El reciente estreno de Sex and the City dejó en evidencia un tema del que hablamos hace muy poco en esta columna, la gerontofobia. Aunque traten de disimularlo en los medios de comunicación, es un problema que existe no solo en Argentina.
¿Está demasiado vieja? ¿Por qué se sigue mostrando así? Debería teñirse el pelo. Nadie querrá verla así. Estos fueron algunas de las habladurías que en redes sociales corrían sobre la apariencia de Jessica. Una foto con su pelo con canas fue la gota que derramó el vaso. Desató aún más el ensañamiento de la gente. Algunos llegaron al extremo de la agresión opinando anónimamente que no estaba en edad para seguir actuando. ¿Perdón?
La gente no sabía siquiera que las fotografías habían sido tomadas durante el set de la remake de la serie, que después de años busca cerrar la exitosa historia de las recordadas amigas neoyorquinas. Es decir, probablemente el único recurso que tenemos para mostrar que el paso del tiempo afecta también a estos personajes no sea otro que exhibirlos sin demasiado artificio.
No podemos negar que, gracias a las luchas feministas, existe un nuevo discurso sobre la belleza hegemónica y los estereotipos de perfección de los cuales aún muches somxs presas. Es muy difícil deshacernos de años de lavado de cabeza: esa máquina patriarcal nos dejó bien distraídxs durante décadas, haciéndonos fieles seguidorxs de su culto. Tristemente, esa adoración a la belleza y a la juventud sigue firme en el pensamiento popular de unas cuantas sociedades, a pesar de las luchas, de las concientizaciones y de los cambios de paradigmas.
Creo que una gran mayoría aún somos presas porque a pesar de que muchxs están en otra sintonía, cuando tenemos una fiesta, todavía nos maquillamos, nos peinamos o nos ponemos un vestido bonito. El otro día fui a un evento y una mujer hermosa de unos cincuenta y pico tenía un ajustado vestido rojo, muy corto, que dejaba sus piernas muy expuestas. Si bien celebré su actitud, debo confesar que también miré la celulitis y unas piernas que muchas ocultarían. ¿Porque me hizo ruido esta situación? Porque esos prejuicios siguen ahí, a pesar de la deconstrucción. Durante años escuché que a cierta edad las mujeres debían usar mangas o el pelo corto, traje de baño enterizo etc. No creo que sea sencillo salir de estas construcciones.
Jessica Parker por un momento decidió hacer silencio, pero las críticas no dejaban de llover. Inicialmente se mantuvo al margen, pero el hostigamiento fue tanto que no lo soportó más y sintió la necesidad de defenderse. Así que comenzó haciendo una peligrosa pregunta: "¿Quieren que desaparezca?"
Su respuesta es acertada porque pone de manifiesto que la reacción del público encarna un acto de misoginia: mientras que en el género masculino son bien vistas las canas, como un símbolo de madurez, para las mujeres, no es algo aceptado, ni perdonado. Quien se anime a mostrarse así, será expulsada del panteón de símbolos.
¿Por qué estos fans la ven destruida y no orgullosa de lo que es? Es como si desearan que se sintiera culpable por su apariencia, por haber envejecido. Debería ser al revés, debería ocurrir algo positivo: que mujeres tan famosas e influyentes decidan envejecer de manera natural. Como el caso de Andy McDowell, una excelente actriz y hermosa mujer que decidió no ocultar sus canas y arrugas y sigue siendo hermosa. ¿Cuántas veces nos encontramos frente al televisor preguntándonos sobre alguien: "qué le paso"? ¿Por qué se hizo eso en la cara? Son más las actrices desfiguradas por el exceso de cirugías que las que se muestran de manera natural ¿Qué esperan lxs fans? ¿Que no envejezca?
Es imposible, el paso del tiempo es una batalla perdida, además nadie dejará de ser talentosa por el paso del tiempo.
Escuchando a Juan Slark comencé a leer a una magnífica escritora llamada Martha Lynch. Ella fue una mujer bella e inteligente que tuvo una vida muy interesante llena de éxito profesional, política, intelectuales, amantes, familia y buenos libros. Me gustaría compartir con ustedes una frase de ella que resume con gran inteligencia el tema de esta columna: "A veces me imagino como una impecable Brigitte Bardot, diciendo como ella dijo alguna vez: El tiempo me destruirá como lo destruye todo. Y otras, menos melancólica, admitiendo que es inútil tratar de estimular todo aquello que no se lleva adentro. Tomar una conducta centrada en lo exterior llevara inexorablemente al impulso depresivo y a veces al suicidio".
Martha Lynch se sometió a muchas cirugías estéticas y algunas salieron muy mal. El paso del tiempo era algo que la atormentaba. A pesar de ser una mujer brillante y no trabajar con su cuerpo o imagen, no lo pudo manejar. Se suicidó el 8 de octubre de 1985 porque no soportó envejecer. Todos los días luchamos contra esos fantasmas de las inseguridades, estoy segura. Dejemos de ser juezas de nuestra imagen, es el primer paso hacia la libertad.
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