ARGENTINA: obrera superexplotada abandona hijo en la calle
Hacía más de un mes que a Denilson lo llamaban Nicolás. El 14 de agosto, los empleados del Coto de Floresta lo encontraron parado en la puerta del supermercado, solo, cuando el cielo ya estaba negro. Seguros de que estaba perdido, lo llevaron de la mano a recorrer los pasillos. Pero de su mamá no había rastros y el nene, que todavía no cumplió tres años, no supo decir ni cómo se llamaba. Ayer, cuando la búsqueda se hizo pública, una mujer boliviana de 25 años se presentó en la comisaría. “Por si me querían meter presa”, dijo. Contó que Nicolás es Denilson, su hijo, que estaba embarazada y que había decidido abandonarlo porque ya no podía mantenerlo. Tiene los documentos que lo prueban, pero todavía no se sabe cuándo podrán volver a verse.
Angélica Condorí había viajado desde Bolivia en febrero para trabajar en un taller de costura. Aunque los miembros del Consejo de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes de la Ciudad mantuvieron el hermetismo para protegerlos, Clarín supo que la mujer trabajó en un taller en donde fue maltratada y despedida. Hace dos meses consiguió trabajo en otro taller –donde también vivía– en las calles Portela y Eva Perón. “Casualmente en esa cuadra hay varios talleres que fueron allanados por trabajo esclavo”, dijo a Clarín Gustavo Vera, dirigente de La Alameda y referente de la lucha contra los talleres clandestinos que explotan a bolivianos. “Una mujer sola con un hijo podría haber estado sometida al encierro, a las amenazas. La Justicia deberá determinar si no podía tener a su hijo porque estaba siendo reducida a la servidumbre”, advirtió Vera.
Después de dos semanas de buscar pistas de su familia en toda la provincia, Denilson fue alojado en un hogar con chicos de su edad. Estaba en buen estado de salud y sólo una vez mencionó la palabra “mamá”. “Está arrepentida, avergonzada, siente culpa por lo que hizo”, es lo poco que contó ayer Silvia Nespereira, Jefa del Area de Niños perdidos del Consejo. Trascendió que, después de haberlo abandonado, Angélica habría dicho en su trabajo que había mandado al nene a vivir con el padre.
Ayer, los foros de Internet ardieron: ¿Debe ir presa una mujer que abandona a su hijo y luego se arrepiente? Más allá de lo que decida la Justicia, Angélica aún no tiene permitido verlo. “Tiene que estar en mejores condiciones psicológicas para poder revincularse con el nene”, dijo Nespereira. “Todavía no”.
Y lo peor que esto en la Argentina sigue pasando, pobre los niños, pobres los que viajan a este país y son explotados (a veces por gente del mismo gobierno...)
ResponderBorrarGracias Marta, un abrazo Gus.