EL TANGO ES PURO CUENTO, EN EL TEATRO LUZ Y FUERZA
“Creemos que son necesarios los espectáculos de tango para chicos, donde esa música sea la base, el marco donde se encuadre la historia. Es necesario achicar la distancia entre el tango y la gente. Para muchos todavía se ve como una pieza de museo, ‘for export’, como algo para turistas. Tenemos que apuntar a las nuevas generaciones, a que los niños se puedan identificar con este ritmo, con estas historias, con nuestro modo de hablar, con nuestra idiosincrasia”, destaca el director y coreógrafo Ignacio González Cano, quien dirige además la compañía de danza teatro Tempotango. “Esta obra pone al tango en ese lugar de cotidianidad. Las historias que cuentan las canciones tienen que ver con historias de chicos, entonces hay una búsqueda de que haya identificación con ese género musical. Lo que hicimos fue simplemente naturalizar el tango en el mundo infantil”, completa el director.
En la puesta hay una interesante combinación del tango con la danza clásica y contemporánea. “En el lenguaje del tango, al llevarlo a la escena aparece la fusión, la necesidad de complementar con otros lenguajes de la danza para que termine siendo mucho más narrativo lo que se quiere contar. El contemporáneo, el clásico o el jazz le aportan una cuestión más expresionista al tango, dan la posibilidad de poder contar una historia. El tango puro se encuentra solo en las milongas, en los bailes sociales”, analiza González Cano. “Es un proyecto nostálgico, trágico, sentimental, dramático. Cuando nos dimos cuenta de que los chicos son tan sentimentales y nostálgicos como los adultos sentimos que son tan tangueros como nosotros”, considera Fernández.
“Nos interesa trabajar desde la idea de que la música, la danza y el teatro tienen que apuntar a los sentimientos de los chicos y no al espectáculo explosivo. Por eso trabajamos con colores claros, pasteles. Los muñecos son sutiles. Nos interesa ir directamente al corazón de los chicos más que a la vista. Es por eso que trabajamos tanto esta mezcla de las danzas y los cuerpos en escena”, concluye el cantor.
Cuando el 2x4 no reconoce edad
Por María Luz Carmona. Pag 12
Cuando
el cantor de tangos Guillermo Fernández, junto con el pianista Federico
Mizrahi y el bandoneonista Luis Longhi, terminaron de darle forma y
color al libro-disco El tango es puro cuento, sintieron que esas
canciones y esas historias podían encontrar un lugar en el teatro. De
esta manera fueron dándole forma a un espectáculo musical para chicos en
donde se entrelazan cuentos, tangos y milongas con música en vivo.
“Todo lo que componíamos para el libro nos parecía que podía atraer a
los chicos, entonces ahí empezamos a pensar por qué no hacer canciones
de tango para llevar al escenario. Eramos tres traviesos componiendo
canciones. Vemos que los chicos se están enganchando cada vez más con el
tango, la murga y el candombe”, cuenta a Página/12 Fernández. La obra,
con dirección de Ignacio González Cano y coreografías de Manuco Firmani,
se puede ver los viernes, sábados y domingos de julio y agosto, a las
15.30, en el Teatro Luz y Fuerza, Perú 823, San Telmo.
Protagonizada por jóvenes que actúan, cantan y bailan, la obra, que
lleva el mismo nombre que el libro, pone en escena una historia de amor,
simple y tierna entre adolescentes que se enamoran. Pero el chico no
recuerda el nombre de ella y esa situación absurda hará que la acción
dramática transcurra. Los protagonistas (Anita Rodríguez y Federico
Coates) van recorriendo la “Calle de los Cuentos” y la “Calle de los
Monstruos Buenos” y allí van sucediendo situaciones divertidas y
disparatadas, en donde también se combinan juegos de luces y títeres.
Uno de los personajes centrales es el cartero, una especie de
presentador y consejero de los enamorados. Mientras reparte las cartas
por la ciudad, este personaje va abriendo las puertas a cada historia.
Con una puesta muy bella y colorida desde la elección de la
escenografía, los vestuarios, la iluminación y el texto, la obra
funciona como una puerta de entrada al mundo de músicas rioplatenses
como el tango, la milonga, el candombe y la murga. Cada cuento, cada
situación, está unida por las canciones interpretadas en vivo por
Federico Mizrahi.“Creemos que son necesarios los espectáculos de tango para chicos, donde esa música sea la base, el marco donde se encuadre la historia. Es necesario achicar la distancia entre el tango y la gente. Para muchos todavía se ve como una pieza de museo, ‘for export’, como algo para turistas. Tenemos que apuntar a las nuevas generaciones, a que los niños se puedan identificar con este ritmo, con estas historias, con nuestro modo de hablar, con nuestra idiosincrasia”, destaca el director y coreógrafo Ignacio González Cano, quien dirige además la compañía de danza teatro Tempotango. “Esta obra pone al tango en ese lugar de cotidianidad. Las historias que cuentan las canciones tienen que ver con historias de chicos, entonces hay una búsqueda de que haya identificación con ese género musical. Lo que hicimos fue simplemente naturalizar el tango en el mundo infantil”, completa el director.
En la puesta hay una interesante combinación del tango con la danza clásica y contemporánea. “En el lenguaje del tango, al llevarlo a la escena aparece la fusión, la necesidad de complementar con otros lenguajes de la danza para que termine siendo mucho más narrativo lo que se quiere contar. El contemporáneo, el clásico o el jazz le aportan una cuestión más expresionista al tango, dan la posibilidad de poder contar una historia. El tango puro se encuentra solo en las milongas, en los bailes sociales”, analiza González Cano. “Es un proyecto nostálgico, trágico, sentimental, dramático. Cuando nos dimos cuenta de que los chicos son tan sentimentales y nostálgicos como los adultos sentimos que son tan tangueros como nosotros”, considera Fernández.
“Nos interesa trabajar desde la idea de que la música, la danza y el teatro tienen que apuntar a los sentimientos de los chicos y no al espectáculo explosivo. Por eso trabajamos con colores claros, pasteles. Los muñecos son sutiles. Nos interesa ir directamente al corazón de los chicos más que a la vista. Es por eso que trabajamos tanto esta mezcla de las danzas y los cuerpos en escena”, concluye el cantor.
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