ARGENTINA: poesía reciente de Silvia Loustau
por Silvia Loustau
II
El sol ascendió. Barras verdes y amarillas cayeron sobre la playa dorando los costillares de la consumida barca, acerando las algas. La luz perforaba las delgadas y rápidas olas, quienes se deslizaban, como abanicos sobre la arena.
La muchacha al sacudir la cabeza hizo bailar las piedras preciosas, el topacio, el aguamarina, todas las piedras con chispas bajo los líquidos colores, dejó al descubierto su piel, trazó un recto sendero sobre las olas, cuyos destellos de escamas se oscurecieron.
IV
La dura piedra del día estaba resquebrajada ,la luz se colaba por la grietas. Rayos rojos y dorados, como rápidas flechas con plumas de tiniebla, traspasaban las olas. Sin orden ni concierto, vagaban destellantes rayos de luz, señales emitidas por islas secretas, o dardos disparados por entre matas de laurel por muchachos felices y desvergonzados. Las olas caían en larga percusión, muro derrumbado, muro de piedras grises en el que ni una raya de luz había perforado un orificio blanco.
V
los ávidos peces
vuelan sobre filo de las olas.
se erizan las aguas.
viento del sudeste
se pliegan las velas.
cardumen a la vista
silban las redes
hendiendo el aire.
un torbellino plateado
enciende las intensas olas.
.
VII
el otoño se aleja con sus fuegos
huele a incendio antiguo
a blancos huesos xilofónicos
bastaría invocarte
transponer la ausencia.
Lluvia en el mar, foto de Yanina Hinrichsen,(c)2009
Lluvia en el mar, foto de Yanina Hinrichsen,(c)2009
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