Poema de MARTA ZABALETA: por que NUNCA MAS
La cárcel de Devoto en 1979. Atrás se ve la ventanita por la cual se comunicaba una con la policía.
Mi padre fue a llevarle muchas veces ropa, etc, a mi marido, y lo tenía que entregar en esa ventana, sin que nucncale permitieran visitarlo. Nuestra hijita de 3 años lo visitó una vez, porque me ayudó a llevarla nuestro gran amigo Pablo Gutman.Pero me pidió no ir nunca más.Asi lo hice.
Foto sacada de Internet
EL CAFETIN DE DEVOTO
Esas mañanitas de Buenos Aires
si sos lo único en la vida
que se pareció a mi vieja.
EL CAFETIN DE DEVOTO
A las
víctimas de la Operación Cóndor en Argentina, y a mis hijos Tomás Alejo y
Yanina Andrea Hinrichsen Zabaleta
“Traful, recuerdo con una quizás indebida alegría el
año entero que pasamos enjaulados en un coqueto ambiente de 1, 5 x 1,80, con
todos los adelantos (inodoro, piletita, lampazo). Leíamos desde las 6 a.m.
hasta las 9am, hora de ir al recreo. En la tarde, después del recreo vespertino
cantábamos a dos voces y los otros "internos" creían -promoviendo
nuestra más sincera vanidad- que había una radio en el pabellón. Los dos 1 de
septiembre en que convivimos canté para vos "Le temps des cérises".
Un primero de febrero vos me cantaste un estilo de Gardel. A la noche,
inventamos una ceremonia muy graciosa (para nosotros) con el objeto de preparar
los catres. Podíamos a veces pasarla muy mal, pero éramos -¿lo diré?- felices.
Nos fortalecían la esperanza, los ideales, las canciones, las lecturas y el
sentido del humor. Y tu inmensa bondad solidaria”.
Emilio de Ípola *.
9/5/2009
9/5/2009
Devoto tenía ese
que sé yo, ¿viste?
Y detrás de ningún
árbol se me aparecía él.
Mezcla rara de
penúltimo linyera y de primer polizonte a la luna
que no andaba por
la larga calle de la cárcel. Calle sin árboles.
Piantados y
piantadas había, pero estaban adentro. Presas. Presos.
Y enfrente el
cafetín sin mesas, abierto todo el d҉a,
como con bronca y
coraje.
Mañanitas de
Devoto con madres de socialistas chilenos,
presos y presas de
antes del golpe.
Acampaban durante
la noche en la calle de la cárcel. Y sacaban un número que me guardaban,
porque yo tenía
una hijita. Por eso llegaba tarde,
tipo siete de la
mañana, al lugar de las chilenas,
que ya estaban bien
adelante en la cola.
Llegaba, sí, pero
ya estaba agotada. Y muy nerviosa.
Porque las dos nos
acostábamos a las tres de la mañana
siempre vestidas, como
esperando, la nena y yo.
Por si nos secuestraban de madrugada.
Por si nos secuestraban de madrugada.
Ella pensaba
defenderse
con el palo de la palita
de la playa
que todavía guarda bajo su cama.
que todavía guarda bajo su cama.
La dejaba
durmiendo, con su nanita Silvia Ibalde
recién llegada. Salía
a escondidas, si podía
sin saludar al
portero, dejando atrás la calle Zapiola,
y caminaba
y caminaba y
caminaba
a riesgo de extenuarme. Ingenuamente,
a riesgo de extenuarme. Ingenuamente,
creía que así
nadie sabría
de que casa
departamento de la calle Zapiola, había partido.
Siempre encontré complicado
eso de pedirle a un tachero que me llevara.
Por más que caminara, cuadras y cuadras, poder pasar anónima
Por más que caminara, cuadras y cuadras, poder pasar anónima
en Buenos Aires,
no era sencillo: decir Cárcel de Villa Devoto y azorocharme.
Vendrían luego los cuentos, consejos, retos con amenazas, y hasta alguno que otro
requiebro, quejas del alma. Mi marido chileno,
Vendrían luego los cuentos, consejos, retos con amenazas, y hasta alguno que otro
requiebro, quejas del alma. Mi marido chileno,
el preso Alberto, hubiera
dicho
que todo era más simple, 'los encontrabas
que todo era más simple, 'los encontrabas
porque les
hablabas, y te seguirían todo el tiempo
desde antes de
caer yo en cana…'
Desde Belgrano R
hasta la cárcel, de un de repente,
yo descansaba,
revisando en la mente
si llevaba el
dinero que debía depositarle en la cuenta
del Banco Nación
sucursal de la cárcel, para que le dieran
pan y mate cocido.
Palos. El resto, hambre.
Por meses, no le entraron ropa. Después los utensilios de tocador, entregados desde la
cola por mi padre, sin poder verlo. Y las requisas.
Por meses, no le entraron ropa. Después los utensilios de tocador, entregados desde la
cola por mi padre, sin poder verlo. Y las requisas.
Y dejarlo sin visitas.
Estaban suspendidas ¿habría traslados?
Sangre y terror,
sin lágrimas. ¿Quién moriría?...
Aserrín aserrán
los maderos de San Juan
piden pan, no les dan,
piden queso, les dan hueso
y les cortan el pescuezoAserrín aserrán
los maderos de San Juan
piden pan, no les dan,
piden queso, les dan hueso
Esas mañanitas de Buenos Aires
donde en la cola estaba
una de las hermanas
del Che Guevara.
