ARGENTINA: cuentos infantiles
ANIE Y EL ARTE
Seudónimo de la autora: ANIE, 10 años, Buenos Aires, junio de 2013
Vamos a volver a la dolorosa época de los militares donde no había amor, ni amistad, y como casi todos saben, había cosas de las que no se podía hablar, cosas que no se podían decir, canciones que no se podían cantar, y actores que no podían actuar. Yo tengo diez años, estoy en cuarto grado y tengo un hermano llamado Juan. Cuando sea grande quisiera ser actriz, o algo por el estilo, como por ejemplo pintora. Yo quiero ser actriz por la emoción que siento cuando participo en un acto de la escuela, en ese momento estoy emocionada y feliz de que pase lo que va a pasar. Estar emocionada y nerviosa, esperando que llegue el momento en que yo salga a escena es una sensación muy linda para mi. Mi papá dice que tengo que hacer algo más útil, como por ejemplo ser doctora, maestra, o abogada. Mi mamá está más o menos de acuerdo con que yo sea actriz o pintora, pero mi papá quiere que sea algo más profesional. Los militares no querían nada que tenga que ver con el arte porque eran mensajes de libertad, de justicia y de independencia. Por eso no dejaban actuar ni cantar a las artistas. Y muchas de ellas se tuvieron que ir del país. Por eso no estoy de acuerdo con lo que dice mi papá porque el arte expresa cosas que la gente puede ver y sentir, y las hace felices, por eso los actores y actrices son tan famosas. Lo mismo que dice mi papá lo dijo mi profesora cuando le conté que quería ser actriz, y ese mismo día las chicas de mi grado me dijeron que de actriz no tenía nada, pero que sería buena pintora.
En mi escuela hay chismes y novelas. Y como dice mi mamá las chicas son como las políticas, a veces dicen mentiras y a veces dicen la verdad. A mi no me gustan los chismes para nada ¿querés saber por qué? Porque ya lo viví en la escuela, es como una novela. En cambio cuando estaba en jardín de infantes actuábamos las novelas pero ahora las vivo en carne propia: algunas chicas no quieren ser amigas de otras, las chicas van hacia la chica que tiene más poder, y en algunas ocasiones te dejan a un lado. O sea, en la escuela no puedo tener amigas, porque no hay.
El otro día soñé que estaba en un estudio de grabación donde filmaban una novela donde yo era la protagonista, y la novela se llamaba Dos Chicas y un Sueño. La novela trataba de dos chicas que soñaban con un mismo sueño que era ser actriz de telenovela, y al final una de ellas descubrió que para ser actriz hacía falta muchas cosas más: espíritu, estudio y pasión a la italiana. El otro día en la escuela cuando la profesora me dijo lo mismo que mi papá me quedé pensando en que quizás tendría que hacer algo más útil, pero igual tomé el consejo de mi mamá y ahí ya no dudé en seguir con mi sueño de ser actriz. En algunas novelas dicen que los sueños pueden hacerse realidad, pero eso es un problema, porque los sueños no se hacen solos mientras estás quieta sino que tenés que estudiar, trabajar y esforzarte. Yo, siendo actriz transmitiría sinceridad, daría alegría, paz y amor a todo el público que me mire.
Juan quiere ser abogado
Autor: Banana, 8 años – Buenos Aires, junio 2013
Había una vez un chico, que se llamaba Juan y tenía 9 años. Él quería ser un abogado para cuidar a las personas que estaban en la calle y darle su propio espacio para que estén contentos en familia. PERO SU MAMÁ QUERÍA QUE SEA DOCTOR. Un día el chico fue a la escuela y les pidió a sus compañeros y maestros que opinen sobre su problema. Le preguntó a sus compañeros qué pensaban de que él sea abogado y ellos le dijeron que no sea abogado. Uno llamado Mac opinó que sería un buen veterinario para ayudar a los animales; Gastón le dijo que lo veía como bombero para ayudar a las personasa salvarse del fuego; y, por último, Julián le dijo que sea jardinero para ayudar a las plantas. Se acercó a la maestra y le preguntó, qué podía ser él cuando sea grande. Y ella opinó que podía ser maestro para ayudar a los chicos a desarrollar la mente. Juan se quedó triste porque todos opinaban que no debía ser abogado en su futuro pero él deseaba serlo. Por la noche, se juntó con su papá y le comentó lo que le pasaba. Su papá le dijo que haga lo que le dicta su corazón, ya que de esa forma sería feliz, que todos debemos hacer lo que nos gusta porque sino no se disfruta la vida. Esas sabias palabras de su papá le dieron fuerzas y esperanzas para seguir con la idea de ser un gran abogado. Su mamá escuchó la conversación y, arrepentida, le dijó a Juan que su papá tenía razón, que si creía que ser abogado lo iba a ser muy feliz, que cumpla su sueño, que ella lo acompañaría en lo que decida. Juan aprendió que es importante escuchar los consejos y opiniones de los seres queridos pero que no hay que dejar de lado los propios deseos y sueños, a pesar de que no coincidan con lo que los otros quieran para uno. Hay que saber pedirle a nuestros seres amados que nos acompañen en nuestras elecciones. Juan se recibió de abogado a sus 28 años, es un destacado especialista en Familia. Está muy feliz con su profesión... Gracias al sabio consejo de su papá , siguió lo que su corazón le dictaba.
En la foto, la autora y el autor, con su mamá.Foto tomada por el padre.
Comentarios
Publicar un comentario