La Cárcel Late, documental de 35 minutos, de Ana Catania
Maternidad responsable y lujuriosa: ¿una opción real para todas las argentinas?
Tengo el orgullo y el privilegio de presentar la obra de mi joven compatriota, quien nos brinda un claro resumen del caso cubierto por el excelente documental de su autoría 'La cárcel late',en el artículo que sigue.
Obsérvese que se muestra al final el enlace necesario para mirar el documental. Hágalo y no se arrepentirá.
SUSANA COLIMAN ES SENTENCIADA
A OCHO ANIOS Y MEDIO DE CARCEL
El triple estigma: pobre, mapuche y mujer
Ana Catania
La historia de Susana Colimán, como la de muchas mujeres, comienza con el dolor. Dolor de golpes y condiciones inhumanas de vivienda establecidas por su padre. Violencia no solo verbal por parte de la segunda esposa del padre, que repetía la opresión que ella misma sufriría. Violencia psicológica de los hermanos que repetían también la imposición paterna. Violencia de un sistema que, con su ausencia, la despojaba de lo poco que heredaba por el solo hecho de haber nacido. La violenta esclavitud de un embarazo no deseado y, luego, la que ella misma ejercía, también por reproducción de la violencia que había recibido o tal vez el único acto de liberación y reproche que se atrevió a hacer.
Susana Colimán es una joven que nació hace 26 años en la comunidad mapuche Linares en el paraje Aucapán, a 60 kilómetros de Junín de los Andes. Su madre, Elena Guajardo, víctima de la violencia de su marido abandonó su casa cuando Susana tenía dos años, quedando ésta a cargo del padre, Ricardo Colimán, quien luego volvió a formar pareja. En su casa la tenían en condiciones infrahumanas, dormía en la cocina sobre un cuero de animal, estaba mal alimentada y fue maltratada en la infancia y adolescencia. Como expresó su tía Alicia Colimán “era huérfana en su propia casa”.
Cerca de los 20 años, Susana huyó de su casa hacia la ciudad de Junín de los Andes. Allí vivió en casas de amigas y en muchas ocasiones deambulaba por las calles. Por ese tiempo quedó embarazada, pero ella lo ocultaba avergonzada. Ni siquiera los médicos que la atendieron en tres ocasiones, por diferentes razones, durante la gestación notaron su embarazo.
Ella concibió a su hijo sola en el baño de la casa donde se alojaba temporalmente, la madrugada del 16 de septiembre del 2004. Su estado de conmoción era tal que no era conciente de lo que le sucedía, sentía “solo sangre y un dolor terrible” y expresó: “me salió del cuerpo”. Luego, la dueña de la casa, Martina Iral, llamó a la policía explicando que “había encontrado un feto con un corte en el cuello”. Una hora después, la trasladaron al Hospital de Junín de los Andes, encerrada y esposada en un móvil policial (no en una ambulancia), cuando todavía no expulsaba la placenta. La psicóloga que la atendió, Claudia Barrionuevo, expresó que “Susana presentaba marcas de abandono, explotación laboral, violencia física y psicológica”.
Allí recibió asistencia médica y psicológica, aunque la mantenían esposada y bajo vigilancia. Cuando aún no le habían dado el alta psicológica, la trasladaron a la Unidad Penitenciaria N° 16 de la ciudad de Neuquén, donde permaneció encerrada desde octubre del 2004. Susana Colimán, fue condenada el 8 de noviembre del 2005, por la Cámara Multifueros de la ciudad neuquina de Zapala, a ocho años y seis meses de pena de cumplimiento efectivo.
Ante una apelación al juicio por parte de la Asociación Zainuco, el fallo fue anulado por el Tribunal Superior de Justicia de Neuquén a mediados de este año y desde octubre le dieron prisión domiciliaria en espera de un nuevo fallo.