Parada por horas, reclamando
el derecho de los presos de querer ser mirados.
Y una media atontada, agonizaba primero
Parada por horas, reclamando
el derecho de los presos de querer ser mirados.
Y una media atontada, agonizaba primero
en esa barcito ubicado
justo enfrente de la puerta de la cárcel.
No tenían
medialunas, ni milanesas:
compañeras
nerviosas, madres llorando, hermanas tristes, esposas una que otra , y
hasta un hermano, dos padres, harto humo, café y miedo.
hasta un hermano, dos padres, harto humo, café y miedo.
Mucho miedo; pero
nunca un tango.
Y muy importante,
había un servicio.
Después, pasar y
adentro, humillación y espanto.
La cola: hijas,
hijos, de pocos años
un día
un día
llevándole un
clavel y una rosa por el cumpleaños
a su madre.
Sería la hora en
que los esbirros
comenzaban a tomar
el mate amargo, que escupían a tu paso.
También la de mi primer güisqui del día,
También la de mi primer güisqui del día,
en ayunas, sin
hielo ni soda
para darme coraje,
desasustarme.
Paren las bembas.
Tómense un trago,
que ya lo’vamos.
Barcito que no
tenías wisky ni bombones,
como aquel bar bienudo
adonde a pocos selectos
les tocaba con
sexteto el gran Piazzola.
Un dia charlando
le pedí que tocara en el Luna Park
para mandarle
fondos a los presos en Chile,
¿En el Luna Park?
repitió en un murmullo Se sonrió con tristeza, y comentó: ‘...Pero son tantos…’
Y yo que digo: Claro,
che, hay que hacer algo, por eso mismo…
‘…¿Y quién va a
pagar por escucharme, Marta?’
Miraba con ironía,
tal vez con cierta tristeza,
en aquella
nochecita loca de Buenos Aires.
Tardecitas que a
veces
tienen ese algo, un
no sé qué, que te hace sentir tan sola
cuando hacés cola. Por un númerito, para irte al exilio,
cuando hacés cola. Por un númerito, para irte al exilio,
por una sopa, o en
un avión a la muerte en El Plata…
Aunque no nos quede pan, siempre les sobran balas.
Aunque no nos quede pan, siempre les sobran balas.
Como olvidarte en esta queja
cafetín de Buenos Airessi sos lo único en la vida
que se pareció a mi vieja.
*Horacio Traful
Baldomero Alvarez Grunnman, chileno-argentino'francés, fue secuestrado en Buenos Aires
el 7 de abril de 1976. Apareció más tarde en la cárcel de Devoto y luego de la
inspección de Amnisty Internacional, fue trasladado a la cárcel de Alta
Seguridad de La Plata, Unidad 9, a cuya celda hace referencia su colega y amigo
Emilio de Ipola, autor de este epitafio que escribió en la webpage de Traful (http://www.trafulalvarez.com.ar/ppal.htm),
dos años después de la inesperada muerte de la muerte de Traful en el exilio en
Francia, 2007.
Marta Zabaleta ©, Londres, 11 de marzo
2010, día en que en Chile asume el gobierno el pinochetismo, movimiento
político que nunca dejó realmente el poder. Sólo el gobierno.
Capítulo de Dulce de Leche, libro de mis seudo memorias (sin publicar)
Parece increíble pero nunca vi la cárcel desde afuera.... Conmovedor lo que has publicado Marta. Un abrazo
ResponderBorrarLiked in Facebook by
ResponderBorrarEduardo Coiro, CABA
Amelia Arellan, San Luis
Javiera Rojas Cifuentes, Santiago
Sonia Cavalcanti, Sao Paulo.
Abarzos, y mucha sgrcia spor estar.
Marta
Ruth Ramírez Carvajal escribio en FB, desde Arica:
ResponderBorrarMARTITA, TE QUIERO MUCHO, ¡CUANTO TE RECUERDO, Y CON QUE NOSTALGIA¡ Y yo le respondi.
Querida Ruth
ResponderBorrarViste como es ingrata la vida! Pero celebremos el hecho de que hasta hoy estamos vivas, para querernos y para seguir peleando por la justicia social, no crees? Un fuerte abrazo.
Y ella a su vez, respondio:
Ruth Ramirez Carvajal
IGUAL AMIGA Y COMPAÑERA ETERNA
Abrazos, Ruth.
En FB, clqueron me gusta:
ResponderBorrarEnrique Stola, Caba.
Marita Ragozza., Arg.
Muchas gracias.Marta
emociona,gracias por escribirlo,en vos abrazo al Vikingo,
ResponderBorrarsilvia loustau
Hoy 17 de junio de 2019, se sumó en Facebook la gran Elsa Osorio. Un abrazo en nombre de mis cumpas, querida Elsa.
ResponderBorrarMarta, desde el destierro.
sigue vigente, sigue en pie la cárcel...pero tambien nosotros...
ResponderBorrarGran sorpresa! Muy bienvenida, muy estimada Ester Mann.Como siempre, tu comentario te muestra madura, reflexiva y luchadora.
ResponderBorrarGracias por tu lectura. Te mando un fuerte abrazo y quiero que sepas que siemrpe me acuerdo con mucho interés de vos.Marta 17 de junio 2019, Londres