MEXICO: la burla del Tren Maya.
Tren Maya: “No nos dio la vida para informar”
Sonia Gerth
Foto: Sara López González, junto con otras defensoras en Palenque. (Cortesía Sara López)
La defensora de Derechos Humanos, Sara López González, originaria de Candelaria, Campeche, ha luchado muchas batallas en su vida para el agua, la luz, servicios de salud, calles, y recientemente, contra el Tren Maya. En esta última, dijo en entrevista telefónica con Cimacnoticias, “el gobierno nos ganó con su consulta”. Pero el voto, aseguró, no fue la última palabra en el debate sobre el megaproyecto.
Hace 40 años, cuando Sara tenía sólo 14 años de edad, empezó a trabajar en las comunidades eclesiales de base. Se inspiraron en la teología de la liberación, y junto con otros jóvenes se fueron a Xpujil, para trabajar con comunidades choles, tzeltales, tzotziles, y mayas, y luchar por agua, luz, y carreteras. “Calakmul era una zona muy pobre, en extrema marginación, sin ningún servicio básico en aquellos años”, contó. “Ahí también fue mi escuela donde aprendí a hacer pueblo con la población indígena. Agarré bastante amor a los compañeros indígenas, a ser parte de ellos.”
Así, llegaron a crear cooperativas de consumo, y capacitar promotoras y promotores de salud. Se constituyó el Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil (CRIP), por la defensa del agua.
En 1994, el trabajo con la Iglesia llegó a su fin, porque con el levantamiento de las y los zapatistas en Chiapas, el gobierno y las autoridades de la Iglesia, “incluso el mismo obispo”, sospechaban de la teología de la liberación y “perseguían” a las comunidades de base. “El gobierno decía que apoyamos a la gente de allá (Chiapas), que andábamos con armas, todo ese rollo que te inventan.”, narró López González. Así que las y los defensores decidieron seguir con su trabajo organizativo, pero fuera de la Iglesia.
Luego de un plantón en la carretera que lleva a Cancún, “de ocho días, no dejamos pasar a los carros”, para exigir el acceso al agua, giraron una orden de aprehensión en contra de ella. “La abogada me decía, ‘¿te entregas? ¿Para ver si negociamos fianza? ¿O te vas?’, entonces dije, no soy ninguna delincuente, mejor me voy por 10 años”. López González, con sus cuatro hijos y embarazada con otro, se fue a Veracruz. Pero no aguantó por la pobreza, y a los dos años se volvió a su Candelaria natal, donde al fin y al cabo, dieron carpetazo al caso del plantón.
Éste les prometió que se volverían a instalar las conexiones, y que podrían ir a checar los trabajos en el carro privado de Sara. Insistió en subirse a la cabina, “¡Eso fue la privación ilegal de la libertad!”, se agitó la defensora. “Y como andaban los medios, entonces grabaron un video y nos estaban chingando pues. ¡Porque él se fue conmigo en la camioneta! Éramos puras mujeres las que lo habíamos ‘secuestrado’. Y así fue como caímos en la trampa porque fue el delito que nos inventaron.”
López González tuvo que pasar once meses en la cárcel San Francisco Campeche, junto con otra mujer defensora, que fue liberada después de 3 meses, y tres compañeros hombres. Sin el apoyo y la presión de organizaciones sociales, nacional e internacional, no hubiera salido tan rápido, opinó.
El día de hoy, enfrenta otra amenaza grave: el proyecto del Tren Maya, que podría atravesar la selva y la Reserva de la Biósfera Calakmul, donde hasta ahora no hay vía. “Hemos protegido la selva, los animales, por años, por siglos! Para que venga un cabrón con su proyecto y nos lo venga a destruir?” preguntó. Contó que después de años de rumores sobre el proyecto, la consulta pública, que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador montó el 15 de diciembre, 2019, no cumplió con los requisitos internacionales para las consultas previas, libres, e informadas.
En primer lugar, la fecha de la consulta se dio con tan poca anticipación, sólo un mes, que “no nos dio la vida para informar”, contó la defensora. Y cuando se acercó la fase de información oficial, detectaron que “sólo daban la información positiva, como ‘tú indígena, campesino, puedes viajar a un precio accesible, y el beneficio va ser el empleo.’” Las defensoras y defensores demandaron que también informen de los impactos negativos.
“Cómo podemos tomar una decisión de decir ‘Si’ o ‘No’ al Tren Maya, ¿si no conocemos la manifestación de impacto ambiental? ¿Si no conocemos dónde va el tramo? ¿Qué tal y derrumben mi casa mientras dije ‘Si’? ¿Cómo vas a pasar un tren donde no están legalizadas las tierras por el decreto de la Reserva de la Biósfera Calakmul?” Muchas preguntas a las que Fonatur y el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (Inpi) no pudieron contestar. Por lo tanto, las y los defensores fueron al amparo.
