POEMA de desamor, de IDEA VILARINO

 

Idea Vilariño y Juan Carlos Onetti.
"Es el último hombre de quien debí enamorarme porque éramos lo más imposible de ligar que había. Nunca entendió el ABC de mi vida, nunca me entendió como ser humano, como persona. Y así teníamos nuestros grandes desencuentros. Si yo hablaba de algo sumamente delicado él me salía con una barbaridad. Decía cosas que me hacían echarlo, imposibles de soportar. Todavía me pregunto por qué aguanté tanto, por qué volví tantas veces. Nos peleábamos y volvíamos a juntarnos, lo echaba, regresaba. Una noche me llamó desesperado para que fuera a verlo. Yo estaba con alguien que me amaba y lo dejé por ir a pasar una noche con él. Y recuerdo que lo único que hicimos fue ponernos de espalda, leyendo un libro él, y yo otro. A la mañana siguiente le agarré la cara y le dije: sos un burro Onetti, sos un perro, sos una bestia. Y me fui”.

Idea Vilariño.

Tomado del mur o de Facebook,de Amelia Arellano,San Luis, Argentina

Poema de desamor


En Estandarte compartimos contigo el poema de desamor más bello del mundo que hoy queremos recordar. No es otro que “Ya no”, escrito en 1958 por la poeta uruguaya Idea Vilariño.

Un texto hermosísimo en su dolor por la separación: una ruptura que se sabe definitiva, que se esperaba, que incluso llega como una bendición, pero que quiebra igualmente. Y una separación, además, documentada por la historia de la literatura.

Idea Vilariño (Montevideo, Uruguay, 1920 - 2009) es uno de los nombres fundamentales de la Generación del 45, gracias a su dedicación a la crítica literaria, el ensayo y —principalmente— la poesía. Un grupo de escritores en el que Vilariño —que también destacó como compositora, profesora y traductora— compartió charlas y proyectos con nombres como los de Mario Benedetti, Ida Vitale o Juan Carlos Onetti, integrado en sus reuniones pese a la diferencia de edad y a su trayectoria ya asentada.

En uno de esos encuentros —aseguran que en 1950, durante una de las presentaciones de la revista Número, que Vilariño había fundado junto a Benedetti, Manuel Claps y Emil Rodríguez Monegal— se conocieron Vilariño y Onetti. En ese momento comienza una pasional relación intermitente, con explosivas rupturas, que se prolongaría hasta 1974, aunque sus protagonistas mantuvieran en paralelo sus relaciones oficiales —cuando llevaban ya tres años juntos, Onetti contrajo matrimonio con Dorotea Muhr, sin romper su historia con Vilariño—, y aunque supieran que nunca acabarían juntos. De hecho, Idea Vilariño visitó a Juan Carlos Onetti en varias ocasiones durante su exilio madrileño, ya sin vínculo sentimental entre ambos.

En una mítica entrevista a Idea Vilariño realizada por María Esther Gilio, la periodista se interesa por la relación entre poeta y narrador. Reproducimos un extenso fragmento en el que le pregunta por Onetti:

«(…) Yo pienso en tu poema “Ya no” donde parecés dolerte de no saber cómo habría sido estar juntos, quererse, estar. La pregunta es en definitiva, ¿querrías haber armado con él una pareja, compartir la vida de todos los días?
»—Yo no digo ahí que querría eso, sino que eso no podría ser.

»Él dijo en una entrevista que estaba enamorado de ti, pero que nunca sintió que tú estuvieras enamorada de él.
»—Sí, sí, ya lo sé. El me lo dijo a mí muchas veces. Cuando eso apareció en la entrevista que tú le hiciste y publicó la revista Brecha, me llamaron de todas partes para preguntarme. Yo me enojaba mucho con él cuando decía que no sentía que estuviera enamorada. “Con la cabeza lo entiendo, pero con esto no”, decía él y se tocaba el corazón.

»¿Por qué pensás que no creía en tu enamoramiento?
»—Porque yo muy a menudo decía “no”.

»Y para él no hay amor sin sumisión.
»—Seguramente. Pero yo no tenía más remedio que decir no, salvo que estuviera dispuesta a dejar que me pisara la cabeza. Pero además, no se trataba sólo de amor. Era la manera de vivir. Nosotros nos contábamos todo, hablábamos de todo lo que nos pasaba, de lo que pensábamos y sentíamos con total libertad. Sin miramientos ni escrúpulos. Eso era algo que hacíamos bien, pero compartir la vida... Habría sido muy difícil. Yo no debí haberme enamorado nunca de Onetti. Era el último hombre que tenía que haberme gustado. Eramos dos personas absolutamente contradictorias.

»¿Pero habrías escrito los poemas de amor que escribiste?
»—Eso, quién puede saberlo.»

“Ya no” —que en algunas publicaciones figura como “Ya no será”, tomando el primer verso como título— se añade a una reedición de Poemas de amor (1957), que Idea Vilariño dedicó a Juan Carlos Onetti; a su vez, él le había consagrado la novela Los adioses (1955).

 

Ya no

Ya no será
ya no
no viviremos juntos
no criaré a tu hijo
no coseré tu ropa
no te tendré de noche
no te besaré al irme
nunca sabrás quién fui
por qué me amaron otros.
No llegaré a saber
por qué ni cómo nunca
ni si era de verdad
lo que dijiste que era
ni quién fuiste
ni qué fui para ti
ni cómo hubiera sido
vivir juntos
querernos
esperarnos
estar.
Ya no soy más que yo
para siempre y tú
ya
no serás para mí
más que tú. Ya no estás
en un día futuro
no sabré dónde vives
con quién
ni si te acuerdas.
No me abrazarás nunca
como esa noche
nunca.
No volveré a tocarte.
No te veré morir.

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