FEMINISMOS
Feminismos
Reviñetas
Una
periodista rosarina muy reconocida y cansada de las coberturas
tradicionales, se fue a Barcelona, donde impulsó Femiñetas, una
publicación de feminismo gráfico interseccional que es además un puente
transoceánico. El deseo es el timón de este periódico que se vende allá y
acá y se puede seguir en las redes.
El
feminismo es para todo el mundo, dice bell hooks, y esa idea le quedó
resonando a Flor Coll, una rosarina que decidió emigrar para hacer una
maestría sobre género y comunicación en la Universidad Autónoma de
Barcelona, dejando atrás –al menos por un tiempo– el trabajo, prestigio y
reconocimiento de una audiencia conseguida en dos décadas de trabajo en
medios masivos de Rosario. Y allá, además, creó Femiñetas, periodismo
en viñetas, “una propuesta cultural, periodística y feminista gráfica
que ya lleva dos ediciones”, cuenta su impulsora, que suma otra
definición: “un periódico feminista ilustrado”. Es también un puente
transoceánico entre ilustradorxs, periodistas, diseñadorxs y escritorxs,
y quienes que tengan algo para decir desde esta revolución en marcha.
La síntesis del nombre la terminó de afinar Maitena. “Ella, además de ser la gran aliada (junto con la catalana marika vila), sugirió que sea con eñe. Bien reivindicativa por invisibilizada”, cuenta Flor Coll, a borbotones, mientras trabaja en el número 3. “Si todo va bien, tendrá 20 páginas a todo color y póster coleccionable en la doble central. ¡Nada de rockeritos, sólo nuestras musas!”, promete.
El nombre es con f minúscula, “como todos los nombres propios que se mencionan en el diario para dar visibilidad a la horizontalidad y transparencia en lxs feminismos, como dice la querida bell hooks”. Hoy suma a 44 ilustradorxs, periodistas, escritorxs, diseñadorxs, con perspectiva de género. Todxs de diferentes ciudades de Argentina, España, Alemania, Perú y Uruguay. “Estoy poniéndole el cuerpo junto a muchxs otrxs, que espero continúen y se multipliquen, como sucede con esta marea verde, aún en tiempos sombríos y de avance de fascismo y sectores anti derechos que nos ven como una amenaza, más que latente. Porque estamos vivas, fuertes y en crecimiento”, expresa Flor Coll, quien quiere que pronto, toda la publicación sea en viñetas. “La idea rondaba en mi cabeza hace tiempo: Cómo generar nuevos modos de comunicar ‘lxs feminismxs’ en un lenguaje claro, inclusivo y que traspase las barreras internacionales, interseccionales, idiomáticas, de edad, raza, cultura, territorio o religión”, cuenta.
Flor Coll tuvo como primer impulso el malestar que palpaba y vivía. “Entraron los recorridos personales y también los colectivos que me atravesaron. Me interpeló el malestar de la época en lo social, político y económico. La desilusión al ver que la reproducción mediática de las tragedias y los relatos narrados por televisión no eran más que una noticia del día. Y al siguiente, otra peor. ¿Por qué contamos el horror de éste modo? No deseo ésta forma de ejercer el periodismo. El cuerpo me lo hizo saber. Me quebré y estuve tres meses sin moverme. No sólo leer a Rita Segato y otras tantas feministas o lo viernes Las12 me daba otras perspectivas, sino que todo eso también obligó a tomar un distanciamiento necesario de una práctica que amo pero que aún deseo transformar: el periodismo. Creo que tenemos mucho por hacer dentro de la comunidad de mujeres, trans, lesbianas o hetero en el ejercicio cotidiano desde la comunicación y el arte. Esa idea siempre me generó mucho entusiasmo”, va desgranando. Así surgió la publicación, que es un “cambio enorme” en su trabajo diario. “La labor periodística que realice en los últimos 15 años fue en la calle, como cronista de noticiero de televisión y de radio, además de colaborar en otros espacios culturales y sociales como radio Universidad Nacional de Rosario (103.3) en el programa Juana en el arco, dentro del colectivo #NiUnaMenos Rosario, en la asociación civil y centro de capacitación laboral con personas con discapacidad “El aprendiz”, entre otros espacios inclusivos y de derechos humanos”, relata. El planteo de femiñetas llegó concretamente a partir de una consigna que le propusieron en la maestría, que significó entrevistar a 25 ilustradoras, puso a jugar toda esa historia , así como su vida interoceánica de los últimos tiempos.
