ARGENTINA: páginas de la vida, Dra Myriam Garbulsky, Bs As
ENVEJECER, GANAR, PERDER
Con los años a cuestas en la medida que su cuerpo reflejaba el desgaste del material, indagaba en lo profundo de su pensamiento
Las articulaciones inflamadas y doloridas, con movimientos más lentos e imprecisos, la sordera que la obligaba a hacerse repetir las palabras, la presbicia con la necesidad de alargar sus brazos hasta que se rendía y buscaba sus anteojos, la piel ajada donde las arrugas se multiplicaban a pesar de las cremas nutritivas hablaban de esa fractura que se colaba con el correr de los años anunciando la finitud de la existencia.
Su madre con agudeza decía que si no morías por una enfermedad en la infancia o por accidentes, los tumores y las enfermedades cardiovasculares nos llevaban fuera de este mundo.
Este balance que tiene un tono pesimista se contrapone con la necesidad de seguir proyectando nuevos abordajes en la práctica profesional, intentar una diferente forma de psicoterapias de acuerdo a la noción del tiempo de este siglo XXI.
Inmersa en estos desvaróos se le ocurrió una metáfora, tela apolillada, era buena en su época pero con poco rendimiento en la actualidad.
Myriam en mi jardín, foto de MZ, Essex, 2006
La consulta con el médico de cabecera de Pami le dió la oportunidad de darse cuenta en toda su dimendión lo que estaba viviendo, el asombro de aquel tumor del acústico que estaba sobre la protuberancia y todavía sin mayores síntomas, el buen tino de su neurocirujano de no tocar ese cerebro.
Se preguntaba si el cerebro sería el único órgano poco apolillado, el riñón funcionaba a media máquina, la diabetes con polineuropatía y retinopatía. Su aguante y el del hígado, investido diaramente con diez píldoras y 40 ml. de insulina, la sorprendían.
La polilla no la había hecho polvo del todo. Ella debe trabajar mucho más.Le penetró la cultura del no trabajo ganando con ello y aggonardose.
Recordó lo dicho por su cardiólogo los árboles mueren de pie y los soldados con las botas puestas.
Myriam en París, foto de Olga, 2008
Gabriella, nuera de Myriam, y sus nenas., en Rosario.
Hoy te recuerdo con dolor, querida, querida Myriam, porque como decía tu mamá, un accidente cardiovascular te jugó la semana pasada una mala pasada.Y anoche me lo contó tu hijo.
ResponderBorrarHe quedado sin consuelo.
MYRIAM!
Nosotras que nos jactábamos de que aunn teniamos al menos el cerebro (casi intacto...
Marta, 21 de sept.2011