Dos escritoras argentinas finalistas del Booker Prize 2020
28 de febrero de 2020 ·Pag 12
Gabriela Cabezón Cámara y Samanta Schweblin
Junto
a otros once finalistas, entre los que figuran el francés Michel
Houellebecq y el español Enrique Vila-Matas, aspiran al Premio
International Booker Prize 2020, uno de los más prestigiosos del mundo
entre los libros traducidos al inglés.
Las escritoras argentinas están conquistando el mundo. Samanta Schweblin y Gabriela Cabezón Cámara
integran la “longlist” de finalistas del International Booker Price
2020, un premio que reconoce la mejor ficción traducida al inglés. Esta
es la primera vez que Cabezón Cámara está entre los 13 seleccionados con
la novela Las aventuras de la China Iron, traducida como The adventures of Iron China por Iona Macintyre y Fiona Mackintosh, publicada por Charco Press, editorial con sede en Edimburgo fundada por la argentina Carolina Orloff. Schweblin –que volvió a ingresar por tercera vez- está ahora en la lista larga con Little Eyes, la traducción de su última novela Kentukis, realizada por Megan McDowell para el sello Oneworld
Publications. El International Booker Prize está dotado con 50.000 libras –unos 64.500 dólares- y se reparte entre autores y traductores por partes iguales.
presentados por los cinco miembros del jurado de esta edición: el presidente Ted Hodgkinson, del Southbank Centre de Londres; Lucie Campos, directora de Villa Gillet -el centro de escritura internacional de Francia-; la traductora y escritora ganadora del Premio Internacional Man Booker Jennifer Croft; la escritora mexicana Valeria Luiselli y el poeta y novelista indio Jeet Thayil. Además de las escritoras argentinas, en la lista larga están la mexicana Fernanda Melchor, con la traducción de Temporada de huracanes, Hurricane Season, a cargo de Sophie Hughes, editada por Fitzcarraldo; el español Enrique Vila-Matas con Mac y su contratiempo, traducida como Mac and His Problem por Margaret Jull Costa y Sophie Hughes, publicada por Havill Secker; y el francés Michel Houellebecq con Serotonin, traducida por Shaun Whiteside y editada por William Heinemann. La lista corta o “shorlist” con los seis finalistas se anunciará el 2 de abril. La ganadora o ganador se conocerá el 19 de mayo.
Publications. El International Booker Prize está dotado con 50.000 libras –unos 64.500 dólares- y se reparte entre autores y traductores por partes iguales.
presentados por los cinco miembros del jurado de esta edición: el presidente Ted Hodgkinson, del Southbank Centre de Londres; Lucie Campos, directora de Villa Gillet -el centro de escritura internacional de Francia-; la traductora y escritora ganadora del Premio Internacional Man Booker Jennifer Croft; la escritora mexicana Valeria Luiselli y el poeta y novelista indio Jeet Thayil. Además de las escritoras argentinas, en la lista larga están la mexicana Fernanda Melchor, con la traducción de Temporada de huracanes, Hurricane Season, a cargo de Sophie Hughes, editada por Fitzcarraldo; el español Enrique Vila-Matas con Mac y su contratiempo, traducida como Mac and His Problem por Margaret Jull Costa y Sophie Hughes, publicada por Havill Secker; y el francés Michel Houellebecq con Serotonin, traducida por Shaun Whiteside y editada por William Heinemann. La lista corta o “shorlist” con los seis finalistas se anunciará el 2 de abril. La ganadora o ganador se conocerá el 19 de mayo.
Schweblin (Buenos Aires, 1978) –que estuvo en el selecto grupo de la “lista corta” en 2017 con Distancia de rescate (Fever Dream), edición en la que ganó el premio el israelí David Grossman- participa en esta ocasión con Little Eyes,
“una hábil distopía ambientada a poca distancia del presente que deja
al descubierto nuestra obsesión contemporánea por mirar y ser
observados”, planteó el jurado sobre la traducción de Kentukis (Literatura Random House), novela que publicó en 2018 y que fue seleccionada por el diario The New York Times en su versión en español como uno de los diez mejores títulos de ficción de 2018. Desde Berlín, donde vive hace casi ocho años, Schweblin cuenta que son tres libros seguidos en la longlist del International Booker Prize. “Estoy muy contenta que me acompañen Gabi con Las aventuras de la China Iron y Fernanda Melchor con Temporada de huracanes
porque son novelas monstruosamente buenas, además admiro mucho a
Vila-Matas y lo vengo leyendo desde siempre. La presencia
hispanoparlante es fuertísima y es muy interesante pensar qué está
pasando con la literatura escrita en español en el mundo anglosajón”,
dice la autora del libro de cuentos Siete casas vacías a Página/12.
