe. Pero en su velorio, todos brindaron por ella.  

LOS SUYOS 

Pedro Almodóvar describe a la intérprete de "Un mundo raro" y "En el último trago" como un volcán que “hizo del abandono y la desolación una catedral en la que cabíamos todos y de la que se salía reconciliado con los propios errores, y dispuesto a seguir cometiéndolos, a intentarlo de nuevo”.

El cineasta que llevó la voz de Chavela al cine recordó el día de su muerte una de esas noches en las que ella había dejado de beber y él había abandonado el cigarrillo: “Éramos como dos síndromes de abstinencia juntos, ella me comentaba lo bien que le vendría una copita de tequila, para calentar la voz, y yo le decía que me comería un paquete de cigarrillos para combatir la ansiedad, y acabábamos riéndonos, cogidos de la mano, besándonos. Nos hemos besado mucho, conozco muy bien su piel”. 

El mundo, su mundo raro, la lloró. Joaquín Sabina no pudo evitarlo. Admiraba su especial manera de cantar llorando, “un quejio inigualable, una expresividad fuera de lo común, y unos cojones y unos ovarios nunca vistos en la música popular desde la muerte de Roberto Goyeneche”. 

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Chavela Vargas no ha muerto. Se  aparece en el Facebook para –vaya ironía–anunciar que ya se murió Sarita Montiel, que hace 30 años se fue Dolores del Río o que van 11 del fallecimiento de María Félix. También una tarde dio cuenta de un nuevo ausente: Bebo Valdez. Y los que seguimos a Chavela –que somos más de 80 mil– recibimos sus canciones en YouTube, sus fotos más íntimas, como esa que recibió muchos ‘me gusta’ donde aparece tendida y feliz al lado de Frida Khalo, uno de sus amores más intensos.

En Twitter, sus más de 100 mil ‘followers’, sabemos que ella no está tuiteando y que quizás nunca lo hizo, pero la retuiteamos con fervor porque sus mensajes tienen la calidez de la que nunca se fue.