Ir al contenido principal

ARGENTINA: otros recuerdos iguales a los míos de familiares de presxs y desaparecidxs y de cámo era nuestra vida bajo el terrorismo de estado

El recuerdo de Eduardo Schiavoni y Jorge Toledo, torturados y asesinados siendo presos políticos

Homenaje en la ex cárcel de Caseros

Dos placas conmemorativas señalan un nuevo sitio de memoria en la plazoleta del Archivo General de la Nación, que funciona en este lugar de Parque Patricios. 

De Pedro, Pietragalla y familiares de Schiavoni y Toledo participaron del acto.  (Fuente: Jorge Larrosa)
De Pedro, Pietragalla y familiares de Schiavoni y Toledo participaron del acto. . Imagen: Jorge Larrosa

Resistencia, tenacidad y resiliencia. Estas tres palabras se hilvanan en el discurso del ministro del Interior, Eduardo de Pedro, cuando se refiere a la actitud de quienes atravesaron la oscuridad del terrorismo de Estado durante la última dictadura. Habla en el acto de señalización de un nuevo sitio de memoria. Se trata de la plazoleta que atraviesa el predio donde funcionó la ex cárcel de Caseros entre 1979 y 2003 --en la intersección de Pichincha y Rondeau--, la que da ingreso al Archivo General de la Nación y que a partir de ahora se llama “Plazoleta Schiavoni-Toledo”.

El homenaje conmemora la vida y la militancia de Eduardo José Schiavoni y Jorge Miguel Toledo. Dos militantes populares “torturados y asesinados” en el penal que aquí funcionó, consigna la placa descubierta en el emotivo y reflexivo acto celebrado este lunes por la tarde. Con la presencia de expresos políticos que estuvieron detenidos en Caseros, de familiares de detenidos por razones políticas, de organizaciones barriales y de derechos humanos, junto a los organismos oficiales involucrados, se concretó --en un gesto colectivo y de profunda raíz histórica--, en el porteño barrio de Parque Patricios, esta nueva señalización. La conmemoración evidencia la decisión de “expresar en el espacio público el reconocimiento a las víctimas”, detallan los organizadores al iniciar el evento. 

La presencia del ministro del Interior y del secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragalla, junto a las autoridades del Archivo General de la Nación --Pablo Fontdevila y Samanta Casareto, marca una politica en ejecución. "Y la convicción de hay un Estado presente”, señaló Pietragalla. El secretario de Derechos Humanos subrayó la importancia de realizar el homenaje “en el lugar donde funcionó una cárcel que sembró el exterminio de ideas, donde se quebraba el compromiso de compañeros y compañeras para que esas referencias de lucha, no salieran con vida de aquí”. En esa línea se leen las causas de estas muertes caratuladas de "suicidio": Schiavoni en 1980, y Toledo en 1982.

Custodiar la memoria

Las adhesiones suman instituciones y personalidades del movimiento de Derechos Humanos, desde la legisladora Victoria Montenegro a la agrupación Miguel Bru, con sede en Parque Patricios. Un barrio con historias de solidaridad y de luchas, como las que sostenían allí los presos políticos durante los años del terrorismo de Estado.    

La vieja cárcel fue demolida entre 2004 y 2007 “por tratarse de un símbolo de la opresión de la dictadura cívico-militar --repasa Pablo Fontdevila, director del AGN--, y ahora aquí funciona un archivo, y ahora además un sitio de memoria”. Al reivindicar el espacio y la función del archivo, Fontdevila sostuvo: “somos responsables de custodiar la historia y, por ende, también la memoria, y los derechos del pueblo argentino”.

"Estas políticas de Memoria, Verdad y Justicia se pueden dar gracias a la resistencia y la tenacidad de las organizaciones de Derechos Humanos”, enfatizó De Pedro. Y puntualizó, luego de descubrir las placas, que estas políticas “iniciadas por Néstor Kirchner, y continuadas por Cristina Fernández y ahora por Alberto Fernández” son posibles “por la resistencia de los familiares de detenidos y desaparecidos; por la militancia y la tenacidad de los presos y las presas políticas, y también de los exiliados y exiliadas”.

