Juicio oral a puertas cerradas: quien condena al sistema judicial argentino?
'Flores para mi madre', Yanina Hinrichsen(c)Londres,primavera 2007
Juan Pablo Gallegos
En Argentina, al igual que, por ejemplo, en la exclusiva Isla de Jersey, Canal de la Mancha, existen unos pocos procesos judiciales orientados a descubrir a vastas redes de abusadores de menores de ambos sexos. En Jersey la complicidad de gran parte del 'stablishment' local evitó, desvirtuó y/o demoró por muchos, muchos años, el que salieran a luz los crímenes cometidos en un asilo quera muy elegante por fuera.
En Argentina, se siguen dando postergaciones y más postergaciones parecidas al momento de decidir, por ejemplo,acerca de las actividades sospechosas de personas muy poderosas, como lo ejemplifican las complejidades que involucran a un sacerdote católico acusado en 1998, como otros varios en el mismo país y en el resto de mundo, especialmente EEUU y Australia, de abusar de su ministerio y su posición sociales, en beneficio personal y para, al parecer, satisfacer sus necesidades sexuales, y hace además varios meses que no se hacía publica la actuación aparentmente psicopática de un renombrado psicólogo porteño, bien entrado ya en la así llamada 'tercera edad'.
Nadie habla o discute allí tampoco, públicamente, que yo lo sepa, de cómo se implementan ayudas comunitarias o de salud tendientes a restablecer normalidad en estas mentes atormentadas - y no solamente la de sus víctimas, especialmente cuando estas pertenecen a familias pudientes_- al devolverlas a la sociedad. Ni mucho tampoco se discute acerca de qué mecanismos existen en la práctica para impedir que esos sucesos se sigan repitiendo día a día, es de sospechar, a lo largo y ancho del país, adonde ya existen más de 600 mujeres jóvenes desaparecidas, víctimas de la industria mundial de la trata de personas.
Pero hay también gente decente. Quien respaldará legalmente a las víctimas de uno de los casos que va a juicio oral el 19 de este mes, es el abogado Juan Pablo Gallegos.
DICHO JUICIO ORAL DEBE HACERSE PUBLICO,como lo ha indicado este profesional
Juan Pablo Gallego es el abogado que representa los intereses de las víctimas en la causa que se le sigue al sacerdote Julio César Grassi por abuso sexual contra 3 chicos de la "Fundación Felices Los Niños", que él dirigía.
Y lo hace en nombre del Comité Argentino de Seguimiento del Cumplimiento de la Convención de los Derechos del Niño que dirige la Sra. Carlotto, Presidenta también de las Abuelas de la Plaza de Mayo, quien tiene descendientes desaparecidos durante la ultima dictadura a militar en Argentina( 1976-1984)U una hija y un/a nieto/a .
Gallego publicó no hace mucho el libro "Niñez maltratada y violencia de género".
Allí investiga las distintas formas de maltrato que la Justicia ejerce contra niños y niñas víctimas de abuso sexual infantil y contra las mujeres víctimas de violencia.
Vale por tanto escuchar la opinión de otras mujeres del país, como la que sigue:
Editorial Río Negro S.A.
06/08/2007, 22:29:22
Luisa Ponce
'La reticencia de algunos jueces y defensores judiciales a capacitarse en una temática tan específica como la violencia es un obstáculo más para superar las ideologías patriarcales, y el maltrato institucional no deja de ser moneda corriente. A esto se suma la desventaja económica que frecuentemente enfrentan las mujeres y niños víctimas, resignados a esperar la lenta intervención de algún defensor oficial, excusado siempre por el legitimado discurso de "nos supera la demanda". Así, si el victimario puede pagar un abogado particular seguramente logrará transitar el momento de manera menos penosa que los agredidos. Luego de sufrir largas esperas y dolorosos interrogatorios las mujeres víctimas de maltrato suelen retirarse de los juzgados más maltratadas, humilladas y solas que cuando ingresaron., por más Ley 3040 en vigencia en la provincia de Río Negro. Tal vez lo más terrible sea observar que a veces son mujeres quienes están a cargo de juzgados y asesorías donde los denunciantes sufren una segunda victimización, o una tercera, si antes tuvieron la desgracia de recibir el mismo trato en alguna comisaría. La ayuda y la intervención oportuna no parece llegar para las víctimas. Tal vez sea necesario evaluar algunas formas en que nombramos, construímos sentidos. Decir las cosas por su nombre para desmistificar funciones. Así, deberíamos dejar de hablar de "la Justicia", como si se le atribuyeran cualidades de sujeto, con todo lo que eso implica. Son instituciones judiciales, y deben dar cuenta de su accionar frente a la sociedad como cualquier otra'.
Es de desear que se haga JUSTICIA
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