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Sara Beatriz
Guardia
Directora
CEMHAL
La aventura y el
viaje siempre fueron vistos como asuntos de
competencia masculina; a las mujeres les estuvo
prohibido escapar de los roles asignados, salir
físicamente del espacio establecido y
movilizarse solas. Por ello, la literatura de
viajes se inició en América con escritos de
exploradores,
corsarios y piratas. Sin embargo, las mujeres
viajaron y mucho. Se aventuraron a través de
territorios desconocidos por diversas razones:
para esconderse, por compromiso, obligadas, por
placer, para estudiar, y escribir. Viajes que no
necesariamente significaron un desplazamiento
geográfico, sino también una manera de
transformar la ideología orientada a restringir
su movilidad e independencia.
Este estudio
trata del viaje de Francisca Pizarro Yupanqui,
nieta del Inca Huayna Cápac, hija de Inés
Huaylas, y del conquistador español Francisco
Pizarro a mediados del siglo XVI. Viaje largo e
intenso desde El Callao hasta Sevilla, desde el
imperio vencido hasta España, cuando aún era una
potencia colonial.
Antecedentes
En 1532,
Francisco Pizarro desembarcó en Tumbes, actual
frontera entre el Perú y Ecuador, y poco después
inició el ascenso de la cordillera andina con el
objetivo de llegar a Cajamarca donde, según
informes de
Francisco de Soto, confirmados
posteriormente por Pedro Pizarro,
se encontraba el Inca Atahualpa.
En el mensaje que le envió al Inca, le decía
que venía a tributarle respeto, y prosiguió
viaje hasta que el 15 de noviembre de 1532 llegó
a Cajamarca encontrando la plaza principal
vacía. Más grande “que ninguna de España, toda
cercada con dos puertas, que salen a las calles
del pueblo. Las calles son de más de doscientos
pasos en largo, son muy bien hechas, cercadas de
tapias fuertes”.
Al día
siguiente, Atahualpa hizo su ingreso a la ciudad
rodeado de un importante séquito y “escuadrones
con coronas de oro y plata”.
Estaba por producirse un violento encuentro
entre dos mundos diferentes, y el inicio del
dominio español que impuso religión, idioma,
costumbres, economía, y cultura.
En ese período tanto los vencedores como los
vencidos atravesaban por momentos decisivos de
su historia. Expulsados los árabes en 1492, los
españoles iniciaron una reforma tendiente a
afianzar la unificación de los reinos bajo la
regencia de los Reyes Católicos. Pacificación
interna, reformas económicas y la religión
católica promovida por la Inquisición, son
algunas de las características esenciales de la
constitución de España como nación. Mientras que
en el Imperio Incaico a la muerte del Inca
Huayna Cápac, la lucha fraticida entre Huáscar y
Atahualpa en franca disputa por el poder
convulsionó el Tahuantinsuyo, un vasto imperio
que abarcó desde el sur de Colombia, Ecuador,
Perú, Bolivia, y el noroeste de Argentina hasta
Chile.
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