ARGENTINA: la colmena del espionaje durante la dictadura
El edificio del Batallón 601, en la ciudad de Buenos Aires, 1976. Todavía me dura el miedo que sentí cuando fui allí a preguntar adónde había sido trasladado mi marido, porque en la cárcel de Villa Devoto solo sabían que no estaba más adentro. Después de rogarle a ese policia de guardia que le habia pasado, él me dijo que no lo sabia, pero me pasó un paquetito atado con una cinta: eran las cartas que yo le había mandado a mi marido desde que apareció en Devoto, luego de estar desaparecido varias semanas, después de ser secuestrado el Jueves de Semana Santa, abril 1976 desde la oficina del periodista suizo Luc Banderet, en la Avda.Corrientes. Y me dijo: "Se las devolvemos porque son tan lindas, usted escribe tan bien que sería una pena tirarlas...Y eso es todo lo que ha quedado del detenido Ricardo Alberto Hinrichsen Ramírez, chileno, blanco, rubio, Ingeniero".Lo busqué y lo busqué. Y finalmente alguien me sugirió que fuera a otro lugar...Fui al Batallón, sola y muerta de miedo, y allí me dijeron que estaba vivo, en la Prisión de Alta Seguridad de La plata, Unidad 9. Hoy, 36 años después, entendí un poco todo eso, al ver el edificio de la foto, y leer este artículo que apoyó mis recuerdos.
ALTAMENTE RECOMENDADO.
Marta Zabaleta
El juez responsabilizó a Martínez por operativos ilegales como los registrados en el Hospital Posadas, en la Quinta la Pastoril o Quinta de Moreno, en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Castelar; también lo procesó por siete secuestros ocurridos en Marcos Paz, incluido el del ex intendente Oscar Felipe Sánchez, por los secuestros de profesionales y empleados de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) como Antonio Misetich, entre otros prestigiosos científicos que están desaparecidos; y por el homicidio del coronel Bernardo Alberte, ex edecán de Juan Domingo Perón, a quien un grupo de militares arrojó al vacío desde un sexto piso la madrugada del golpe de Estado.
La responsabilidad de Martínez no sólo surge del cargo que ocupó y de los discursos de la época, sino también de documentación secuestrada durante los allanamientos a la casa donde vive, en España 865, partido de San Miguel y otra propiedad en Muñiz, también en San Miguel. La Justicia encontró allí directivas del funcionamiento de los órganos de inteligencia, un balance de gestión titulado “Experiencias y enseñanzas recogidas en la lucha contra la subversión”, y un cuestionario respondido a máquina en el que Martínez explica que el Batallón 601, que dependía de la Jefatura II a su cargo, le brindaba “apoyo técnico de interrogadores” al Primer Cuerpo de Ejército. Se trataba de “personal adiestrado en técnicas de interrogatorio y con un profundo conocimiento sobre la organización a la que perteneciera el detenido”, puntualizó.
El militar resaltó en otro escrito el rol de los infiltrados durante la dictadura. “La verdadera eficacia de la inteligencia contrasubversiva no se derivó de esos tortuosos (sic) procedimientos denunciados (en referencia a los interrogatorios bajo tormentos), sino de la extremadamente riesgosa tarea de infiltración de las principales organizaciones subversivas que el área de inteligencia de las FF.AA. y de seguridad desarrollaron paciente y estoicamente”, escribió. “No debe ser soslayada la labor llevada a cabo por los agentes infiltrados”, sostuvo Rafecas, y apuntó que “son pocos los registros que se poseen hoy en día acerca del personal infiltrado en las organizaciones de la época”.
Durante los allanamientos también se encontraron documentos sobre la situación de Montoneros y el PRT-ERP en marzo de 1978. Rafecas apuntó que esas pruebas “ponen de manifiesto el conocimiento concreto que tenía Carlos Alberto Martínez, como máximo responsable del aparato de inteligencia y encargado de la conducción del ‘esfuerzo de inteligencia’, de las acciones y resultado de las mismas que eran llevadas a cabo por las Fuerzas Armadas y de seguridad”. “Así, la información que recaía en la Jefatura II de Inteligencia del Ejército proveniente de los sistemas de inteligencia de todas las Fuerzas Armadas y de seguridad era utilizada por el Comando General del Ejército para trazar la estrategia de desarrollo de la ‘lucha antisubversiva’”, sostuvo el juez.
FUENTE: pag 12, 27 de dic 2012
ALTAMENTE RECOMENDADO.
Marta Zabaleta
El general
de división retirado Carlos Alberto Martínez, ex jefe de Inteligencia
del Ejército durante los primeros dos años de la última dictadura, fue
procesado ayer por delitos de lesa humanidad contra 1194 víctimas. El
juez federal Daniel Rafecas destacó que Martínez fue desde su cargo “el
principal asesor del comandante general del Ejército”, léase del
dictador Jorge Rafael Videla, y que “su aporte fue trascendental a los
fines de la diagramación del plan de acción a llevar a cabo en el marco
de la ‘lucha antisubversiva’”. El militar, de 84 años, detenido por
primera vez en junio último y ahora procesado con prisión preventiva
luego de 34 años de impunidad, seguirá gozando de arresto domiciliario
en San Miguel, provincia de Buenos Aires.
