BACHELET: la Merkel chilena
2 de abril de 2014
Feminista boliviana describe a Michelle Bachelet como la “imitación latinoamericana de la Merkel”
"Ella no despenalizó el
aborto en Chile, sino que se contentó con dar la pastilla del día
después. No nacionalizó la educación privada, ni frenó la usura bancaria
contra los y las estudiantes. Ella no dialogó con los y las mapuches,
ni les preguntó sus nombres. Ella no devolvió el mar a Bolivia. No tomó
ni una sola medida histórica", critica la activista María Galindo.
“Ella no despenalizó el aborto en Chile, sino que se contentó con dar la pastilla del día después. No nacionalizó la educación privada, ni frenó la usura bancaria contra los y las estudiantes. Ella no dialogó con los y las mapuches, ni les preguntó sus nombres. Ella no devolvió el mar a Bolivia. No tomó ni una sola medida histórica”, sostiene la columna, agregando sobre la Presidenta chilena: “No tomó ni un solo riesgo, no representó ni una sola amenaza para el Chile de las élites y las transnacionales”.
“Su collar de perlas parece representar mejor su ideología que el nombre de su partido: es la izquierda que parece derecha. Es la mujer que representa los intereses masculinos. Es la democracia aburrida y gastada que cambia en tono cordial a uno por el otro y el otro por la otra. Es la que lleva el cuento de que las cosas se cambian poco a poco”, afirma la psicóloga feminista, quien asegura que Bachelet “es el paso gris de las mujeres por el manejo del poder estatal sin alterar ni una sola de las rutinas patriarcales”.
“Representa a las mujeres que no les parece ni grave ni intolerable que mueran cientos y miles de mujeres por abortos clandestinos y criminalizados. Ella representa a las mujeres que no les importa que una mujer gane menos que un hombre por el mismo trabajo. Representa a las mujeres que no les importa que toda la estructura social y cultural esté construida para la servidumbre de las mujeres en el trabajo doméstico no remunerado, no contabilizado ni pensado como generador de riqueza”, reza el texto.
Por último, Galindo expresa que la Presidenta “representa de forma nítida e inequívoca que no se trata de tener mujeres ni en el Parlamento, ni en los ministerios, ni siquiera en la Presidencia”, sino que “representa el hecho de que las mujeres no tenemos por qué aplaudir a otra mujer por el sólo hecho de serlo”
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