POESIA : Los silencios del pecado de Ameilia Arellano*
“...Dudo que alguien pueda leer o escuchar tu historia sin que las lagrimas afloren a sus ojos. Ella ha renovado mis dolores, y la exactitud de cada uno de los detalles que aportas les devuelve toda la violencia pasada...” (Carta de Eloisa a Abelardo)”
Amo el “Jardín de las delicias” El resultado del cruce de dos rectas.
Imprevisibles e inesperados triángulos.
La fuente de la juventud y el huevo.
Oscuridad y sigilo fecundados. Silencio.
El silencio del inmortal deseo.
La sombra quieta de mi padre.
Las abejas inquietas en el pelo de mi madre.
Amo al silencio. Los ecos del silencio.
De las voces calladas. Antiguas profecías.
De la metamorfosis de una boca.
Del cazador. Cabalgando. Huyendo siempre.
De la manos .Números cardinales. A veces círculos.
De los pies que se van cuando amanece.
El búho y el martín pescador.
Amo los hombres-pez.
Las mujeres desnudas .La tentación.
Los sabores frutales, tan hondos, tan profundos.
Las uvas. El cielo y el infierno.
La bola de cristal craquelada. La inconstancia.
Los álamos. Los jinetes. Los espinos
Los adioses de corcel, patria en el vientre.
Amo la lechuza y la flecha.
Los silencios golpeando mis umbrales.
El abrazo intacto, embriagado, tendido.
Tu fatiga descansada en mi cansado pecho.
El miedo de la lluvia sobre tu piel de jade.
El temor y el milagro y lo dulce y lo amargo.
Las mariposas y los mejillones.
Amo la serpiente, el verde y el azul profundo.
Los campos rojos y los blancos lirios
Y los ojos, ah, amo los ojos.
Y los muertos que veo en los ojos de los gatos.
Los ojos que han mordido mi nombre.
Los ojos que ven alambiques y matraces.
Los ojos que mueren sin mis ojos.
Los ojos que aman los estanques turbios.
Y los ojos de Delfina e Hipólita.
Buscándose, huyendo en su hondo penar.
Y los ojos de Abelardo y Eloisa.
El ojo azorado del infierno de Rimbaud y Verlaine.
De Baudelaire y Louchette.
De Zorba y Bubulina.
De Medea y el hombre con un pié calzado.
Atados a una lira y una cítara.
Los ojos del vacío que apuestan a la vida.
Los ojos de la trasgresión y el pecado.
Amo, los silencios del pecado, entonces.
*de Amelia Arellano. arellano.amelia@yahoo.com.ar
Poema tomado de la Revista Inventiva Social, Argentina
Colaboraciones a inventivasocial@yahoo.com.ar
El rosal de ella y de él la savia toma,
Y mece, confundiéndolos, la brisa
En una misma flor y un mismo aroma
Las almas de Abelardo y de Eloísa.
Campoamor
La Revolución Francesa suprimió el Parácleto en 1792 vendido en beneficio del Estado; pero exceptuó de la venta el sepulcro que encierraba, según creencia general, los restos de Eloísa y Abelardo. En 1817 los cuerpos se trasladaron a una tumba común en el cementerio de Père Lachaise, en París, donde hoy reposan en el mausoleo neogótico que puede observarse en la imagen adjunta, tomada de internet.
Marta: Siempre me asombras. Siempre aprendo de tí.
ResponderBorrarSiempre me "doy una vueltita por tu blogs" y me encuentro con documentos que están puestos al servicio de los mas desposeídos o vulnerables, indígenas, mujeres (que gracias a una bula papal ,tenemos alma!) Hoy me encuentro y no puedo dejar de emocionarme , especialmente ,por el comentario e ilustración posterior, que no conocía.
Gracias hermana!
Un abrazo.
Amelia Arellano
Otra sorpresa,pues!
ResponderBorrarme veo en la necesidad de aclararte que en esa foto del pan de semillas (tomada por el Dr Carlos Zamora)aparece mi colega, la Dra Vanessa Cavalcanti, en su cocina con su hija, Maria Luiza Zamora, la que muy carin~osamente me fuera ofrecida como nietita el día de su nacimiento, por sus orgullosos padres, cosa que acepté con gran sorpresa, gusto y alegría.
Ahora mi nieta Malú tiene 4 an~os 10 meses y 5 (ó 6)días.
Y es motivo de gran orgullo también para mi, porque es muy lista , alegre y cariñosa.
Marta Zabaleta.