También porque habían detectado irregularidades durante el voto. Algunas autoridades, aseguró Sara, habían falsificado las firmas de compañeros. El caso actualmente está ante la Corte Suprema, y la próxima audiencia se espera para este mes. Hasta una decisión final, “se supone que se suspendieron las obras, pero sobre todo Fonatur, ¡les ha valido!”, la agencia sigue sacando licitaciones, afirmó. Mientras tanto, las afectaciones para las y los defensores de la tierra fueron graves.
“Empezaron a difamarnos, que somos unos vendidos, que somos del PRI, del PAN, por no estar a favor del proyecto de López Obrador. Es un fuerte hostigamiento, una difamación al CRIP y sus integrantes”, consideró Sara. Sin embargo, no piensa en dejar la lucha. A veces, llegarían los momentos de desánimo, sobre todo para las pocas mujeres que integran la organización. Pero sólo serían momentos. Lo que anima a la defensora, es el apoyo nacional e internacional. Parte integral sería la cobertura de medios alternativos.
“Sabemos de antemano que los medios alternativos son como nuestros aliados, que van a decir lo que es”, opinó. En cambio, “los de paga”, a veces se inventan cosas. La gente de las comunidades ha tenido malas experiencias con los medios comerciales, cuando “deberían de ser neutrales los medios”, dijo López González, aunque reconoció que “hay periodistas que han sido asesinados por decir la verdad. Y estamos con ellos”, aseguró.
Del 4 de junio al 6 de julio de 2019, el Observatorio de Medios de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) analizó la presencia mediática de la defensa de la tierra y el territorio con el objetivo de mapear la percepción social sobre las mujeres en la defensa de la tierra, identificar las formas y narrativas discursivas que permitan delinear nuevas rutas comunicacionales para sus demandas en la defensa de sus tierra y territorios. Se estudiaron los medios y cuentas con el mayor nivel de influencia en México.
El 10 de marzo de 2020 CIMAC y World Association for Christian Communication (WACC, por sus siglas en inglés) presentarán los resultados del análisis en el Museo de Memoria y Tolerancia.
Publicado originalmente en CIMAC Noticias
La defensora de Derechos Humanos, Sara López González, originaria de Candelaria, Campeche, ha luchado muchas batallas en su vida para el agua, la luz, servicios de salud, calles, y recientemente, contra el Tren Maya. En esta última, dijo en entrevista telefónica con Cimacnoticias, “el gobierno nos ganó con su consulta”. Pero el voto, aseguró, no fue la última palabra en el debate sobre el megaproyecto.
Hace 40 años, cuando Sara tenía sólo 14 años de edad, empezó a trabajar en las comunidades eclesiales de base. Se inspiraron en la teología de la liberación, y junto con otros jóvenes se fueron a Xpujil, para trabajar con comunidades choles, tzeltales, tzotziles, y mayas, y luchar por agua, luz, y carreteras. “Calakmul era una zona muy pobre, en extrema marginación, sin ningún servicio básico en aquellos años”, contó. “Ahí también fue mi escuela donde aprendí a hacer pueblo con la población indígena. Agarré bastante amor a los compañeros indígenas, a ser parte de ellos.”
Así, llegaron a crear cooperativas de consumo, y capacitar promotoras y promotores de salud. Se constituyó el Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil (CRIP), por la defensa del agua.
En 1994, el trabajo con la Iglesia llegó a su fin, porque con el levantamiento de las y los zapatistas en Chiapas, el gobierno y las autoridades de la Iglesia, “incluso el mismo obispo”, sospechaban de la teología de la liberación y “perseguían” a las comunidades de base. “El gobierno decía que apoyamos a la gente de allá (Chiapas), que andábamos con armas, todo ese rollo que te inventan.”, narró López González. Así que las y los defensores decidieron seguir con su trabajo organizativo, pero fuera de la Iglesia.
Luego de un plantón en la carretera que lleva a Cancún, “de ocho días, no dejamos pasar a los carros”, para exigir el acceso al agua, giraron una orden de aprehensión en contra de ella. “La abogada me decía, ‘¿te entregas? ¿Para ver si negociamos fianza? ¿O te vas?’, entonces dije, no soy ninguna delincuente, mejor me voy por 10 años”. López González, con sus cuatro hijos y embarazada con otro, se fue a Veracruz. Pero no aguantó por la pobreza, y a los dos años se volvió a su Candelaria natal, donde al fin y al cabo, dieron carpetazo al caso del plantón.
