Cuento de Irene Marks - BURBUJAS INCONEXAS



BURBUJAS  INCONEXAS  

“Qué buena está la Carmiña, con esos pantalones apretados. Si me animo, le hablo y la invito a tomar mate. Pero no sé, ahí lo veo al Alfonso que se le está arrimando,  y tiene flor de traje...El Alfonso sí que sabe empilchar, y claro, trabaja en la agencia de Lotería y levanta quiniela por su cuenta...Se ve que come bien. Está bien limpio, con la manos de rico que tiene...” 

“Ahí viene el Paulino. Lindo se lo ve...Por él me puse estos pantalones. Tiene el cuerpo bien de hombre, de trabajar allí en la obra, subido al andamio Curtido está. A veces se toma un poco. Pero baila bien el chamamé, la cumbia, el cuartetazo. Y  le chispean los   ojos, como de alegría. Pero no le he de gustar nomás. Porque ni se me acerca. No como el Alfonso...ese sí que me busca. El otro día me llevó de vuelta a trabajar en ese auto nuevo que se compró.La patrona casi se cae de espaldas (- ¿Es tu novio?-me dijo) Claro, se piensa que me voy a ir, o quién sabe qué (-No, señora-, le dije-es un vecino de la villa. //-¿De la villa?-me preguntó ella sorprendida) Y sí...no me lo creyó. Y más se va a sorprender. El Alfonso me va a regalar un celular. (-Ojo con el Alfonso, que anda en cosas raras) Eso me lo dijo Doña Ramona, de la casilla de enfrente. Pero qué sabe ella...No es lindo el Alfonso, pero me tendría bien. Estoy cansada de fregar pisos, y siempre igual, trabajo y nunca me alcanza...” 

“Otra vez anda el Paulino mirando a la Carmiña y ella le hace ojitos, Bien que se mueve cuando lo ve llegar. A mí no me engaña. Pero  a quién le importa. No tiene familia la Carmiña acá. Todos allá en Santiago. Le gustan los autos, los celulares.¡Bah! Unas pocas chucherías y ya se entregan. Pero el Paulino me está molestando” 

“El Alfonso se va con la Carmiña. No me animé a invitarla. Se irán al boliche tropical. Ella bien se sacude, me sube una cosa cuando la veo bailar, como si fuera mía, sólo para mí...”

“Me gusta la cumbia, pero más con el Paulino. El Alfonso no sabe sacudirse, de gordo que está, porque no anda de a pie, va en ese auto nuevo y con traje, es hermoso el traje, de verdad. Me compra tragos. Qué feliz me siento. Mírenme ahora, así quiero estar y no fregando como una desgraciada. Y la  patrona que se queja porque soy lenta. Ahí esta el Paulino...Baila con la Francisca, y sí que es chueca. Pero chistosa, eso sí...No como yo, que tengo una timidez... (-Hablá, Carmiña, me decía la maestra-¿te comieron la lengua los ratones?)¡No! no me la comieron, pero no sé qué decir. A veces cuando lo veo al Paulino, hasta hablaría, como él es un poco corto, así como yo...no me daría tanta vergüenza mi timidez.”

“Qué pesado el Paulino ése. Ya tuvo que aparecer. Y qué fiera la que baila con él. Ni pa` premio consuelo sirve. En cambio la Carmiña está buena. Tiene un cuerpo que vale oro. Qué culo. ¡Esta sí que vende! Pero ese Paulino, con esos ojitos de boludo, la sigue como un perro, ya me está cansando...”

“La Carmiña me miró. Si no fuera por la Francisca me le arrimo. Tiene grandes los ojos la Carmiña. Buena es. Limpita. Me juntaría con ella nomás. Pero cómo hago con el Alfonso. Ella va a preferir los celulares, el auto...Se va con el Alfonso. Se suben al auto. Ya lo dije, es mucho pa` mí. Espero que no esté muy borracha, porque el Alfonso... mejor los sigo...”
“Ahora sí que estoy hecho...Se nota que nunca toma la Carmiña.  Con la cosita extra que le metí en la bebida...Me la llevo pa` lo del Hilario, que las paga bien. Quién me va a reclamar. Suerte que me saqué de encima al Paulino ése”
 “Qué mareo que tengo. Suerte que estoy con el Alfonso. Me va a llevar en el auto...”
  “Se enojó la Francisca y me gritó (-Andate con la Carmiña, que vas a terminar como ella, reventado en un zanjón) Por qué dirá eso. Pero la Carmiña me da pena. Suerte que tengo algo en los bolsillos, me salieron buenas changas últimamente. ¡Taxi!  ¡Siga al auto rojo!”

“Qué lindo. Sueño con mis hermanas. Todas tomando mate en el patio de doña Luisa, allá en Santiago. Qué raro me mareo, me mareo....no me puedo mover, estoy como paralizada, me tocan unos hombres, es feo este sueño, me sacan la ropa, me manosean...Quiero salir de este sueño. Pero no. ¡No! Estoy aquí, no sueño. ¿Y el Alfonso? Está más allá. Se ríe mientras me tocan, me lastiman El Alfonso no me mira”

“Menos mal que pararon, porque ya no puedo pagar más el taxi. ¡Mierda que van lejos! La bajó  el Alfonso. Ella ni puede caminar bien. Sí, está como mareada.¿Qué es este lugar? Entran...Yo le pincho las gomas al auto del Alfonso. De acá no se la va a llevar.”
 “Me pagaron buena guita por esta. Todo fácil. Me salió limpito. Que laburen los boludos. ¿Y éste? ¿De dónde salió el Paulino? Menos mal que llevo el arma, con eso le meto miedo...Pero ¡no! El muy metido se me tira encima, ¡no! Yo lo mato...
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POLICIALES
COMERCIANTE ASESINADO
En confuso episodio, Paulino Verón, albañil, 20 años, asesinó de un balazo a Alfonso Saldías(35 años), dueño de un local de Lotería Nacional. Los testigos del hecho, los agentes Hilario Cañuelas y Jorge Carrizo, de la Policía local, dicen que la víctima fue sorprendida en plena calle por el asesino sin causa aparente. El albañil se encuentra alojado en la comisaría más cercana hasta su traslado a la penitenciaría.
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 -Hola ¿Susy? No sabés el problema que tengo. ¿Te acordás de mi empleada con cama, de Carmiña?...Bueno... no apareció más. Se dejó todo aquí, la ropa, hasta la plata...
                                                                                    IRENE MARKS
(del libro inédito BURBUJAS DE   SOL )

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