Cuba: Feministas ¿intrusas
en la academia?
Por
Lirians Gordillo Piña
(liriansgp@gmail.com)
La Habana, octubre
(SEMlac).- En Cuba, al grado científico "Doctor en Ciencias"
le sigue en muchas ocasiones un nombre de mujer, pero pareciera
que solo las feministas identifican la falta de coherencia en esa
redacción y ven las expresiones machistas de la academia.
"De alguna manera es cómodo hablar de perspectiva de
género, pero sigue siendo incómodo hablar de feminismo.
Y no se puede hablar de perspectiva de género sin feminismo",
reflexiona la filósofa Georgina
Alfonso.
La doctora en ciencias y directora del Instituto de Filosofía
del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA)
reconoce que aún las ciencias sociales cubanas no han incorporado
esta postura teórica que sobrevive y crece en académicas
cubanas de renombre, junto a otras más jóvenes.
"¿Cómo puede hacerse una ciencia social en pleno
siglo XXI de espaldas a todo lo que significa el feminismo en cuanto
a posicionamiento ético y epistemológico?, preguntó
Alfonso durante el espacio
Berta Cáceres que organiza la homónima red feminista.
Al encuentro, realizado en la capital cubana el pasado 4 de octubre,
asistieron investigadoras y profesoras universitarias de la capital,
principalmente.
Desde el centro de la isla llegó Mely
González, investigadora del Centro de Estudios Comunitarios
de la Universidad Marta Abreu, a 281 kilómetros de La Habana.
Durante su intervención, González subrayó el
desconocimiento que aún existe sobre el feminismo, pese a
la existencia por más de 20 años de estudios de género
y el renombre de importantes intelectuales y académicas cubanas
dedicadas a este campo.
"Para nosotras, la capacitación ha sido fundamental
para explicar de qué se trata el feminismo y cómo
la visión feminista tiene que estar inserta en el desarrollo
local", explicó González.
Equiparar feminismo a machismo, descalificar las investigaciones
feministas y desconocer sus resultados son algunas de las expresiones
de discriminación que han vivido académicas cubanas.
Pero a estas manifestaciones se le suman otras más sutiles
que utilizan el humor, el ninguneo y el paternalismo para disminuir
su alcance y opacar sus voces.
Ante los escenarios adversos, ellas, acompañadas también
por algunos pares varones, no se dan por vencidas. A la inteligencia
y formación académica les suman sistematicidad, rigor,
pensamiento estratégico y mucha, mucha paciencia. Por eso
entre las estrategias comunes se encuentran las alianzas, la capacitación,
la formación para romper mitos y la firmeza en sus convicciones.
"Un principio es entender el feminismo como un posicionamiento
político y como una filosofía de vida, porque no podemos
llevar a las aulas algo que no incorporamos en nuestras vidas. También
para nosotras es importante aprovechar todos los espacios que tenemos,
los que son meramente institucionales, de formación académica,
metodológica y también políticos", dijo
la socióloga Magela
Romero Almodóvar.
La profesora del departamento de sociología de la Universidad
de La Habana compartió los resultados de un grupo de trabajo
que, gracias a años de empuje, ha logrado que Sociología
sea la primera carrera en el país que cuenta con una asignatura
en el currículo dedicada a género.
Romero Almodóvar también resaltó, entre las
características del quehacer académico feminista en
el país, su vinculación con proyectos de transformación
local, una práctica que se extiende a asesorías de
proyectos de colaboración a organizaciones, instituciones,
cooperativas agropecuarias y empresas.
"Hemos tratado siempre de mantener el vínculo entre
las investigaciones y nuestra práctica de transformación
comunitaria. Esto es importante porque también le da solidez
al pensamiento", argumentó la profesora.
Carmen Nora Hernández Chávez, educadora popular e
investigadora del Centro
de Desarrollo Local y Comunitario, conoce bien esa práctica
y reconoció que, aunque se ha avanzado en la inclusión
de la perspectiva de género, existen muchos prejuicios que
se incrementan cuando el feminismo se sale de los espacios académicos,
proyectos de colaboración internacional y escenarios locales.
"Muchas personas consideran que esto es un enfoque innecesario.
Incluso en algunos sectores políticos, sobre todo a nivel
medio, se ve como 'un mal necesario´", comentó.
Esas resistencias tienen consecuencias en la vida práctica
y las políticas que hoy desarrolla el país. Prejuicios
que, al decir de la economista Teresa
Lara, impiden avanzar en mejores soluciones provenientes de
la economía feminista.
"Si queremos recuperar nuestra economía y dar una respuesta
a los problemas de este país, tenemos que contar con la economía
feminista, pero esa es una perspectiva que está ausente de
los espacios de toma de decisiones; que llegue allí es uno
de nuestros mayores retos", opinó Lara.
Proyectando el futuro, las estudiosas reunidas acordaron sistematizar
los encuentros, reconocer a importantes científicas y lideresas
cubanas que abrieron el camino para las actuales generaciones y
articular acciones en respuesta a manifestaciones que hoy atentan
contra los derechos humanos conquistados por las cubanas.
Como ejemplo de lo que puede hacerse desde la comunicación,
en el encuentro se compartieron los productos de una iniciativa
que por estos días hace visible el empuje de emprendedoras
cubanas en sectores como el trabajo por cuenta propia, las ciencias
y el medio ambiente. "Inspiradoras",
nombre de esa iniciativa, reúne a organizaciones, medios
de prensa, instituciones y feministas cubanas en la realización
de productos comunicativos amigables con el medio ambiente.
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