Tension frente a la Catedrak |
Fuente TELAM |
HUBO DOS FEMICIDIOS EN MAR DEL PLATA EN ESTOS DIAS. Y, AL FINAL, LA MASIVA MARCHA FUE REPRIMIDA EN LA CATEDRAL
Final con sesenta mil mujeres en las calles
El Encuentro Nacional de Mujeres culminó ayer en Mar del Plata con una masiva marcha de 60 mil mujeres que llegaron de todo el país. Por primera vez en la historia de estas reuniones, la manifestación de cierre fue reprimida.
Por Marta Dillon
Desde Mar del Plata
El XXX Encuentro Nacional de Mujeres cierra hoy después de dos días de intensos debates en 65 talleres que abarcan casi todos los temas que atraviesan la vida de las mujeres, lesbianas y trans y otras actividades paralelas que tuvieron su epicentro en la plaza Mitre y que congregaron miles de mujeres para escuchar a feministas latinoamericanas dar cuenta de sus propias trayectorias en la organización feminista popular o para escuchar la experiencia de una combatiente del ejército kurdo que lucha contra el Estado Islámico pero también “contra nuestra propia formación patriarcal, contra nuestras propias prácticas anquilosadas”, como dijo mientras era traducida en simultáneo en una radio abierta al aire libre que sostuvieron una decena de programas feministas que se emiten desde distintos medios alternativos. Pero ese panorama se volvió más oscuro que la noche encapotada de nubes cuando se desató la represión en la puerta de la Catedral, lugar emblemático de cada ciudad donde el ENM encuentra sede para que las encuentreras manifiesten su bronca por el modo en la Iglesia Católica pretende condicionar la vida de todas con su dogma. Al cierre de esta crónica, al menos cinco mujeres jóvenes quedaban retenidas dentro del templo católico hacia donde habían sido arrastradas por la policía. Otras más mostraban los impactos de balas de goma en diferentes partes del cuerpo –una de ellas periodista del suplemento Soy, de este diario–, en algún caso muy cerca del ojo. Nunca en treinta años de Encuentros se había disparado contra las asistentes aun cuando el modo de manifestarse al cierre de éstos siempre tuvo la misma tradición de manifestarse frente a las distintas catedrales. Y nunca tampoco como ahora, se detuvo a un grupo de mujeres dentro de un templo; algo que se parece más a una detención ilegal que a la intención de dispersar una manifestación.
Como si los dos femicidios que se sucedieron mientras decenas de miles de mujeres de todo el país debatían sobre sus trayectorias, sus resistencias, alianzas y vulnerabilidades no hubieran sido violencia suficiente, como si no pudiera leerse de qué modo se actualiza la consigna Ni Una Menos cada día aun desde la impotencia de saber que el conteo de víctimas no se detiene; el clima en la ciudad supuestamente feliz fue hostil durante todo el fin de semana contra quienes asistieron al Encuentro. Se cubrieron los murales que se pintaron para saludar estas tres décadas de Encuentros con pintadas fascistas, salieron a la vereda hombres encabritados contra las manifestantes dispuestos a irse a las manos contra quienes hacían pintadas en la vereda, se atacó a las activistas de Socorristas en Red –un grupo que en todo el país asiste a las mujeres que necesitan abortar y no ecuentran ayuda en los hospitales públicos– al tarde y muy cerca de la plaza feminista con golpes y amenazas con palos. También se recibió la denuncia de una mujer que habría sido violada la noche del sábado aunque no se pudo terminar de chequear esa información, la mujer quedó internada en el hospital zonal.
Sin embargo y como se cantó a lo largo de la marcha que duró tres horas y copó literalmente la ciudad de banderas y cantos antripatriarcales, “a pesar de todo, les hicimos el Encuentro”. Porque las mujeres están empoderadas, porque saben que poner el cuerpo en la calle hace la diferencia y que hay un capital político abierto el 3 de junio que es necesario capitalizar. Por eso ahora la consigna a favor del derecho al aborto se sostuvo pero enmarcada en que la criminalización y la clandestinidad es una forma de violencia hacia las mujeres que igual que en los femicidios puede terminar en muerte, en la muerte sobre todo de mujeres pobres. De esta manera los reclamos confluyen y se renuevan, convergen y se potencian porque la voz es una sola: Basta. Y es a ese basta, como suele suceder con la violencia machista que sostiene el patriarcado, que como todo sistema de dominación necesita tener elementos de coerción para subsistir.
El ENM salió igual fortalecido, nunca como antes hubo tantas mujeres que llegaron por primera vez a encontrarse con otras. Hoy con las conclusiones de los distintos talleres, llegará también la designación de la próxima sede y también la esperada declaración en contra de la represión sufrida anoche, en la que participó, como testigo privilegiado en las escalinatas de la catedral del lado de los católicos, Carlos Pampillón, un dirigente de ultra derecha con estrecha vinculación con el candidato que ganó las Paso, Carlos Arroyo, de Cambiemos.
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