Seguir pensando lo mismo

Pocos minutos antes, las emotivas palabras de Alicia Schiavoni, hermana de Eduardo, detenida y luego exiliada, habían confirmado el derrotero de los familiares y sus luchas por el esclarecimiento de los hechos. En este caso con la solidaridad “del exilio italiano” explica Alicia. Y recuerda: "Eduardo, o el pelado, o el flaco, como le decían, era un tipo sencillo, convencido de que una sociedad nueva y más justa era posible". Luego de un silencio agrega: "Y estoy aquí porque sigo pensando lo mismo".

Angelita, “compañera por diez años” de Jorge Toledo, lo rescata como “un luchador incansable”. El periplo de su detención lo ubica "durante dos años y seis meses en esta nefasta prisión” cuenta. Por eso valora "este acto, como una forma de mantener activa la memoria para las próximas generaciones”.

Las muertes de Schiavoni y Toledo representan algunas de las formas más macabras de hostigamiento que la dictadura ostentó en este penal. Eso sostienen muchos de los expresos, representados por Hernán Invernizzi, en la inauguración de este sitio. “Un lugar destinado a producir dolor y sufrimiento, confusión y locura, con equipos donde participaban sacerdotes y médicos psiquiatras, asistentes sociales y antropólogos”, relata. 

Describe entonces la oscuridad de esas dos torres de veintidos pisos por las que pasaron miles de detenidos, de diversos signos políticos. "Al poder no le importaba, los fusilaban igual, los tiraban vivos al mar", señala. Y concluye que, a pesar de todo, en este lugar se vivió la solidaridad, "frente a la reacción del poder”. 

La visita de un hijo

“Yo visité durante un año y medio a mi viejo, acá en Caseros” dice Lucas Mac Guire. “Y conocí perfectamente todo, lo tengo grabado en la retina”, ironiza, sobre la imagen truculenta que se imprime en forma de recuerdos: “Los ascensores modernos y mortíferos, los ruidos de las puertas eléctricas automáticas, bien militares, el maltrato absoluto hacia los familiares, porque éramos tantos, que hacíamos colas interminables y cuando llegábamos, después de hacer todo el trámite, tenías que ponerte la ropa que ellos decían. Mi madre tenía que ir con pollera debajo de la rodilla y con zapatos, y no podía ir con botas. ¡Año ’79, 80! Y quizá cuando llegabas te decían que estaba castigado y no podías verlo”. 

Para mí fue una experiencia terrible y muy traumática, pero también hoy esas imágenes me permiten reconocer esa maquinaria que puso en marcha la dictadura. En una arquitectura del terror a la que nadie estaba acostumbrado, y yo estuve en cinco cárceles, eran los lugares donde mi papá estuvo durante los 6 años. Y Caseros fue absolutamente significativo y muy impresionante, no la voy a olvidar, porque a la edad que yo tenía, 8, 9 años, en esas visitas ya podía entender lo que estaba pasando y la crueldad que significaba ese encierro”. 

“Mi papá estuvo casi dos años. Pero hoy, lo bueno fue que me encontré con un montón de gente que había sido compañera de él, y fue todo muy emocionante”.   Pag 12


Nota de Marta Zabaleta
Cuando yo hacía cola en la carcel 'modelo' de Villa Devoto para visitar al preso politico chileno Ricardo Alberto Hinrichsen Ramírez, (por entonces mi esposo) conoci al famliliar de otro preso politico de Devoto, cuyo otro hermano - me dijo, estaba preso en la cárcel de Casero.

Tuvimos miedo de hablar más que unas pocas palabras, pero  recuerdo hasta el dia de hoy su rostro y su apariencia.Y deseo que ojala él y sus hermanos hayan podido recuperarse luego de  vivir tan brutales experiencias.

 Y me quedo sola, aquí tan lejos, lejos y pensando ¿sería esta la carcel de Caseros de la que él hablaba con gran horror?

Exilio, 7 diciembre 2021

 


Comentarios

Entradas más populares de este blog

Fusilados/as :PRESENTE

DISCUSIONES SOBRE LAS PILDORAS

PERU : STOP NEWS FUJIMORI CONDENADO.RU