ARGENTINA: Museo Ana Frank
"La historia muestra cómo el discurso de odio construyó al nazismo. Cómo el discurso de odio construyó a la dictadura en la Argentina. Y cómo el discurso de odio está construyendo hoy una violencia que tenemos que saber identificar y frenar". Las palabras de Héctor Shalom, director de la Casa de Ana Frank, retumbaron en la casona del barrio de Belgrano que hoy alberga la muestra que, desde hace doce años, convoca principalmente a jóvenes a conocer y reflexionar sobre esta historia, en tiempo pasado pero también en un presente que habilita futuro.
Pensada desde una pedagogía de la memoria entendida como pedagogía de la esperanza, el acento de esta muestra está puesto no en el horror y el sufrimiento --aunque también aparece expuesto, puesto en contexto--, sino en los actos de resistencia que opusieron, como Ana, o como los "protectores" que llevaban alimento a las y los judíos escondidos, tantos y tantas enfrentando al nazismo. Y también a las dictaduras en la América Latina, según se puede ver relacionado en una parte de la muestra, que incluye los pañuelos de las Madres, las Abuelas, el símbolo de H.I.J.O.S. Por eso están expuestas, en un lugar especial, las llaves que los judíos que eran enviados a los campos de concentración dejaban en custodia a vecinos o amigos que "se jugaban" a guardarlas, esperando su regreso. "Es posible sostener la confianza y la dignidad, aún en las situaciones más críticas", es el mensaje que llega a los jóvenes que, a pesar del paso del tiempo, sienten tan cercanana la poderosa historia de El diario de Ana Frank.
El recorrido incluye una réplica de "la casa de atrás" a la que se accede por una biblioteca giratoria. Aquella en la que vivió escondida Ana con su familia, un dentista y una familia amiga, durante 25 meses, hasta que fueron delatados y enviados en tren, en un viaje de tres días, a Auschwitz.
Lo que hacemos con la figura de Ana y su diario, que es un acto de resistencia, y es lo que eligió hacer en el momento más duro de su vida, es mostrar que escribiendo logró transformarlo en un acto sublime", sumó Shalom. "Estamos trabajando con estudiantes de diferentes escuelas, con jóvenes en las cárceles, con periodistas, para entender cómo la palabra construyó al nazismo, a la dictadura, y construye violencia en nuestros días. Por eso debemos proteger a nuestros jóvenes y garantizar la plena vigencia de todos sus derechos".
* Para más información sobre la Casa de Ana Frank, y reservar turnos para las visitas que comenzaron a hacerse los días viernes y sábados, se puede visitar www.centroanafrank.com.ar, y escribir a visitas.centroanafrank@gmail.com.
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