Publicado en Revista Devenir, Nº 8, www.colectivodevenir.com.ar
Link al video La Cárcel Late:
http://www.revolutionvideo.org/agoratv/secciones/genero/la_carcel_late.html
El triple estigma: pobre, mapuche y mujer
Ana Catania
La historia de Susana Colimán, como la de muchas mujeres, comienza con el dolor. Dolor de golpes y condiciones inhumanas de vivienda establecidas por su padre. Violencia no solo verbal por parte de la segunda esposa del padre, que repetía la opresión que ella misma sufriría. Violencia psicológica de los hermanos que repetían también la imposición paterna. Violencia de un sistema que, con su ausencia, la despojaba de lo poco que heredaba por el solo hecho de haber nacido. La violenta esclavitud de un embarazo no deseado y, luego, la que ella misma ejercía, también por reproducción de la violencia que había recibido o tal vez el único acto de liberación y reproche que se atrevió a hacer.
Susana Colimán es una joven que nació hace 26 años en la comunidad mapuche Linares en el paraje Aucapán, a 60 kilómetros de Junín de los Andes. Su madre, Elena Guajardo, víctima de la violencia de su marido abandonó su casa cuando Susana tenía dos años, quedando ésta a cargo del padre, Ricardo Colimán, quien luego volvió a formar pareja. En su casa la tenían en condiciones infrahumanas, dormía en la cocina sobre un cuero de animal, estaba mal alimentada y fue maltratada en la infancia y adolescencia. Como expresó su tía Alicia Colimán “era huérfana en su propia casa”.
Cerca de los 20 años, Susana huyó de su casa hacia la ciudad de Junín de los Andes. Allí vivió en casas de amigas y en muchas ocasiones deambulaba por las calles. Por ese tiempo quedó embarazada, pero ella lo ocultaba avergonzada. Ni siquiera los médicos que la atendieron en tres ocasiones, por diferentes razones, durante la gestación notaron su embarazo.
Ella concibió a su hijo sola en el baño de la casa donde se alojaba temporalmente, la madrugada del 16 de septiembre del 2004. Su estado de conmoción era tal que no era conciente de lo que le sucedía, sentía “solo sangre y un dolor terrible” y expresó: “me salió del cuerpo”. Luego, la dueña de la casa, Martina Iral, llamó a la policía explicando que “había encontrado un feto con un corte en el cuello”. Una hora después, la trasladaron al Hospital de Junín de los Andes, encerrada y esposada en un móvil policial (no en una ambulancia), cuando todavía no expulsaba la placenta. La psicóloga que la atendió, Claudia Barrionuevo, expresó que “Susana presentaba marcas de abandono, explotación laboral, violencia física y psicológica”.
Allí recibió asistencia médica y psicológica, aunque la mantenían esposada y bajo vigilancia. Cuando aún no le habían dado el alta psicológica, la trasladaron a la Unidad Penitenciaria N° 16 de la ciudad de Neuquén, donde permaneció encerrada desde octubre del 2004. Susana Colimán, fue condenada el 8 de noviembre del 2005, por la Cámara Multifueros de la ciudad neuquina de Zapala, a ocho años y seis meses de pena de cumplimiento efectivo.
Ante una apelación al juicio por parte de la Asociación Zainuco, el fallo fue anulado por el Tribunal Superior de Justicia de Neuquén a mediados de este año y desde octubre le dieron prisión domiciliaria en espera de un nuevo fallo.
Publicado en Revista Devenir, Nº 8, www.colectivodevenir.com.ar
Link al video La Cárcel Late:
http://www.revolutionvideo.org/agoratv/secciones/genero/la_carcel_late.html
¿Y que dirá de esto la Presidenta del país,( en la foto , vestida con abrigo de encaje blanco, detrás de su hija de 17 años), que es contraria a la legalización del aborto, en un país adonde se registran más de 600.000 abortos ilegales por año? No será la suya una 'opinión basura'?
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