POETA LIBRE Y TRANSGRESORA, Rosalía de Castro nace el 24 de febrero de 1837 en Santiago de Compostela

by Elena G | 01/04/2019

Rosalía de Castro, una Poeta Libre y Transgresora

Alma que vas huyendo de ti misma,

¿Qué buscas, insensata, en las demás?

Considerada, junto a Bécquer, como la precursora de la poesía española moderna, la escritora y pensadora Rosalía de Castro es una de las figuras más importantes del panorama literario del siglo XIX y valiente testimonio de la lucha intelectual contra la discriminación de la mujer de su tiempo.

Venid ahora vosotras, esclavas mías, hermosas hijas del libre pensamiento, que lucháis por romper unas cadenas que sólo desata la muerte; valientes amazonas que no vaciláis en medir vuestras fuerzas con el gigante invisible que os vence.

Rosalía de Castro nace el 24 de febrero de 1837 en Santiago de Compostela. Hija de una madre soltera y noble (e ilegítima de un sacerdote), es criada por su madrina para evitar que la pequeña sea enviada a un orfanato. Con predisposición para las artes, la pequeña Rosalía es desde niña una apasionada de la literatura, la música, la declamación y el dibujo. A los 12 años, publica su primer poemario, La Flor, que recibe grandes críticas de, entre otros, el historiador Manuel Murguía, impulsor del Rexurdimento –período de la historia de Galicia durante el cual se revitalizó la lengua gallega–. Ambos se casan y, a partir de entonces, él la anima en su carrera literaria y la ayuda con la publicación de algunas obras como Cantares gallegos (1863), un poema de denuncia social que la convierte en “la voz del pueblo oprimido”. Insólitamente escrita en gallego e influenciada por el canto, el ritmo y la música patrias, se convertirá en un modelo histórico y literario en su tierra madre, todo un símbolo del pueblo gallego campesino.


Pero a pesar del apoyo recibido en su carrera literaria, Castro reconoce a principios del siglo XIX, en el prólogo de La hija del mar (1859), que “todavía no les es permitido a las mujeres escribir lo que sienten y lo que saben“, denunciando la dificultad (casi prohibición) para la mujer de convertirse en escritora en un tiempo donde esta actividad está reservada únicamente a los hombres. Pero quizá es en el texto publicado en el Álbum del Miño de Vigo, donde la precoz escritora, de sólo 21 años, publica una declaración de intenciones que la acabará convirtiendo en uno de los símbolos del feminismo literario en la península ibérica.

Cuando los señores de la tierra me amenazan con una mirada, o quieren marcar mi frente con una mancha de oprobio, yo me río como ellos se ríen y hago, en apariencia, mi iniquidad más grande que su iniquidad. En el fondo, no obstante, mi corazón es bueno; pero no acato los mandatos de mis iguales y creo que su hechura es igual a mi hechura, y que su carne es igual a mi carne. (…) Yo soy libre. Nada puede contener la marcha de mis pensamientos, y ellos son la ley que rige mi destino.

Sin embargo, como se encarga de reivindicar la sociolingüista y profesora María Pilar García Negro, autora de Rosalía de Castro: una feminista en la sombra, parece haber un fuerte empeño en fabricar (y no por casualidad) una “imagen mítico-falsa de resignación, saudade pasiva, sentimiento morboso, limitación intelectual, santurronería...” de la pensadora, que encajaría con la idea de la mujer tradicional “sumisa, melancólica, resignada, pasiva y subordinada” y que, sin embargo, muy poco tiene que ver con aquella escritora de espíritu enérgico, cuya transgresión radicaba en la creación de personajes femeninos incomprendidos, sometidos, aislados o censurados que intentaban rebelarse. Como escribía sobre Castro el ministro González Besada, el más célebre de los políticos gallegos de su tiempo, Rosalía habría sido en realidad:

La encarnación de la mujer fuerte, a quien no logra abatir la desgracia, persiguiéndola desde la cuna, ni la enfermedad y el dolor, asaeteándola desde la juventud, a quien no seducen la notoriedad ni la gloria, ni vence la lisonja ni ciega la ambición.

Con una obra literaria transgresora, de extraordinario carácter metafísico y existencialista, que no se olvida de la lucha por la igualdad, del patriotismo ni del activismo social, Rosalía de Castro nos legó una extensa bibliografía que refleja esa libertad vital, filosófica y política que la definieron como pensadora.