Diminuta, morena, bilingüe y con sus profundos ojos negros como de Cóndor, la papay Nicolasa fue emblemática en la resistencia del pueblo Mapuche ante la nueva desposesión territorial que sacudió a nuestro pueblo en la década de los 90’ por el neoliberalismo corregido de la Concertación. Sin duda que su lucha fue clave en la mapuchización de las generaciones de militantes que decidieron comenzar a rebelarse a fines de esa década ante los atropellos del Estado, ahora a nombre de la modernidad. La construcción de ese tremendo muro de concreto en Alto Biobío, ejemplificó la intransigencia del modelo, de una clase política miope y empresarios dispuestos a todo para lograr sus objetivos. En cierta medida, Ralco y su antecesora Pangue, nos demostraron a los Mapuche que nuestros derechos como pueblos estaban supeditados al desarrollo económico del país. Pero las papay Quintremañ ejemplificaron algo políticamente incorrecto en tiempos de consumismo: que no todo tiene un precio. Como lo dijo ella misma en un 12 de octubre de 1998, “nosotros no nos saldremos de nuestras tierras, la tierra es nuestra madre y está viva, nosotros la defenderemos y pelearemos hasta el final por ella, nuestra tierra no tiene precio”.
ESTOY HECHA DE RETAZOS-POEMA de CARO CAROLINA
Estelas en la mar 7 · Estoy hecha de retazo S Estoy hecha de retazos, pedacitos coloridos de cada vida que pasa por la mía y que voy cosiendo en el alma. No siempre son bonitos, ni siempre felices, pero me agregan y me hacen ser quien soy. En cada encuentro, en cada contacto, voy quedando mayor. En cada retazo una vida, una lección, un cariño, una nostalgia... Que me hacen más persona, más humana, más completa. Y pienso que es así como la vida se hace: de pedazos de otras gentes que se van convirtiendo en parte de uno también. Y la mejor parte es que nunca estaremos listos, finalizados. Siempre habrá un retazo para añadir al alma. Por lo tanto, gracias a cada uno de ustedes, que forman parte de mi vida y que me permiten engrandecer mi historia con los retazos dejados en mí. Que yo también pueda dejar pedacitos de mí por los caminos y que puedan ser parte de sus historias. Y que así, de retazo en retazo podamos convertirnos, un día, en un inmenso bordado de &
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