En Las aventuras de la China Iron (Literatura Random House, 2017), Cabezón Cámara, en sintonía con Leónidas Lamborghini que postulaba “la gauchesca como arte bufo”, reescribe el Martín Fierro desde una perspectiva feminista, poscolonial y LGBT. The New York Times eligió esta novela como uno de los mejores libros de ficción iberoamericana de 2017 y para El País de España estuvo entre los 20 mejores libros latinoamericanos publicados en 2017. “Estoy muy contenta; es una lista de autores excelente, estoy muy honrada”, dice Cabezón Cámara (Buenos Aires, 1968). “También me encanta que estemos tres latinoamericanas: Samanta es una escritora extraordinaria y Fernanda Melchor también”, agrega la autora de las novelas La virgen cabeza, Le viste la cara a Dios y Romance de la negra rubia.
Aunque Las aventuras de la China Iron tiene que ver con la tradición literaria argentina, también puede leerse sin tener la “enciclopedia gauchesca” en la memoria. “La novela piensa la manera cruenta y bestial en que la burguesía argentina terminó consolidando el estado nación con este modelo agroextractivista de grandes latifundios que siempre es genocida", advierte Cabezón Cámara. "Fijate en Salta, que se murieron nueve nenes wichis; los chicos se mueren por la expansión de la frontera del agroextractivismo; deforestan, contaminan el agua, llenan todo de peste y los wichis no tienen agua para tomar ni comida para comer; es un modelo criminal que sigue imperando y que nunca se aleja de la conquista. Los pueblos originarios en Latinoamérica siempre están siendo avasallados, conquistados, vejados, destrozados. Y la naturaleza también. Mi novela tiene que ver con la fiesta del deseo, con la fiesta de la naturaleza; una especie de panamor, ¿no?, algo que va y viene entre las personas y las plantas, las plantas y los animales, los animales y las personas. En fin, es una especie de poshumanismo más amoroso y menos criminal, que no nos deje sin mundo en menos de cien años”.
En Las aventuras de la China Iron (Literatura Random House, 2017), Cabezón Cámara, en sintonía con Leónidas Lamborghini que postulaba “la gauchesca como arte bufo”, reescribe el Martín Fierro desde una perspectiva feminista, poscolonial y LGBT. The New York Times eligió esta novela como uno de los mejores libros de ficción iberoamericana de 2017 y para El País de España estuvo entre los 20 mejores libros latinoamericanos publicados en 2017. “Estoy muy contenta; es una lista de autores excelente, estoy muy honrada”, dice Cabezón Cámara (Buenos Aires, 1968). “También me encanta que estemos tres latinoamericanas: Samanta es una escritora extraordinaria y Fernanda Melchor también”, agrega la autora de las novelas La virgen cabeza, Le viste la cara a Dios y Romance de la negra rubia.
Aunque Las aventuras de la China Iron tiene que ver con la tradición literaria argentina, también puede leerse sin tener la “enciclopedia gauchesca” en la memoria. “La novela piensa la manera cruenta y bestial en que la burguesía argentina terminó consolidando el estado nación con este modelo agroextractivista de grandes latifundios que siempre es genocida", advierte Cabezón Cámara. "Fijate en Salta, que se murieron nueve nenes wichis; los chicos se mueren por la expansión de la frontera del agroextractivismo; deforestan, contaminan el agua, llenan todo de peste y los wichis no tienen agua para tomar ni comida para comer; es un modelo criminal que sigue imperando y que nunca se aleja de la conquista. Los pueblos originarios en Latinoamérica siempre están siendo avasallados, conquistados, vejados, destrozados. Y la naturaleza también. Mi novela tiene que ver con la fiesta del deseo, con la fiesta de la naturaleza; una especie de panamor, ¿no?, algo que va y viene entre las personas y las plantas, las plantas y los animales, los animales y las personas. En fin, es una especie de poshumanismo más amoroso y menos criminal, que no nos deje sin mundo en menos de cien años”.
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