CUBA: DE CUERPO PRESENTE

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VIE., 9 AGO.
Galeria La NaveMiramar, La Habana, Cuba

Cuba: Fotógrafas hablan desde sus cuerpos
De la redacción
(
semlaccu@enet.cu)

La Habana, agosto, (SEMlac).- Cuerpos como vehículo de ideas, experiencias vida, denuncia o grito de lo que son, sin más maquillaje que la desnudez del mensaje que portan. Cuerpos de ellas, que hablan de ellas y también un poco de otras, de las que miran cada una de las fotografías.
Alejandra González, Daniela Águila, Lisandra López, Katiuska Saavedra, Khadis De La Rosa y Yanahara Mauri son seis jóvenes fotógrafas cubanas que, con su muestra De cuerpo presente, invitan a mirar allí donde no colocamos la mirada, aunque muchas veces las sensaciones y sucesos pasen cerca, como si fuesen propios.
Inaugurada el pasado 9 de agosto y organizada por la Galería La Nave, ubicada en Génesis Galerías de Arte, en la barriada de Miramar, en La Habana, la exposición estará abierta al público hasta el próximo 20 de septiembre.
Para Miguel Ángel García Piñero, curador de la muestra junto a Clarisa Crive, "las posibilidades físicas de manipular los cuerpos parecen haber sido ya descubiertas", señala en el catálogo que acompaña la muestra.
Sin embargo, De cuerpo presente "se mueve por este terreno de arenas movedizas y cabalga a sus anchas con seguridad y firmeza. Por momentos edulcora el cuerpo, para luego lacerarlo y exhibir sus imperfecciones. Este hecho no es más que la somatización de la psiquis humana. De esta forma, quedamos en medio de un campo santo donde se desprende la materia y se invita al espectador a penetrar en la complejidad del ser humano", asegura.
La iniciativa presenta voces audaces de la fotografía procesual y autorreferencial, al tiempo que "define cuáles son las posiciones y formas de entender la creación artística por parte de las fotógrafas a las cuales empodera, además de apuntar a una honda reflexión sobre el arte", sostiene García.
Usar sus propios cuerpos como reservorios de significados, pero desde las vivencias de cada una de las artistas, le confiere a la muestra originalidad y frescura, en medio de un discurso aparentemente agotado desde la forma, pero inmenso desde lo conceptual. El cuerpo es solo la materia prima.
Aparecen así alusiones a la fe y la naturaleza humana, a la belleza de lo imperfecto, a la censura y autocensura del deseo, a la sensación o necesidad de libertad, a la inocencia o su fin, a las marcas y recuerdos de la infancia…
"En un mundo heteronormado, donde las mujeres tienen menos visibilidad y casi siempre en las nóminas y espacios galerísticos la mayoría abrumadora es de hombres; aunar a estas seis fotógrafas contribuye a realzar el papel de las creadoras como un discurso potente, donde ellas mismas tienen la fuerza para expresar sus diversas ideas", dijo a SEMlac García Piñero.
Con De cuerpo Presente se impulsa la idea de convertir la galería La Nave en el centro generador y difusor de arte cubano con enfoque de género, lo cual contribuiría a convertir en único este espacio dentro del panorama de artes visuales de la isla caribeña, trascendió en la inauguración.

