POEMA DE MARIANA FINOCHIETTO
En las tierras oscuras donde el miedo era rey
construí una casa con el barro del río.
Sometí a la materia, la moldee entre mis manos,
le di forma de hombre, de ventana, de hijo.
Con mis ojos de amor parí cada mañana
un sol para entibiarme en los días más fríos.
Vi crecer las glicinas, florecer, derramarse,
convertirse en manojos de violencia azulada.
Vi pasar a los pájaros en su huida hacia el sur.
Los contemplé al volver en la urgencia del nido.
Todo es tan poco siempre cuando se mira lejos.
Tan poco y diminuto y lejano y perdido.
Debo dar las gracias a mis pequeñas muertes
por este cuerpo mío de vida generosa.
Llevo la cicatriz del que ha perdido todo de una perra vez.
Como todo el que aprende, yo también aprendí
que uno es apenas la suma
de todos los demonios que se ha devorado.
*De Mariana Finochietto.
mares.finochietto@gmail.com
http://temblor-esencial.blogspot.com.ar/
Tomado del blog de Eduardo Francisco Coiro, CABA, Argentina
01/10/2o17
Uf. Fuertísimo nudo final. Muy buen poema. Con mi abrazo, Marta.
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