La violencia estatal contra la mujer. Una voz para Muriel

Foto de MZ.

En la foto, la hermana de Muriel, con la medica de Muriel, psiquiatra argentina Myriam Garbulsky, a cargo del Departamento de Salud de la Universidad de Concepcion el dia del golpe, 11 de septiembre de 1973. Ella fue- como yo y otras personas argentinas,y de otras nacionalidades, por ser extranjeras, violentamente privada de su trabajo universitario, encarcelada, torturada y expulsada del pais por las autoridades gobernando de acto, tanto la Universidad de Concecpion, los centros de detencion y tortura, como del pais en su conjunto.


Foto por gentileza de Berenice Dockendorf

Mi ex alumna de Economia Politica,
Universidad de Concepion, Chile,
1972 Muriel Dockendorf,
desaparecida por las fuerzas
armadas chilenas, en 1974,cuando
tenia 23 años. Sus poemas pueden
verse en la exhibicion BELONGING,
hasta el 26 de febrero de 2007,
en el Museo de Londres, (cercano
al Barbican, en Wall Street,Londres).

Sus poemas han sido representados alli con parte de una coleccion de nueve cuadros de su hermana, la pintora chilena Berenice Dockendorf.

Conoci a Muriel a raiz de su devocion por la defensa del territorio y la vida mapuches en el Sur d e Chile, y trabaje, como miembro del frente de Mujeres Revolucionarias del que fui co-fundadroa, con ella y otras mujeres -y unos pocos hombres- en las cercanias de Temuco, antes del nacimiento de mi primera hija.

Este y otros tantos testimonios de mi trabajo docente y lucha organizativa feminista han sido recogidos por Zibby Alfred, tambien para la mencionada exhibicion,en donde represento a los refugiados academicos en nombre de CARA, y quedaran archivados para beneficio de presentes y futuras generaciones de la poblacion ( preferentemente escolar) de la ciudad de Londres,y son ya pues parte de su Historia Oral.
UN VOZ PARA MURIEL EN LONDRES:

Where do we belong?

Asi vencen los espiritu
a las multiples formas
de violencia que se
perpetran contra nuestra
psiquis, y nuestros cuerpos.
Hasta la victoria
de la verdad y el bien comun,
siempre, Muriel!...