Once meses en la cárcel por un delito inventado
Sin embargo, años más tarde, iba a enfrentar otro cargo más grave. Luego de su regreso, Sara se había reincorporado a la lucha por las causas sociales, esta vez por las tarifas altas de energía. En 2009, las autoridades la encarcelaron por “privación ilegal de la libertad de un funcionario público”. “Fue una trampa”, narró la defensora. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) había cortado la energía en las casas de varios compañeros defensores, y en la lucha por reinstalar el servicio, estaban en negociaciones con un funcionario de la CFE.Éste les prometió que se volverían a instalar las conexiones, y que podrían ir a checar los trabajos en el carro privado de Sara. Insistió en subirse a la cabina, “¡Eso fue la privación ilegal de la libertad!”, se agitó la defensora. “Y como andaban los medios, entonces grabaron un video y nos estaban chingando pues. ¡Porque él se fue conmigo en la camioneta! Éramos puras mujeres las que lo habíamos ‘secuestrado’. Y así fue como caímos en la trampa porque fue el delito que nos inventaron.”
López González tuvo que pasar once meses en la cárcel San Francisco Campeche, junto con otra mujer defensora, que fue liberada después de 3 meses, y tres compañeros hombres. Sin el apoyo y la presión de organizaciones sociales, nacional e internacional, no hubiera salido tan rápido, opinó.
El día de hoy, enfrenta otra amenaza grave: el proyecto del Tren Maya, que podría atravesar la selva y la Reserva de la Biósfera Calakmul, donde hasta ahora no hay vía. “Hemos protegido la selva, los animales, por años, por siglos! Para que venga un cabrón con su proyecto y nos lo venga a destruir?” preguntó. Contó que después de años de rumores sobre el proyecto, la consulta pública, que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador montó el 15 de diciembre, 2019, no cumplió con los requisitos internacionales para las consultas previas, libres, e informadas.
En primer lugar, la fecha de la consulta se dio con tan poca anticipación, sólo un mes, que “no nos dio la vida para informar”, contó la defensora. Y cuando se acercó la fase de información oficial, detectaron que “sólo daban la información positiva, como ‘tú indígena, campesino, puedes viajar a un precio accesible, y el beneficio va ser el empleo.’” Las defensoras y defensores demandaron que también informen de los impactos negativos.
“Cómo podemos tomar una decisión de decir ‘Si’ o ‘No’ al Tren Maya, ¿si no conocemos la manifestación de impacto ambiental? ¿Si no conocemos dónde va el tramo? ¿Qué tal y derrumben mi casa mientras dije ‘Si’? ¿Cómo vas a pasar un tren donde no están legalizadas las tierras por el decreto de la Reserva de la Biósfera Calakmul?” Muchas preguntas a las que Fonatur y el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (Inpi) no pudieron contestar. Por lo tanto, las y los defensores fueron al amparo.
También porque habían detectado irregularidades durante el voto. Algunas autoridades, aseguró Sara, habían falsificado las firmas de compañeros. El caso actualmente está ante la Corte Suprema, y la próxima audiencia se espera para este mes. Hasta una decisión final, “se supone que se suspendieron las obras, pero sobre todo Fonatur, ¡les ha valido!”, la agencia sigue sacando licitaciones, afirmó. Mientras tanto, las afectaciones para las y los defensores de la tierra fueron graves.
“Empezaron a difamarnos, que somos unos vendidos, que somos del PRI, del PAN, por no estar a favor del proyecto de López Obrador. Es un fuerte hostigamiento, una difamación al CRIP y sus integrantes”, consideró Sara. Sin embargo, no piensa en dejar la lucha. A veces, llegarían los momentos de desánimo, sobre todo para las pocas mujeres que integran la organización. Pero sólo serían momentos. Lo que anima a la defensora, es el apoyo nacional e internacional. Parte integral sería la cobertura de medios alternativos.
“Sabemos de antemano que los medios alternativos son como nuestros aliados, que van a decir lo que es”, opinó. En cambio, “los de paga”, a veces se inventan cosas. La gente de las comunidades ha tenido malas experiencias con los medios comerciales, cuando “deberían de ser neutrales los medios”, dijo López González, aunque reconoció que “hay periodistas que han sido asesinados por decir la verdad. Y estamos con ellos”, aseguró.
Del 4 de junio al 6 de julio de 2019, el Observatorio de Medios de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) analizó la presencia mediática de la defensa de la tierra y el territorio con el objetivo de mapear la percepción social sobre las mujeres en la defensa de la tierra, identificar las formas y narrativas discursivas que permitan delinear nuevas rutas comunicacionales para sus demandas en la defensa de sus tierra y territorios. Se estudiaron los medios y cuentas con el mayor nivel de influencia en México.
El 10 de marzo de 2020 CIMAC y World Association for Christian Communication (WACC, por sus siglas en inglés) presentarán los resultados del análisis en el Museo de Memoria y Tolerancia.
Publicado originalmente en CIMAC Noticias
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