MEXICO:Comunicado de personal y estudiantes de la Universidad de Guadalajara
Comunicado de los profesores, estudiantes y trabajadores administrativos
de la Universidad de Guadalajara
sobre los crímenes de Iguala y la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa
Al pueblo de México.
A la comunidad internacional.
Hace prácticamente dos meses, la noche del 26 de septiembre de 2014, seis personas ─tres de las cuales eran estudiantes de la escuela normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero─ fueron asesinadas en el centro de Iguala por agentes policiales. Los mismos policías municipales de Iguala y Cocula detuvieron extrajudicialmente a cuarenta y tres normalistas de Ayotzinapa, de cuyo paradero no ha llegado a saberse nada todavía, salvo que fueron entregados a la organización criminal conocida como Guerreros Unidos.
El gobierno federal, a través de la Procuraduría General de la República, se hizo cargo del caso a partir del 4 de octubre, diez días después de ocurridos los hechos, y sus investigaciones, desprovistas por ahora de toda legitimidad científica y, por ello mismo, de credibilidad, apenas han avanzado por la vía del interrogatorio y la confesión. Incluso existen dudas respecto a los procedimientos que desembocaron en la detención, el 4 de noviembre, del presunto autor intelectual de los crímenes: el alcalde destituido de Iguala, José Luis Abarca Velázquez.
En los más de cincuenta días que han transcurrido desde aquel 26 de septiembre, diferentes hechos han venido a sumarse al problema original, agravándolo, al grado de convertir el llamado “caso Ayotzinapa” en una profunda crisis política. El presidente de la República, Enrique Peña Nieto, incapaz de recorrer los 200 kilómetros que separan a Iguala de la capital del país, no ha dudado, en cambio, en hacer un viaje largo, aparatoso y políticamente innecesario a China y Australia, mientras la población de Guerrero y de todo México pasa de la confusión al dolor y del terror a la indignación.
Los partidos políticos tampoco han sabido identificar las prioridades de la sociedad mexicana y se han limitado a celebrar la destitución del gobernador de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, absteniéndose de presionar a las autoridades responsables con verdadera firmeza. Múltiples focos de protesta, no exentos de furia en algunos casos, han ido haciéndose visibles en todo el territorio nacional y en diferentes lugares del mundo.
Pese a la desesperación y hartazgo de la ciudadanía, el presidente Peña Nieto declaró el 15 de noviembre, al regresar de su polémico viaje, que espera “no tener que usar la fuerza pública” para sofocar, desarticular e impedir la protesta social. Es de temerse que otros gobernantes y funcionarios, tanto a nivel federal como en los estados y municipios del país, al igual que muchos medios informativos, piensen que vale más inhibir las manifestaciones de inconformidad que combatir sus causas: la corrupción, la impunidad y la violencia, entre otras.
Los que firmamos esta carta, miembros del personal académico, el personal administrativo y la comunidad estudiantil de la Universidad de Guadalajara, expresamos nuestra solidaridad con los padres, amigos y compañeros de quienes han padecido la muerte o la desaparición forzada en este horrible acontecimiento: su dolor es el nuestro, su indignación es la nuestra y sus exigencias de rigor, claridad, transparencia y justicia expedita son también las nuestras. Los agentes y funcionarios del CISEN, la PGR y otras oficinas del Estado encargadas del caso deben conseguir que aparezcan lo más pronto posible los normalistas de Ayotzinapa, mientras que otros servidores públicos, trátese del presidente de la nación o del procurador general de la República, tienen que ser llamados a cuentas por su irresponsabilidad, inconsciencia y escaso compromiso con la salud moral del país.
Consideramos que las autoridades de todos los niveles y de los tres poderes han contribuido, por acción o por omisión, al hartazgo que sufrimos como sociedad. Exigimos a los gobernantes de todos los niveles que actúen con la máxima responsabilidad ante la gravísima situación que vive el país.
En la memoria de nuestra sociedad pesa una larga historia de represión y violencia ejercida para sofocar la disidencia social. No aceptaremos que se reprima una vez más la expresión de nuestras ideas y demandas legítimas.
¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
¡No a la represión!
Guadalajara, Jalisco, 20 de noviembre de 2014.
Chávez Gutiérrez, Ma. Rita y 469 firmas más
Dra. María Rita Chávez Gutiérrez
Departamento de Desarrollo Social
Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades
Universidad de Guadalajara
01 (33) 38.19.33.22
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