El (propio) cuerpo como impulso
Para Katiuska Saavedra, la fotografía como lenguaje -también el video y el performance- y el cuerpo femenino han sido el punto de partida para hablar sobre otros temas, donde este último es el medio para llegar al público.
"Muchas de mis piezas hacen de mis obras ese vínculo entre la parte efímera de lo que se muestra y lo que permanece, el aquí y allá donde nos movemos, una especie de no lugar que empiezo a experimentar", señaló.
El hecho de compartir espacio "con fotógrafas que no tienen ningún tipo de tabú, ni ven el cuerpo femenino como un instrumento erótico o sexual, sino que van a otros puntos", es uno de los valores que tiene el proyecto.
Daniela Águila, la más joven de todas las artistas incluidas en la muestra, sostiene que lo interesante de la exposición es cómo, "a pesar de ser todas mujeres, estamos hablando del cuerpo femenino desde diferentes visiones, porque somos distintas. Lo valioso es que se logró un conjunto donde cada diferencia habla en el discurso general", destacó.
"Una exposición de mujeres, en un contexto como la plástica, donde predominan los hombres, es una manera de visibilizar el criterio de nosotras, que siempre ha sido un poco relegado", apuntó la fotógrafa Lisandra López.
Médica de profesión, la artista cuestiona en sus obras el concepto de salud. "Lo considero un término utópico, ideal. La salud es considerada la perfección en su estado de equilibrio total, y eso realmente no existe. Por tanto, asumo su contraparte, que es la enfermedad, como la norma. Es por ello que en mis obras van a aparecer elementos propios de la curación como pueden ser la gasa, lo cual representa algo que debe ser curado o restablecido", dijo.
"Similar a ese adagio que dice los ojos son el reflejo del alma, el cuerpo es la mejor manifestación de lo que contenemos, de ese espíritu, esa alma contenida, y a través de él expresamos todo lo que nos inquieta, con gestos, acciones, huellas, la propia epidermis… Quizá por ello hago más énfasis en buscar la belleza imperfecta", refirió López.
En opinión de Yanahara Mauri, "lo más importante es no ver solamente el cuerpo desnudo como epicentro de la curaduría, sino como una herramienta para hablar de otras problemáticas sociales, políticas, económicas, y denunciar determinadas temáticas esenciales".
"Una se estudia a sí misma y a partir de ahí ve que todos sus problemas son los mismos que están en la sociedad. Cuando llevas tu historia personal a un contexto artístico, en muchas ocasiones descubres que puede ser la historia de otras personas", comentó la artista.
Su obra ha abordado cuestiones de género, no solo relativas a la sexualidad, específicamente la homofobia y la censura en torno a ese tema, sino que ha tratado tópicos como el trabajo doméstico no remunerado. "Hablar de la mujer a través de mí, que soy mujer, es un modo de abrir el público a temas necesarios como estos. Queremos que la sociedad mejore y sea más equitativa", sostuvo.
En tanto, Khadis De La Rosa va en su obra a las raíces. Busca sus motivos en el seno familiar --marcado por la profesión de sus padres-- y en ese legado. Parecerían las imágenes fotografías de su propia guerra, que puede ser también la batalla de muchas. "Es la forma de representar todas esas polémicas, contradicciones o no, que generaba en mí la profesión militar de mis padres", contó.
Para ella, "ser mujer fotógrafa es un reto porque estamos conviviendo en un mundo muy masculino, donde las mujeres tienen que proteger su obra a capa y espada. No se trata de rivalidad, sino de que nos interesa defender nuestras posturas desde lo femenino y el arte, que es además nuestra herramienta".

Fotografía performática y género

En opinión de Maikel José Rodríguez Calviño, narrador y crítico de arte, el campo de lo fotográfico constituye "un espacio idóneo para rebelarse contra estereotipos, roles y maniqueísmos androcentristas que nos ofrecen una visión parcializada de lo femenino".
Así lo sostiene en el artículo "Nosotras. Fotografía performática con enfoque de género", publicado en el número 2 de la Revista Arte Cubano, de 2018, y donde se explora la obra de dos de las fotógrafas de la muestra.
En ese camino, donde aún hay mucho que aportar, el crítico cita nombres como Marta María Pérez Bravo, Cirenaica Moreira, Aimeé García, Carolina Vilches Monzón, Marianela Orozco y la mencionada Lisandra López. También se refiere a otras artistas más recientes como Lidzie Alvisa, Grethell Rasúa, Mabel Poblet, Yanahara Mauri y Lianet Martínez.
"Son ejemplos que, desde lo fotográfico, recurren a lo performático para articular un discurso con claro enfoque de género o susceptible a su interpretación desde esta perspectiva", acotó.
De ese modo, "tanto el performance como la fotografía constituyen campos de producción simbólica más inmediatos y contemporáneos que escapan al absoluto dominio de la hegemonía masculina, ofreciendo a las creadoras un campo de acción donde expresarse con mayor libertad", agrega el artículo.
Por esa ruta crítica, estas mujeres han puesto en el debate visual temas como la religión, la violencia simbólica, sexual y psicológica, la cosificación, el trabajo doméstico, el embarazo no deseado, el sexismo, las masculinidades patriarcales, el sufrimiento, el dolor, el carácter invasivo de determinadas prácticas médicas y los efectos que diversas patologías generan en el cuerpo femenino, así como los diferentes modelos de feminidad.

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