Fallo histórico: Sudán prohibió la mutilación genital femenina
!8 de julio, Pag 12
Será penada con hasta tres años de cárcel
Fallo histórico: Sudán prohibió la mutilación genital femenina
Imagen: AFP
El Consejo Soberano, la máxima autoridad del gobierno del Sudán, aprobó una ley que penaliza la mutilación genital femenina,
una práctica ancestral muy extendida en el país, que organizaciones de
todo el mundo luchan por erradicar. Este tipo de procedimientos, que
representan una flagrante violación a los derechos humanos y afecta
niñas y mujeres principalmente en África, Oriente Medio y Asia, son
duramente cuestionados por la Organización Mundial de la Salud.
El Consejo, integrado por autoridades militares y civiles, aprobó una serie de leyes, entre ellas la que tipifica como delito la ablación femenina, una práctica que “atenta contra la dignidad de la mujer”, según especificó el Ministerio de Justicia en un comunicado.
La OMS denomina mutilación femenina a todos los procedimientos consistentes en la resección parcial o total de los genitales externos femeninos, así como otras lesiones de los órganos genitales femeninos por motivos no médicos.
Según el texto de la nueva ley de Sudán, “la mutilación de los órganos genitales de la mujer está ahora considerada como un crimen” y “cualquier persona que la haga será condenada a una pena de hasta tres años de cárcel”. Además, la clínica o el lugar donde se realice la ablación podrán ser cerrados.
Las otras medidas anunciadas incluyeron la eliminación del delito de apostasía (que estaba penado con la muerte) y los azotes como método de castigo; se permite la libre circulación de las mujeres, también con sus hijos (antes necesitaban el permiso de un hombre), y se liberó el consumo de alcohol para no musulmanes.
Este anuncio llega más de un año después de la caída en abril de 2019 del régimen de Omar el Beshir, bajo presión de una revuelta popular. Beshir, que gobernó el país durante 30 años tras un golpe de Estado apoyado por los islamistas, había descartado un proyecto de ley contra la ablación en 2015.
Las mujeres sudanesas desempeñaron un papel de primer plano en la revuelta que llevó, después de la caída de Beshir, ahora encarcelado, a la formación en agosto de 2019 de un gobierno de transición hacia un poder civil.
“Esta práctica no es solo una violación de los derechos de las mujeres, sino que tiene graves consecuencias para la salud física y mental”, señaló Abdula Fadil, representante de la Unicef en Jartum.
Según los defensores de los derechos de las mujeres, la criminalización de la práctica solo será una etapa de un largo proceso que llevaría a su desaparición. En Sudán, la ablación aumentó en estas tres últimas décadas en regiones donde ya no se practicaba, como en las montañas de Nubia, al norte del país.
En marzo pasado, militantes sudanesas se mostraron decepcionadas por el poco interés de las autoridades en mejorar sus derechos, y pidieron la abolición o la enmienda de varias leyes consideradas discriminatorias.
Entre la legislación que mencionaron, se incluyó la baja representación de las mujeres en el gobierno, la carencia de una ley que criminalice el hostigamiento sexual y la existencia de la ley sobre el estatuto personal de 1991, inspirada en la sharia (ley islámica), que posibilita dar en matrimonio niñas de diez años y no prevé el consentimiento de la mujer en los contratos matrimoniales.
El Consejo, integrado por autoridades militares y civiles, aprobó una serie de leyes, entre ellas la que tipifica como delito la ablación femenina, una práctica que “atenta contra la dignidad de la mujer”, según especificó el Ministerio de Justicia en un comunicado.
La OMS denomina mutilación femenina a todos los procedimientos consistentes en la resección parcial o total de los genitales externos femeninos, así como otras lesiones de los órganos genitales femeninos por motivos no médicos.
Según el texto de la nueva ley de Sudán, “la mutilación de los órganos genitales de la mujer está ahora considerada como un crimen” y “cualquier persona que la haga será condenada a una pena de hasta tres años de cárcel”. Además, la clínica o el lugar donde se realice la ablación podrán ser cerrados.
Las otras medidas anunciadas incluyeron la eliminación del delito de apostasía (que estaba penado con la muerte) y los azotes como método de castigo; se permite la libre circulación de las mujeres, también con sus hijos (antes necesitaban el permiso de un hombre), y se liberó el consumo de alcohol para no musulmanes.
Este anuncio llega más de un año después de la caída en abril de 2019 del régimen de Omar el Beshir, bajo presión de una revuelta popular. Beshir, que gobernó el país durante 30 años tras un golpe de Estado apoyado por los islamistas, había descartado un proyecto de ley contra la ablación en 2015.
Las mujeres sudanesas desempeñaron un papel de primer plano en la revuelta que llevó, después de la caída de Beshir, ahora encarcelado, a la formación en agosto de 2019 de un gobierno de transición hacia un poder civil.
Qué es la ablación
La ablación, que puede ser mortal en algunos casos, es vista aún como un acto “ritual” en Sudán y nueve de cada diez mujeres fueron víctimas de esta práctica, según Naciones Unidas. También se la lleva a cabo en muchos países de África, Oriente Medio y Asia, especialmente en el medio rural.“Esta práctica no es solo una violación de los derechos de las mujeres, sino que tiene graves consecuencias para la salud física y mental”, señaló Abdula Fadil, representante de la Unicef en Jartum.
Según los defensores de los derechos de las mujeres, la criminalización de la práctica solo será una etapa de un largo proceso que llevaría a su desaparición. En Sudán, la ablación aumentó en estas tres últimas décadas en regiones donde ya no se practicaba, como en las montañas de Nubia, al norte del país.
En marzo pasado, militantes sudanesas se mostraron decepcionadas por el poco interés de las autoridades en mejorar sus derechos, y pidieron la abolición o la enmienda de varias leyes consideradas discriminatorias.
Entre la legislación que mencionaron, se incluyó la baja representación de las mujeres en el gobierno, la carencia de una ley que criminalice el hostigamiento sexual y la existencia de la ley sobre el estatuto personal de 1991, inspirada en la sharia (ley islámica), que posibilita dar en matrimonio niñas de diez años y no prevé el consentimiento de la mujer en los contratos matrimoniales.
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