BRASIL acerca de la derrota en el Mundial: una duda,según ALBERTO HINRICHSEN
Foto de su papáa,RAHR, por Yanina Hinrichsen, setiembre 2009, Essex |
Alberto Hinrichsen
Derrota de Brasil: Re-edición global de la ‘Parábola de los Talentos’
Sereno estaba yo con mi pronóstico de que Alemania derrotaría seguro a Brasil por algo así como 3 a 0. Por lo demás me sentía libre de ataduras emocionales como espectador no involucrado ni involucrable. Tradicionalmente yo hubiera apoyado a Brasil, pero esta vez teniendo a otros equipos latinoamericanos más cerca del corazón – especialmente Argentina y Chile, mis dos países - y no sintiendo simpatía tampoco por la potente y clínica Alemania, sentía que podía dejar descansar el corazón y gozar de un buen espectáculo futbolístico. Estaba seguro que Brasil hubiera sido derrotado por cualquiera de los otros tres semifinalistas, y no me hubiera sorprendido que lo fuera antes por cualquiera de los equipos latinoamericanos con los que se había medido (México, Chile o Colombia). Y en rigor con México y Chile había empatado. De lo que le había visto, el coloso mitológico de antaño me parecía un globo sospechosamente inflado al descuido.
Pero cuando explotó la goleada temprano en el primer tiempo, como ametralladora, ello me produjo zozobra. Aguda angustia más que pena.
Súbitamente Brasil se había transformado en la metáfora del planeta Tierra en este momento del siglo XXI. Que pequeños acomodos, reordenamientos de las mismas listas de ‘soluciones’, por supuesto podrían resolver los problemas y seguir tirando airosos; tal vez con un pequeño traspiés pero nada serio. Que si; que la desigualdad extrema entre todo-todo y menos nada; que la destrucción cada mes de selvas y océanos; que el socavamiento de la fabrica climática fundacional puede ser significativo, pero que todo ello se puede resolver con algunos ‘cambios ministeriales’ o nuevos ‘acuerdos de conferencias mundiales’; que sistemas basados en la persecución de los intereses de cada cual sin prestar atención real a otras cosas van a seguir funcionando como base para asegurar el futuro. Y que no es bueno introducir la duda en los pueblos creyentes, que deben seguir regocijándose en su fervor….En fin, que la rutina de la vida se puede seguir prolongando sin serias consecuencias. Y que no hay tal cosa como el deber de identificar las oportunidades en cada momento como una prioridad vida o muerte.
Una nación derrotada, un gran país derrotado, dorados laureles ahora quemados. Un mundo derrumbado, una naturaleza ya sin aliento. El final, que no existía, he aquí que de súbito esta ante nuestros ojos. Que angustia!! Que miedo!!! ¿Podemos todavía hacer algo? ¿En qué mundo despertaremos mañana? ¿ Habrá un mañana? ¿Cuán definitiva es esta agonía que se nos presenta ‘por sorpresa’ aquí y ahora?
En este drama los vencidos sienten su alma asfixiarse, pero los que juegan el papel de vencedores no les queda en sus manos una victoria que merezca el esfuerzo de una batalla que casi no alcanzó a comenzar. Después del tercer gol los jugadores alemanes ya no se felicitan; pronto sus sonrisas serán casi cínicas, decepcionados con los oponentes que degradan su hazaña. Y después del sexto gol, la hinchada brasileña celebra el dominio alemán y aplaude su último gol. Ante la pregunta ‘Los dejamos con vida?’, la respuesta será ‘No!!!!’, ‘Acabad con ellos ahora mismo!!!’
Todos queríamos escapar con el mundial. Pero de golpe la escapada se ha terminado. Nuestra graduada huida veraniega ha tenido un final abrupto. Asistimos a un corto momento de sangrienta lucidez. La verdad está ante nuestros ojos por un breve instante que no durará.
Gracias Brasil por tu extremo fracaso!!! Gracias Alemania por tu gigantesco triunfo!!!
Fracaso X Triunfo= Fracaso. ¿ Nos servirá de algo el teatro futbolístico?
Alberto Hinrichsen (Algunos derechos reservados) , UK, 9 de julio de 2014, 11.50 GMT
NOTA BENE; publicado con gusto a pedido del autor. O sea, que no necesariamente expresa mis propios puntos de vista sociologicos acerca de este Mundial, que pueden encontrase en este mismo blog , en Facebook, etc.
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