Olimpia Valencia, la primera doctora
La ginecóloga fue la primera gallega en licenciarse en Medicina y en doctorarse
Vigo,
Olimpia Valencia abrió una clínica en el centro de la ciudad donde trabajó hasta los años sesenta.
En Oia, en la urbanización de Cabo Estai, Vigo tiene una de sus pocas calles dedicadas a una mujer. Como sucede en otras muchas ciudades, producto de un machismo ancestral, aquí hay más callejero para xílgaros, corvos mariños y miñocas que para ellas. En buena parte, porque a lo largo de los siglos no se les permitió participar de la vida pública. Además, se aplastó a las que intentaron tener protagonismo. Por eso, salvo un puñado de reinas y santas, apenas hay mujeres en los libros de historia.
Por eso tiene valor la placa de esta calle entre chalés, que dice: «Olimpia Valencia». Es probable que solo los vigueses más veteranos sepan quién fue. Porque se trata de la primera gallega que consiguió un doctorado. Lo hizo en Madrid, en Medicina. Y ejerció en la ciudad olívica durante décadas, siendo la primera médica con consulta propia. Para lograrlo, tuvo que vencer al absoluto machismo dominante durante la dictadura franquista. Y, también, al baldón de haber defendido el Estatuto de Galicia durante la República, al punto de que fue detenida y encarcelada al comienzo de la Guerra Civil, acusada de ¿roja? y militante del Partido Galeguista. La doctora Valencia se impuso a todas las adversidades y se convirtió en una pionera.
Olimpia Valencia nació en Baltar, en Ourense, el 14 de diciembre de 1898. Con apenas 12 años, se trasladó a Vigo con sus padres. En la antigua Academia Minerva, preparó por libre el Bachillerato y Magisterio. Hasta que decidió abrazar su verdadera vocación: la Medicina.
En 1919, Valencia ingresa en la Facultad de Medicina de Santiago. Seis años después, en 1925, se convierte en la primera mujer gallega que logra la licenciatura en Medicina, con un expediente académico brillante, que incluye 19 matrículas de honor y premio extraordinario. La mujer sigue siendo una rareza en la universidad en esa época. Y, cuando Olimpia Valencia sugiere que desea especializarse en enfermedades del neumotórax, recibe presiones para que desista. Está mal visto que las mujeres médicas tratasen a los hombres. Así que su salida natural (aunque hoy suene ridículo) era la ginecología, lo que le garantizaría tratar siempre con pacientes de su sexo.
Olimpia Valencia se traslada a Madrid a la Residencia de Señoritas, versión femenina de la Residencia de Estudiantes donde estaban en esos años Dalí, Buñuel o Lorca. Con su brillantez intelectual, lee su tesis y se convierte en la primera gallega en la historia que alcanza el título de doctora.
Clínica en el centro
De vuelta en Vigo, abrió clínica en el centro y puso su placa de ginecóloga, aunque tuvo que vencer muchos prejuicios. De la intelectualidad de Madrid, vivida en el ambiente cultural de la Residencia de Estudiantes, pasó a la viguesa sin problemas y se relacionó con las figuras del galleguismo de la época. Así, en junio de 1931, aceptó encabezar un llamamiento de apoyo a los candidatos de la provincia de Pontevedra por el Partido Galeguista.
Tras el golpe de Franco, en febrero de 1937 es detenida y pasa cuatro días en el cuartelillo de la Guardia Civil, tras los que es liberada. Si una mujer lo tenía difícil en esos años, el baldón de una presunta simpatía por los «rojos» debió de poner a Olimpia Valencia en una situación difícil.
Olimpia Valencia tuvo una larga carrera como ginecóloga. Se jubiló en la década de los años sesenta. Además, fue una de las fundadoras de la Alianza Francesa en Vigo. Murió en el año 1987. Hoy una calle en Oia, entre los chalés de Cabo Estai, recuerda el nombre de esta pionera.
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