BRASIL Clarice Lispector

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-: una felicidad clandestina

Este año, se conmemora el centenario del nacimiento de la escritora brasileña Clarice Lispector. En ese marco, Ediciones Corregidor hará relanzamientos y nuevas ediciones de sus obras. Hacemos una lectura de algunos de sus relatos para aproximarnos a su misterio.

Por Analía Ávila para Agencia Paco Urondo

La cámara muestra un primer plano de una mujer bella, de cabello rojizo, pestañas arqueadas y mirada intensa. En su mano derecha, sostiene un cigarrillo con el que subraya cada gesto. Habla pausadamente pero con seguridad, maneja los silencios y muchas de sus respuestas al entrevistador son veladas, se niega a hablar de temas íntimos y evade otros. Reitera dichos como “nunca”, “no voy a responder”, “es un secreto”, “no lo sé”, y en esos instantes clava su vista en el piso. Durante toda la conversación mantiene tenso su entrecejo y sólo una vez esboza algo parecido a una sonrisa.

La escena se trata del único registro audiovisual de la escritora brasileña Clarice Lispector, en una entrevista realizada por Julio Lerner para el programa Panorama en febrero de 1977, en San Pablo, Brasil. Si recordamos que la autora falleció a fines de ese año, el documento se resignifica. Clarice también cuenta que, ya desde los siete años, escribía pequeñas historias y, en su adolescencia, producía “una escritura caótica y fuera de la realidad”. Luego, escribió cuentos para revistas, diarios, ella los llevaba para publicar “con una timidez osada”, dice. También escribió crónicas periodísticas y cuentos para chicos inspiradas en sus hijos.

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Centenario de Clarice

Este año, se conmemora el centenario del nacimiento de la escritora Clarice Lispector, nacida el 10 de diciembre de 1920 en Ucrania, pero que, desde sus dos años, vivió en Brasil. A lo largo de todo este año, se harán homenajes con reediciones, nuevas traducciones y lecturas de sus obras.

Desde el 2010, se celebra internacionalmente, siempre en diciembre, “La hora de Clarice”. Es un homenaje de los lectores que a través de los años se transformó en un ritual. En nuestro país, se celebra desde 2013 en el Museo del Libro y de la Lengua. Este año, se piensa hacer un evento más importante, en la medida que las restricciones por la pandemia lo permita.

Ediciones Corregidor tiene un plan para este año con relanzamientos y nuevas ediciones de la obra de Lispector. Por ejemplo, antes de la cuarentena, salió la primera de las  publicaciones que es Felicidad clandestina con la traducción de Marcelo Cohen. Dentro del plan de reediciones, están las obras Cerca del corazón salvaje que será traducido por Florencia GarramuñoLa pasión según G.H., que estará a cargo de Gonzalo AguilarAgua viva por Mario Cámara y el libro de cuentos Lazos de familia con traducción de Luz Horne.

También habrá una renovación en la estética, los libros saldrán en un formato más grande y va a ser renovado el arte de las tapas, trabajo a cargo de Ezequiel Cafaro, con fotos en blanco y negro de Clarice que se destacan en la tapa.

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Felicidad clandestina

Publicado originalmente en 1971 y reeditado este año por Ediciones Corregidor, el libro Felicidad clandestina reúne narrativas que Clarice escribió a lo largo de su vida. En el prólogo, el escritor y traductor Marcelo Cohen destaca: “Lispector escribió cuentos reñidos con la preceptiva. Argumentos pálidos, casi ningún trabajo de trama, desprecio por el suspenso, finales como puestas de sol en días nublados”.

Si nos preguntamos el porqué de la pasión que Clarice inspira en sus lectores a través de distintas generaciones, en estos relatos podemos encontrar varias respuestas o aproximaciones. Ella se consideraba una antiescritora, al principio fue criticada porque no encajaba en la literatura de la época, recordemos el realismo literario de moda en esos años. En la entrevista que mencionamos, Clarice expresó acerca del oficio de la escritura: “Nunca asumí ser una escritora, no soy una profesional, solamente escribo cuando quiero. Soy una amateur y me preocupo por seguir siéndolo”. Y también se refirió a la recepción de su obra: “No me considero una escritora popular porque dicen que soy hermética. No soy tan hermética. Bue­no, hay un cuento mío que no comprendo muy bien, ‘El huevo y la gallina’, es un misterio para mí”.

Su escritura no tiene reglas o estructuras y tampoco se la puede encasillar dentro de los géneros literarios. En estos relatos, hay una voz femenina que fluye entre digresiones, monólogos interiores y descripciones. Algunos de los temas que trata son: el deseo de las mujeres, la otra cara de lo cotidiano (el lado oscuro) y también la experimentación que hizo con la lengua.


El feminismo de Lispector se manifiesta en sus críticas al patriarcado y al canon literario de la época, y también en su gesto de dar voz a mujeres y contar historias acerca de ellas.


Algunas están inspiradas en recuerdos de su infancia, ya que Clarice vivió en Recife, el nordeste de Brasil, y este es el escenario de varios cuentos, principalmente los que transcurren en el campo. En Felicidad clandestina, todas las historias están protagonizados por mujeres, desfilan la anciana Mocinha, la pequeña Ofelia (con su connotación de nombre trágico shakespeariano), la sirvienta Eremita, la perversa hija del librero en el cuento que da nombre al libro, la niña pelirroja, entre otras.

clarice-lispector-3Otra marca en su escritura son los oxímoron, esas tensiones entre los adjetivos que marcan los contrarios, como “miedo vital” en Restos del carnaval, “aterradora esperanza” y “oscurísima dulzura” en Las desdichas de Sofía y “alegría fatal” en Las aguas del mundo. También otra característica son las repeticiones de palabras como “misterio”, “corazón”, “peligro” y sobre todo las que tienen que ver con la negación, por ejemplo “Restos del carnaval” comienza con la oración: “No, no del último carnaval” y se reiteran las palabras “nunca” y otras formas como “no lo sé”.

Lispector aborda temas filosóficos como en el relato El huevo y la gallina con su percepción de ser agente, instrumento o medio de algo misterioso e inabarcable, y también la metáfora del huevo como la representación de la vida. En Los obedientes, se refiere a la cotidianeidad de un matrimonio, a la rutina y el tedio que se tornan sofocantes, un tema recurrente también en toda su obra. “Ellos nunca se acordarían de desobedecer”, sentencia.

Recordamos un testimonio de Clarice que puede leerse como su manifiesto y que se relaciona con sus dichos (y no dichos) en la entrevista de 1977: “Soy una mujer que escribe porque para mí escribir es como respirar. Tal vez por eso no me guste hablar de mis libros. Todo lo que tenía para decir está en ellos. Creo en la interpretación de cada lector. Soy como una madre animal, los libros son mis cachorros, me olvido pronto de ellos. No recapacito, no analizo, no fomento en mí orgullos falsos. Me considero una aficionada porque no sé escribir por obligación. Sólo consigo escribir por inspiración. Odio la popularidad, es algo pernicioso para los escritores”.

*Por Analía Ávila para Agencia Paco Urondo.

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