CUBA: el machismo y el racismo causan risa?
La Habana, enero
(SEMlac). - Una carcajada puede servir para naturalizar el machismo,
la homofobia, el racismo y cualquier otra forma de discriminación,
o rebelarse ante ellas. En Cuba, artistas y especialistas encuentran
ambas opciones.
"Los estereotipos los hacen los creadores y nosotros somos parte de la sociedad. Por eso siempre digo que en estos temas tenemos que encontrarnos todos", dijo Luis Enrique Amador Quiñones (Quique Quiñones), director del Centro Promotor del Humor, durante el segundo Taller Nacional Prensa, humor e identidad, celebrado el pasado 17 de enero en la capital.
Organizado por el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, el Centro Promotor del Humor y el Consejo Nacional de artes plásticas, en su segunda edición el taller centró sus debates bajo la interrogante: ¿tiene perspectiva de género el humor cubano?
Quique Quiñones, como se le conoce al humorista escénico y actor, reconoce que, desde sus inicios, el humor en Cuba tuvo profundos lazos con la identidad y la nación. El teatro bufo y vernáculo fueron expresiones de "lucha de clases" y mostraron problemáticas nacionales de su época -finales del siglo XVIII y XIX-, como el racismo, la dependencia económica y la desigualdad, dijo.
De manera general, al humor en Cuba se le atribuye un espíritu transgresor, de burla constante ante las dificultades; sin embargo, ese mismo ímpetu no ha acompañado la crítica a formas de opresión como el machismo y el racismo.
En un análisis de la producción humorística más reciente, la periodista Mayra García Cardentey dijo en el encuentro que, en la mayoría de las propuestas, persiste una visión sesgada de la diversidad sexual e identidad de género, se reproducen estereotipos asociados a roles tradicionales de género y atravesados por prejuicios racistas y regionalistas.
A pesar de la escasez de investigaciones y análisis críticos sobre el tema, la psicóloga Maité Díaz, especialista del Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR), alertó que "en muchos casos se ha utilizado la burla para perpetuar roles tradicionales de las mujeres; son frecuentes las miradas lascivas a mujeres a partir de estándares femeninos de éxito y se representan sus cuerpos como objeto de deseo fragmentando y poniendo énfasis en partes como los glúteos y pechos, burlándose incluso de los excesos o defectos".
Para la psicóloga, la burla y la representación estereotipada pueden tener impactos negativos en las personas. Según la especialista, la risa sexista naturaliza el estereotipo y las personas pueden sentirse agredidas y ofendidas.
"Deberíamos pensar en cuán nocivo, descalificador y degradante implica ser objeto de burla por alguna condición como el género, la orientación sexual, el territorio, la creencia religiosa. Esto hay que revisarlo desde los propios creadores y apostar por su preparación para que puedan llevar en sus propuestas un mensaje que no sea discriminador ni devalúe", dijo Díaz durante su intervención.
Sergio Morlán, artista del catálogo del Centro Promotor del Humor, coincide en la necesidad de la formación y habló en términos de retos.
"El contexto está demandando una mayor preparación y esto lo tenemos que incentivar. No podemos vivir de espaldas a lo que sucede. Somos referentes para muchas personas y esas construcciones que estamos dando en nuestros personajes, de cómo se es hombre y mujer y de cómo es la relación entre los géneros, a veces, sin darnos cuenta, es una réplica cómplice de algo que no queremos" dijo Morlán.
"Los estereotipos los hacen los creadores y nosotros somos parte de la sociedad. Por eso siempre digo que en estos temas tenemos que encontrarnos todos", dijo Luis Enrique Amador Quiñones (Quique Quiñones), director del Centro Promotor del Humor, durante el segundo Taller Nacional Prensa, humor e identidad, celebrado el pasado 17 de enero en la capital.
Organizado por el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, el Centro Promotor del Humor y el Consejo Nacional de artes plásticas, en su segunda edición el taller centró sus debates bajo la interrogante: ¿tiene perspectiva de género el humor cubano?
Quique Quiñones, como se le conoce al humorista escénico y actor, reconoce que, desde sus inicios, el humor en Cuba tuvo profundos lazos con la identidad y la nación. El teatro bufo y vernáculo fueron expresiones de "lucha de clases" y mostraron problemáticas nacionales de su época -finales del siglo XVIII y XIX-, como el racismo, la dependencia económica y la desigualdad, dijo.
De manera general, al humor en Cuba se le atribuye un espíritu transgresor, de burla constante ante las dificultades; sin embargo, ese mismo ímpetu no ha acompañado la crítica a formas de opresión como el machismo y el racismo.
En un análisis de la producción humorística más reciente, la periodista Mayra García Cardentey dijo en el encuentro que, en la mayoría de las propuestas, persiste una visión sesgada de la diversidad sexual e identidad de género, se reproducen estereotipos asociados a roles tradicionales de género y atravesados por prejuicios racistas y regionalistas.
A pesar de la escasez de investigaciones y análisis críticos sobre el tema, la psicóloga Maité Díaz, especialista del Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR), alertó que "en muchos casos se ha utilizado la burla para perpetuar roles tradicionales de las mujeres; son frecuentes las miradas lascivas a mujeres a partir de estándares femeninos de éxito y se representan sus cuerpos como objeto de deseo fragmentando y poniendo énfasis en partes como los glúteos y pechos, burlándose incluso de los excesos o defectos".
Para la psicóloga, la burla y la representación estereotipada pueden tener impactos negativos en las personas. Según la especialista, la risa sexista naturaliza el estereotipo y las personas pueden sentirse agredidas y ofendidas.
"Deberíamos pensar en cuán nocivo, descalificador y degradante implica ser objeto de burla por alguna condición como el género, la orientación sexual, el territorio, la creencia religiosa. Esto hay que revisarlo desde los propios creadores y apostar por su preparación para que puedan llevar en sus propuestas un mensaje que no sea discriminador ni devalúe", dijo Díaz durante su intervención.
Sergio Morlán, artista del catálogo del Centro Promotor del Humor, coincide en la necesidad de la formación y habló en términos de retos.
"El contexto está demandando una mayor preparación y esto lo tenemos que incentivar. No podemos vivir de espaldas a lo que sucede. Somos referentes para muchas personas y esas construcciones que estamos dando en nuestros personajes, de cómo se es hombre y mujer y de cómo es la relación entre los géneros, a veces, sin darnos cuenta, es una réplica cómplice de algo que no queremos" dijo Morlán.
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