CINE: Mujeres al poder
CINE › MUJERES AL PODER, DE FRANçOIS OZON, CON CATHERINE DENEUVE Y GERARD DEPARDIEU
Cóctel retro, kitsch y desprejuiciado
Sólo al director de 8 mujeres podía ocurrírsele llevar al cine una obra de teatro pasada de moda y convertirla en una farsa bufonesca que no teme a los excesos y que aspira a cierta sofisticación, debido al peso de sus protagonistas.
La primera imagen de Mujeres al poder es la de Catherine Deneuve trotando por un bosque que parece salido de la imaginación del viejo Disney, enfundada en un rutilante jogging rojo y con ruleros en la cabeza. Ese comienzo ya da una idea de lo que vendrá después: una comedia desprejuiciada, deliberadamente kitsch, por momentos casi al borde del ridículo, pero que sin embargo aspira a cierta sofisticación, no sólo por la presencia de la gran dama del cine francés, sino también por el peso –en un sentido tanto literal como metafórico– de su partenaire, Gérard Dépardieu. ¿Quién sino François Ozon podía animarse a preparar este cocktail retro, inspirado en una antigua pièce de boulevard de Pierre Barillet y Jean-Pierre Grédy?

El personaje de Deneuve pasa de ser un objeto decorativo a revelarse como empresaria y política.
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