ISABEL PERON: PRIMERA PRESIDENTA DE AMERICA LATINA (1974)
Documental de Julián Troksberg, en Flow,"Una casa sin cortinas": el misterio Isabelita
El director de "Furia, las peleas de Carlos Monzón" intenta iluminar la silueta escurridiza de un personaje de la historia argentina que ni propios ni ajenos suelen destacar.
Una casa sin cortinas
Argentina, 2021.
Dirección: Julián Troksberg.
Guion: Omar Ester y Julián Troksberg.
Duración: 91 minutos.
Estreno exclusivamente en Flow.
“Hay que avisarle que pare, ya hemos ido muy lejos con este bolazo”. Quien cita esas palabras, aparentemente pronunciadas por Juan Domingo Perón
días antes de su muerte, es el cardiólogo de guardia permanente del
entonces primer mandatario. La anécdota parte de la visión de la
vicepresidenta de la nación en la pantalla del televisor, ofreciendo un
encendido discurso en la Embajada Argentina en Italia. La del médico es
una de las muchas voces que, desde el presente, intentan dilucidar un enigma humano y político: Isabelita.
Figura polémica, incómoda e incluso vergonzosa en la historia del
peronismo, peón en un tablero político explosivo que terminaría
desembocando en el golpe de estado de marzo de 1976. No tanto olvidada
como ocultada, sutil o ferozmente. Dos ejemplos simbólicos: su rostro,
esculpido en mármol a pedido del gobierno de Néstor Kirchner en 2007, no
forma parte del hall de los bustos de la Casa Rosada y estuvo
desaparecido durante una década; en el museo de la Quinta de San
Vicente, según afirma uno de sus responsables en el prólogo de Una casa sin cortinas, “sacamos las cosas de ella, la gente no quiere ver a Isabel o a López Rega”.
El segundo largometraje en solitario del documentalista Julián Troksberg –estrenado en la Competencia Argentina del último Bafici y ganador del premio Flow– intenta iluminar la silueta escurridiza de un personaje de la historia argentina que ni propios ni ajenos suelen destacar. ¿Quién fue la riojana María Estela Martínez Cartas de Perón? ¿Cómo llegó a ocupar un cargo al cual ni siquiera Evita accedió? ¿Cómo era su relación con Perón en el exilio español y luego del regreso a la Argentina? El dueño de la casa lindera a la famosa morada de la calle Gaspar Campos, en Olivos, ofrece un par de sus filmaciones hogareñas, y habla de aquellos días post regreso. Troksberg utiliza la tradicional técnica de la entrevista a cámara para conversar con figuras de la política, el arte y las leyes, además de amigos personales de la expresidenta –por allí pasan nombres como los de Nilda Garré, Carlos Corach, Juan Manuel Abal Medina, su abogado Juan Gabriel Labaké, el vidente Octavio Aceves, la actriz Haydée Padilla–, alternando esas declaraciones con material de archivo, en más de un caso poco visto, como el registro de la visita a la tumba de Perón en los años 80.
El resultado es un documental de enorme interés que, por momentos, resulta genuinamente apasionante. Más allá del relato de los inicios de la relación, en Buenos Aires antes que en Panamá, la película se reserva varios minutos para preguntarse cómo esa “bailarina de cabaret”, como se la llama en cierto momento, llegó a transformarse en la misionera de Perón cuando este no podía pisar nuestro país. Minutos después, en una de las pocas instancias en las cuales aparece una mirada menos despectiva, se recuerda que fue Isabelita quien desplazó a El Brujo López Rega de su lugar central y que, dos años después, rechazó la renuncia al cargo y permaneció presa en diferentes sitios durante cinco años, antes de regresar a España, donde continúa viviendo a los noventa años.
Un poco a la manera de Sergio Wolf y Lorena Muñoz en Yo no sé qué me han hecho tus ojos, Troksberg –a pesar del vaticinio de todos los colaboradores legales y conocidos– intenta encontrarse con la “homenajeada”, misión condenada al fracaso desde un primer momento. Si a lo largo de su historia el peronismo ha demostrado ser un movimiento multiforme, reservorio de derechas y de izquierdas, de estatistas y privatizadores, la imagen de Isabelita continúa siendo la piedra más molesta del zapato. Con respeto pero sin falsas timideces, Una casa sin cortinas –título que refiere a una anécdota de su encierro en San Vicente durante la dictadura de Videla– bucea en las sombras y algunas de las escasas luces de una criatura ¿empujada? al centro de la esfera política, en uno de los tiempos más convulsos de la historia argentina del siglo XX.
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