POEMA de Rubén Amaya
Yo andaba recorriendo
la dulce intimidad
de la siesta tucumana.
¿se lustra? Disparaste
con la inocencia fresca
de tu pupila invicta.
Una triste muchedumbre
me desbordó a mansalva
detrás de tu sonrisa.
Como un clavel marchito,
tu cara de pomada,
es un negro horizonte.
Changuito, nene, gurí, pibe;
son los nombres del dolor,
que nos muerde al nombrarte.
Son las treinta monedas,
de la estafa mortal,
a mi país descalzo.
Rescatando senderos,
con tu oscura inocencia
de cepillo y pomada,
te alejaste en bandada,
como un mar de puñales
que desangró la calle.
También se puede ver en
http://mispoetascontemporaneos2.blogspot.com.ar/2013/10/poema-de-ruben-amaya.html
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