Flor Coll se siente “parte de esta revolución que vivimos las mujeres, desde las colectivas del mundo”, y cree que “el lenguaje es fundamental como elemento de transformación. La revolución de lxs ‘pibxs’, muchxs hablan de la ‘revolución de lxs hijxs’, y esto también se ha dado en el comic (que fue siempre territorio masculino) y tuvo una irrupción enorme de ilustradorxs activistas, creativas y talentosas en los últimos años. Y que llegaron para quedarse: esa ola hoy es un tsunami. Tanto para quienes sentimos que intentamos surfearla, como para quienes dejaron su legado en cada paso que dieron y nos enseñaron”. Maitena es una de ellas, y escribió en el editorial del número 1: “Las cosas se están moviendo rápido. No fue hace tanto que me acusaban despectivamente de feminista. Hoy la marea arrastra las voces de muchísimas mujeres que dibujan y cuentan la vida que les toca vivir con una poesía enorme. En un mundo donde los diarios y las revistas están desapareciendo, bienvenido todo lo que las convoque y las difunda. ¡Bienvenidas Femiñetas!”
Para Flor Coll, lo importante es hacer eje justamente en lo que siempre se soslayó. “Creo fervientemente que el deseo, el placer, la búsqueda de autonomía de ese goce también es nuestra revolución. Y parte de la pequeña y gigante plataforma de femiñetas. Temas que en otro momento me hubieran parecido banales, desubicados o fuera de contexto, hoy no lo son. Al contrario, siguen invisibilizados muchos aún. La brecha de género en diferentes ramas del arte como la música electrónica o cuáles son las narrativas del porno ético y feminista; los gustos de la autosatisfacción en las identidades feminizadas o como puede darse una deconstrucción de la masculinidad desde la diversidad funcional o discapacidad. Es esta la búsqueda. No menos interesante y necesaria, pero sí, quizás, poco transitada”, planta sus premisas. “No vamos a dejar de contar las violencias, las cotidianas, las simbólicas y los femicidios, pero desde femiñetas estamos posando la mirada más en el deseo de las identidades feminizadas: en el de las mujeres, lesbianas travestis y trans, en los cuerpos deseantes”, subraya.
Si bien su impulsora menciona a todes les ilustradores y periodistas (la gran mayoría mujeres o identidades disidentes y muy pocos varones), el espacio es tirano. La diseñadora es Maira Purman, con quien pensaron y armaron el logo, con la idea de “denotar sencillez como forma de visibilizar un feminismo en horizontalidad y transparencia”. El periódico se consigue en librerías de Barcelona, Rosario y en Buenos Aires estará pronto en Libros del Pasaje (Thames 1762), así como en Musarañas Libros, de Vicente López. Para saber más, o seguirlo en las redes sociales, la publicación está en Instagram como @feminetas, en Facebook es femiñetas y en twitter @feminetas1.
La síntesis del nombre la terminó de afinar Maitena. “Ella, además de ser la gran aliada (junto con la catalana marika vila), sugirió que sea con eñe. Bien reivindicativa por invisibilizada”, cuenta Flor Coll, a borbotones, mientras trabaja en el número 3. “Si todo va bien, tendrá 20 páginas a todo color y póster coleccionable en la doble central. ¡Nada de rockeritos, sólo nuestras musas!”, promete.
El nombre es con f minúscula, “como todos los nombres propios que se mencionan en el diario para dar visibilidad a la horizontalidad y transparencia en lxs feminismos, como dice la querida bell hooks”. Hoy suma a 44 ilustradorxs, periodistas, escritorxs, diseñadorxs, con perspectiva de género. Todxs de diferentes ciudades de Argentina, España, Alemania, Perú y Uruguay. “Estoy poniéndole el cuerpo junto a muchxs otrxs, que espero continúen y se multipliquen, como sucede con esta marea verde, aún en tiempos sombríos y de avance de fascismo y sectores anti derechos que nos ven como una amenaza, más que latente. Porque estamos vivas, fuertes y en crecimiento”, expresa Flor Coll, quien quiere que pronto, toda la publicación sea en viñetas. “La idea rondaba en mi cabeza hace tiempo: Cómo generar nuevos modos de comunicar ‘lxs feminismxs’ en un lenguaje claro, inclusivo y que traspase las barreras internacionales, interseccionales, idiomáticas, de edad, raza, cultura, territorio o religión”, cuenta.
