Pelicula Mr Albert Nobbs, 2011, Irlanda.
Sólo debes ser quien eres
Albert Nobbs
Rodrigo García, Reino Unido - Irlanda 2011
Por Cristina Bringas
Es conocido el tortuoso camino que la
mujer ha tenido que recorrer a lo largo de la historia; pese a sus
virtudes y a su vital importancia social, el género femenino
primordialmente se ha mantenido marginado de realizar ciertas
actividades. Durante siglos (y lamentablemente aún a la fecha) en muchas
sociedades se ha acostumbrado a tomar todo tipo de decisiones por la
mujer, desde con quién será desposada hasta cuántos hijos va a tener,
pasando por sus rutinas diarias.
Estas limitaciones han ido orillando a
las mujeres a tomar ciertas acciones que para muchos pueden parecer
inconcebibles, pero que tal vez podrían ser las únicas alternativas
posibles; si bien hay situaciones en donde la mujer se ha tenido que
someter, otras en donde deciden por convicción limitarse a lo que su
vida les permite, y otras en que han encontrado caminos alternos, donde
se ven en la necesidad de poner en riesgo su propia identidad. No es lo
mismo decidir dejar de ser quien eres por convicción, que por necesidad.
De esto trata Albert Nobbs, película de Rodrigo García (Nueve vidas, 2009 y Madres e hijas, 2009),
basada en el cuento de George Moore “The singular life of Albert
Nobbs”, cuyo tema principal es la vida de un hombre con aspiraciones de
una existencia mejor, que ha llegado al punto de olvidar qué es lo que
realmente desea: libertad.
Nobbs es un mayordomo irlandés que
trabaja en un hotel y que ha luchado toda su vida por salir adelante,
ahorrando cada centavo ganado para, eventualmente, poner su propio
negocio y alcanzar el equilibrio anhelado de una vida digna y bien
trabajada, lo que, asegura, le brindará felicidad. Lo que para todo
hombre podría parecer común, para Albert es doblemente difícil, dado que
no fue un hombre toda su vida, antes fue concebido y criado como una
mujer, hasta que la vida lo orilló a dejar de serlo.
¿Qué
podría impulsar a una mujer a esto? Tal vez la imposibilidad de trabajo
y crecimiento, tal vez la incredulidad del resto del mundo ante las
capacidades de la mujer, tal vez eventos traumáticos, tal vez una
orientación o preferencia diferente, o quizá un profundo deseo de ser
diferente, de convertirse en alguien más y olvidar a los fantasmas. Sea
cual fuere la razón, historias de mujeres que han cambiado su género
ante la sociedad hay miles (basta con ver películas como Juana de Arco o Pope Joan). Pero lo realmente importante es que Nobbs tiene una vida por la que ha luchado y con la que está conforme.
Glenn Close, nominada por sexta ocasión a
un premio de la Academia, ha encarnado con anterioridad a Nobbs en
teatro, y esta vez ha llevado a la pantalla grande la simple y –a la
vez- compleja historia de este mayordomo con un estoicismo que no es tan
común en sus interpretaciones. A ratos Albert –siempre atento, siempre
amable- parece inerte y sin un alma que impulse sus movimientos ni
decisiones. Con una mirada vacía y un cuerpo compacto, hace sus
quehaceres y continúa con su vida diaria.
Sin
embargo, en su interior pareciera que –aunque ha luchado por esto-
Nobbs no está conforme con su vida, anhela y desea otra realidad, una
por la que trabaja; no obstante, tal vez en el tránsito hacia esta
felicidad que comprará con sus ahorros, se atravesará el velo de la
verdad, en la que se dará cuenta de que no es esto lo que ha buscado
toda su vida, sino luchar por ser quien es en realidad.
La película de García, que es bastante
efectista y simple cinematográficamente, va un poco más allá que otras
cintas similares, dado que en ésta, el personaje no se ha dado cuenta de
que lo que busca no es lo que realmente quiere hacer. Albert Nobbs se
dará cuenta muy tarde en su vida que desea ser libre, pero que eso no lo
podrá obtener con una tienda de cigarros ni con una esposa, sino que lo
conseguirá aceptando su identidad.
Contrario a lo que muchos pensarían,
este personaje no ha buscado esta circunstancia por el afán de ser un
hombre, sino por la necesidad de dejar de ser una mujer; esto es lo que
diferencia a la cinta de otras muchas que han tocado este mismo tema.
Ahí estriba también el trabajo de Glenn Close, que muestra como Nobbs no
se aprovecha de su condición, sino que –por el contrario- se limita y
cohíbe, teme por su actitud, se minimiza.
Rodrigo
García, que tiene ya un camino andado en películas sensibles y con
personajes femeninos poderosos, regresa al cine con esta visión
costumbrista, en donde retrata la posición social de la mujer en el
siglo XIX. Si bien a ratos parece más una teleserie (dado que
cinematográficamente no es aventurada ni tan meticulosa), en todo
momento el film se mantiene hermético, tal como Albert se contiene a
cada minuto de su historia.
La mancuerna que logran la actriz y el director, junto con los otros
miembros del reparto, así como el maquillaje y el vestuario, es lo que
da a la película las cualidades necesarias para ser mencionada. El papel
parece haber sido hecho a la medida de Glenn Close (literalmente, ya
que ella ha contribuido también al guión). De cualquier modo, Albert
Nobbs debe recordarle al espectador la importancia de luchar por lo
sueños, pero sobre todo, nunca olvidar que lo más importante es ser uno
mismo y asumir las consecuencias que esto conlleve. La autenticidad y la
armonía con uno mismo es lo único que puede mantenernos a flote.
Espero poder verla pronto!
ResponderBorrarGracias por el dato.
Ricardo