Martínez fue procesado por su actuación como titular de la Jefatura
II de Inteligencia del Ejército entre el 24 de marzo de 1976 y el 23 de
enero de 1978, cuando pasó a comandar la Secretaría de Informaciones del
Estado, la SIDE, a la que volvería en los primeros años del menemismo
de la mano de Juan Bautista Yofre. Rafecas lo imputó por su actuación en
jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército, que incluyó los centros
clandestinos Banco, Atlético, Olimpo, Vesubio, Superintendencia de
Coordinación Federal, Garaje Azopardo, Automotores Orletti, Sheraton,
entre otros. El documento judicial que lleva la firma de Albertina
Carón, secretaria del juzgado, tiene más de 3500 páginas e incluye el
detalle de los delitos sufridos por cada víctima, imputados a Martínez
como “partícipe necesario”: 1194 privaciones ilegales de la libertad,
696 tormentos (en tres casos seguidos de muerte) y 151 homicidios.
Martínez “realizó un aporte fundamental respecto de los hechos acaecidos
en el ámbito del Primer Cuerpo de Ejército, aporte sin el cual
seguramente las detenciones, tormentos, homicidios y desapariciones de
personas no habrían alcanzado la magnitud y alto grado de lesividad
constatado en la presente investigación”, destacó.El juez responsabilizó a Martínez por operativos ilegales como los registrados en el Hospital Posadas, en la Quinta la Pastoril o Quinta de Moreno, en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) de Castelar; también lo procesó por siete secuestros ocurridos en Marcos Paz, incluido el del ex intendente Oscar Felipe Sánchez, por los secuestros de profesionales y empleados de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) como Antonio Misetich, entre otros prestigiosos científicos que están desaparecidos; y por el homicidio del coronel Bernardo Alberte, ex edecán de Juan Domingo Perón, a quien un grupo de militares arrojó al vacío desde un sexto piso la madrugada del golpe de Estado.
La responsabilidad de Martínez no sólo surge del cargo que ocupó y de los discursos de la época, sino también de documentación secuestrada durante los allanamientos a la casa donde vive, en España 865, partido de San Miguel y otra propiedad en Muñiz, también en San Miguel. La Justicia encontró allí directivas del funcionamiento de los órganos de inteligencia, un balance de gestión titulado “Experiencias y enseñanzas recogidas en la lucha contra la subversión”, y un cuestionario respondido a máquina en el que Martínez explica que el Batallón 601, que dependía de la Jefatura II a su cargo, le brindaba “apoyo técnico de interrogadores” al Primer Cuerpo de Ejército. Se trataba de “personal adiestrado en técnicas de interrogatorio y con un profundo conocimiento sobre la organización a la que perteneciera el detenido”, puntualizó.
El militar resaltó en otro escrito el rol de los infiltrados durante la dictadura. “La verdadera eficacia de la inteligencia contrasubversiva no se derivó de esos tortuosos (sic) procedimientos denunciados (en referencia a los interrogatorios bajo tormentos), sino de la extremadamente riesgosa tarea de infiltración de las principales organizaciones subversivas que el área de inteligencia de las FF.AA. y de seguridad desarrollaron paciente y estoicamente”, escribió. “No debe ser soslayada la labor llevada a cabo por los agentes infiltrados”, sostuvo Rafecas, y apuntó que “son pocos los registros que se poseen hoy en día acerca del personal infiltrado en las organizaciones de la época”.
Durante los allanamientos también se encontraron documentos sobre la situación de Montoneros y el PRT-ERP en marzo de 1978. Rafecas apuntó que esas pruebas “ponen de manifiesto el conocimiento concreto que tenía Carlos Alberto Martínez, como máximo responsable del aparato de inteligencia y encargado de la conducción del ‘esfuerzo de inteligencia’, de las acciones y resultado de las mismas que eran llevadas a cabo por las Fuerzas Armadas y de seguridad”. “Así, la información que recaía en la Jefatura II de Inteligencia del Ejército proveniente de los sistemas de inteligencia de todas las Fuerzas Armadas y de seguridad era utilizada por el Comando General del Ejército para trazar la estrategia de desarrollo de la ‘lucha antisubversiva’”, sostuvo el juez.
FUENTE: pag 12, 27 de dic 2012
Muy conmovedor, Marta.
ResponderBorrarAbrazos
Bob
Thanks for this link to your page...will read it later...although i remember alberto talking about this experience when he was my lecturer at university...
ResponderBorrarPK
Chile
Marita (va sin acentos...): la escena en que te devuelven las
ResponderBorrarcartas es de ficcion, y eso me hace recordar que todas nuetras
memorias de esa epoca, por testimoniales que sean, parecen noveladas.
Para qué imaginar cuando la realidad supera la fantasia? (como decimos
a menudo).
Gracias al articulo, ademas, verifico que Martinez tambien habra
tenido que ver con la desaparicion de mi hermano, secuestrado en los
mismos dias en que lo eran otros cientificos de la CONEA.
Estos juicios son historicos, y como tales, seguiran sacando a la
superficie muchas historias que aun siguen enterradas bajo los
escombros.
Un abrazo hermanal Nora
Magnífico seguimiento (absurdo y terrible también, como apunta Nora). En solidaridad, Tina
ResponderBorrarGracias amiga. me alegro que tu marido apareció después.
ResponderBorrartantos horrores!
mi fuerte abrazo!
Isabel Lipthay
CHILE/ALEMANIA
Conmovedor relato; el horror siempre está presente.
ResponderBorrarEl edificio queda cerca de mi casa.
Abrazos
Dr. Ricardo Rodriguez Pereyra
Uruguay/Argentina
Impresionante Marta!
ResponderBorrarBesos
Claudia Hasanbegovic
CABA