Flor Coll tuvo como primer impulso el malestar que palpaba y vivía. “Entraron los recorridos personales y también los colectivos que me atravesaron. Me interpeló el malestar de la época en lo social, político y económico. La desilusión al ver que la reproducción mediática de las tragedias y los relatos narrados por televisión no eran más que una noticia del día. Y al siguiente, otra peor. ¿Por qué contamos el horror de éste modo? No deseo ésta forma de ejercer el periodismo. El cuerpo me lo hizo saber. Me quebré y estuve tres meses sin moverme. No sólo leer a Rita Segato y otras tantas feministas o lo viernes Las12 me daba otras perspectivas, sino que todo eso también obligó a tomar un distanciamiento necesario de una práctica que amo pero que aún deseo transformar: el periodismo. Creo que tenemos mucho por hacer dentro de la comunidad de mujeres, trans, lesbianas o hetero en el ejercicio cotidiano desde la comunicación y el arte. Esa idea siempre me generó mucho entusiasmo”, va desgranando. Así surgió la publicación, que es un “cambio enorme” en su trabajo diario. “La labor periodística que realice en los últimos 15 años fue en la calle, como cronista de noticiero de televisión y de radio, además de colaborar en otros espacios culturales y sociales como radio Universidad Nacional de Rosario (103.3) en el programa Juana en el arco, dentro del colectivo #NiUnaMenos Rosario, en la asociación civil y centro de capacitación laboral con personas con discapacidad “El aprendiz”, entre otros espacios inclusivos y de derechos humanos”, relata. El planteo de femiñetas llegó concretamente a partir de una consigna que le propusieron en la maestría, que significó entrevistar a 25 ilustradoras, puso a jugar toda esa historia , así como su vida interoceánica de los últimos tiempos.
Flor Coll se siente “parte de esta revolución que vivimos las mujeres, desde las colectivas del mundo”, y cree que “el lenguaje es fundamental como elemento de transformación. La revolución de lxs ‘pibxs’, muchxs hablan de la ‘revolución de lxs hijxs’, y esto también se ha dado en el comic (que fue siempre territorio masculino) y tuvo una irrupción enorme de ilustradorxs activistas, creativas y talentosas en los últimos años. Y que llegaron para quedarse: esa ola hoy es un tsunami. Tanto para quienes sentimos que intentamos surfearla, como para quienes dejaron su legado en cada paso que dieron y nos enseñaron”. Maitena es una de ellas, y escribió en el editorial del número 1: “Las cosas se están moviendo rápido. No fue hace tanto que me acusaban despectivamente de feminista. Hoy la marea arrastra las voces de muchísimas mujeres que dibujan y cuentan la vida que les toca vivir con una poesía enorme. En un mundo donde los diarios y las revistas están desapareciendo, bienvenido todo lo que las convoque y las difunda. ¡Bienvenidas Femiñetas!”
Para Flor Coll, lo importante es hacer eje justamente en lo que siempre se soslayó. “Creo fervientemente que el deseo, el placer, la búsqueda de autonomía de ese goce también es nuestra revolución. Y parte de la pequeña y gigante plataforma de femiñetas. Temas que en otro momento me hubieran parecido banales, desubicados o fuera de contexto, hoy no lo son. Al contrario, siguen invisibilizados muchos aún. La brecha de género en diferentes ramas del arte como la música electrónica o cuáles son las narrativas del porno ético y feminista; los gustos de la autosatisfacción en las identidades feminizadas o como puede darse una deconstrucción de la masculinidad desde la diversidad funcional o discapacidad. Es esta la búsqueda. No menos interesante y necesaria, pero sí, quizás, poco transitada”, planta sus premisas. “No vamos a dejar de contar las violencias, las cotidianas, las simbólicas y los femicidios, pero desde femiñetas estamos posando la mirada más en el deseo de las identidades feminizadas: en el de las mujeres, lesbianas travestis y trans, en los cuerpos deseantes”, subraya.
Si bien su impulsora menciona a todes les ilustradores y periodistas (la gran mayoría mujeres o identidades disidentes y muy pocos varones), el espacio es tirano. La diseñadora es Maira Purman, con quien pensaron y armaron el logo, con la idea de “denotar sencillez como forma de visibilizar un feminismo en horizontalidad y transparencia”. El periódico se consigue en librerías de Barcelona, Rosario y en Buenos Aires estará pronto en Libros del Pasaje (Thames 1762), así como en Musarañas Libros, de Vicente López. Para saber más, o seguirlo en las redes sociales, la publicación está en Instagram como @feminetas, en Facebook es femiñetas y en twitter @feminetas1.
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