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CABA: Norma Loto y quiénes rechazan el lenguaje inclusivo.

Entrevista a Norma Loto, periodista feminista y docente universitaria

Por qué el lenguaje inclusivo causa tanto rechazo en sectores conservadores

La autora de "La lengua no se calla" analiza las reacciones virulentas que genera el uso del lenguaje inclusivo. El papel de la RAE y sus intereses ecónomicos. La prohibición porteña.

Norma Loto es autora de "La lengua no se calla", un libro de reciente publicación. (Fuente: Verónica Bellomo)
Norma Loto es autora de "La lengua no se calla", un libro de reciente publicación.. Imagen: Verónica Bellomo

“La sociedad es la obrera de la lengua”, dice Norma Loto, periodista feminista, docente universitaria, y autora de La lengua no se calla. Apuntes sobre la expulsión y la inclusión del lenguaje, un ensayo en el que se explaya sobre un tema que genera un rechazo inusitado en sectores conservadores y de derechas, que acaba de publicar las editoriales Sudestada y Malamadre. En una entrevista de Página 12 cuenta sobre los insultos que recibe cada vez que escribe sobre el uso de la e y además, detalla el rol de la Real Academia Española y sus intereses ecónomicos a la hora de gerenciar y marcar los límites de la lengua. También considera que la prohibición del lenguaje inclusivo en las escuelas porteñas “tiene un efecto antipedagógico y expulsivo”.

Hace tiempo que Loto suele trazar una diferencia entre el lenguaje inclusivo y el no sexista. El primero, define, tiene como objetivo nombrar para dar visibilidad a las diversas existencias que tiene la humanidad; por ejemplo, las personas con discapacidad, pueblos originarios, mujeres y disidencias. Es decir, el lenguaje inclusivo supone un campo semántico bien amplio y abarca muchas realidades, luchas, identidades. En cambio, apunta, el lenguaje inclusivo no sexista y no binario son expresiones comunicativas, contrarias el lenguaje sexista que invisibiliza a las mujeres y diversidades, las subordinan, violentan y estereotipan. “En lo personal, me gusta llamarlo lenguaje del reconocimiento, porque muchas veces las palabras llevan implícito una confirmación del ser, de la autopercepción”, señala.

Cuenta que empezó a estudiar el lenguaje inclusivo y no sexista cuando preparó una tesina sobre los discursos de la Revolución francesa y, dice, cayó en la cuenta de que aquel lema: “Igualdad, Fraternidad y Libertad” no incluía a todos los hombres y mucho menos contemplaba a las mujeres. También, le había inquietado la lucha de algunas mujeres por ser llamadas ciudadanas en vez de “mujeres”. Luego, en ese camino se nutrió de los aportes de muchas filólogas y lingüistas feministas.

Es autora de la Guía Para Contarla Mejor, Aportes para optimizar las narrativas periodísticasde los casos de violencias contra las mujeres (SemLac y SemMéxico 2018).

--¿Qué fue lo que más le sorprendió en la investigación que plasma en este ensayo?

--Hubo muchas cosas que me sorprendieron, por ejemplo: la constatación de que el lenguaje inclusivo no sexista y no binario molestan porque interpela el statu quo. A su vez los medios de comunicación hegemónicos, cada vez que se enfocan en el lenguaje inclusivo, lo hacen desde alevosos encuadres disciplinadores que fomentan la desinformación y la confusión. Pero sin dudas mi sorpresa más grande fue descubrir que la RAE no actúa sola en el gerenciamiento de la lengua porque hay otros poderes que la acompañan a través de alianzas institucionales y económicas como ser bancos, empresas de telecomunicaciones, entre otras.

--¿A qué se refiere?

--A través de apoyo económicos, esponsoreos, alianzas institucionales. Por ejemplo: la Fundación del Español Urgente (Fundeú) y BBVA son eternos aliados. Microsoft y Fundeú, también. (N.de R.: Fundeú es fruto del acuerdo y participación equitativa en su constitución de la Agencia EFE y del Banco Bilbao Vizcaya Argentaria).

--¿Por qué cree que todavía pesa tanto en Argentina lo que diga o deje de decir la Real Academia Española sobre los usos del lenguaje cuando es y ha sido un organismo monárquico, patriarcal y colonialista?

--Esto sucede porque se ha creado un sentido equivocado al hacernos pensar que hay una academia que nos enseña a hablar. Y en realidad hablamos como nos sale, la sociedad es la obrera de la lengua pero tiene una gerencia que administra diciendo qué es lo correcto y lo que no. Ese poder notarial le pertenece a la RAE y si no se respeta esa prescriptividad, te expulsa.

--¿Cuáles son los intereses económicos detrás de esa batalla por imponer una forma hegemónica del habla en Hispanoamérica?

--El panhispanismo explica acertadamente esa batalla porque se trata de una ideología de la lengua elaborada para sostener intereses institucionales y de mercado. Suelo seguir al sociolingüista español-estadounidense José del Valle que cuenta cómo en los años noventa la RAE asumió como objetivo la consolidación de la ideología panhispanista. En aquellos años las empresas españolas hicieron alianzas estratégicas con empresarios y políticos latinoamericanos y en ese contexto la RAE se trazó la misión central de construir una imagen de la lengua española como “base y vínculo inalienable de la comunidad panhispánica”. José del Valle alguna vez dijo que esta acción de la RAE fue una tarea de diplomacia y pensada en la extensión del poder blando de España.

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https://www.pagina12.com.ar/509460-por-que-el-lenguaje-inclusivo-causa-tanto-rechazo-en-sectore

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