Si mis palabras pudieran tener alguna relevancia, creo que seria básicamente porque existen otras personas que se unen o unieron en los caminos de sus vidas con la mía.
La identidad Plurinacional de Mujeres y Disidencias, en La Plata
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14 de octubre de 2019 · Actualizado hace 10 hs
Durante tres horas se reafirmó la identidad Plurinacional de Mujeres y Disidencias, en La Plata
Encuentro Nacional de Mujeres: Abya Yala, la asamblea de los pueblos indígenas latinoamericanos
Lolita Chávez abrió la asamblea de Abya Yala con un saludo al sol y a la luna. Imagen: Jose Nicolini
Primero
se encendió el fuego de la memoria para recordar a las ancestras y los
caminos que ellas recorrieron, para poder recuperarlos. Las banderas,
coloridas, de los distintos pueblos originarios se entrelazaron en forma
de caracol, en el piso. Se prendieron velas, se quemó incienso, se
hicieron ofrendas. Al frente de la expresión ceremonial cosmogónica, la líder maya, de Guatemala, Lolita Chávez,
pidió saludar al sol –que empezaba a asomar en el cielo platense de
este territorio querandí, después del tormentón y el diluvio del
sábado—y también a la luna. Fue el preámbulo de la poderosa asamblea de
feministas de Abya Yala –expresión que le da sentido y
pertenencia a los pueblos indígenas de Latinoamérica— que estalló de
participantes, sobre todo jóvenes, frente a la glorieta de la Plaza San Martín, uno de los puntos neurálgicos de este #34Encuentro: a lo largo de las más de tres horas en que se extendió, se reafirmó la identidad Plurinacional de Mujeres y Disidencias del Encuentro,
y se escucharon referentes de distintos pueblos originarios de la
región, que enumeraron las luchas que hoy las (nos) hermanan: contra el
capitalismo, el neoliberalismo, el extractivismo, el racismo, el
colonialismo, el patriarcado y el machismo. “Protegemos nuestro cuerpo
como nuestro primer territorio de defensa”, sintetizó Lolita Chávez y
promovió un abrazo colectivo y feminista: “Nos queremos y nos cuidamos”,
afirmó. Y en cada rincón, de esa multitudinaria asamblea al aire libre,
los abrazos, las abrazas, entre conocidas y recién conocidas, se
multiplicaron. Las pibas del taller de Batuka le pusieron
ritmo y calor a la asamblea con sus tamboras y la potencia de la
percusión. La segunda jornada del #34Encuentro siguió cargada de
debates: desde la mañana se reanudaron los talleres y por la tarde se
inició la esperada marcha, que coronó esta fiesta feminista, por las
calles de La Plata: desde 1 y 60 hasta el Estadio Único, la marea verde
recorría unas sesenta cuadras. Este lunes, en el cierre, se leerán las
conclusiones y se elegirá la sede del año próximo, por aplausómetro.
Abya Yala. Imagen: Jose Nicolini.
Antes de que las activistas feministas de Abya Yala tomaran la
palabra, en un espacio que se viene repitiendo desde el ENM de 2008, en
Neuquén, promovido por la activista Claudia Korol, la rapera mapuche Urraca Negra,
entonó varios temas, que en sus letras reflejan las luchas de las
mujeres y las disidencias: “Maternidades obligadas/muchas no pudieron
decidir nada”, o “…la iglesia ha asesinado a muchas de nuestras
ancestras” o “… somos muchas las que seguimos vivas porque le hicimos
frente al macho femicida”. Varios carteles expresaban la
solidaridad con el pueblo de Ecuador y el repudio a la represión que
está soportando desde hace días de parte de las fuerzas de seguridad del
presidente Lenin Moreno, con un saldo –hasta ahora—de 6 muertos. “No
están solas”, fue el grito unánime que se repitió, a viva voz, con el
puño alzado, para acompañar a una activista ecuatoriana, que dio cuenta
de la grave situación que está viviendo en su país. “Y mandamos a la mierda al Fondo Monetario Internacional” que no respeta “nuestros territorios”, arengó Lolita Chávez.
Y el grito se multiplicó con ganas y se convirtió en frase y
afirmación: “El pueblo unido, jamás será vencido”, resonó en la Plaza
San Martín.
Naiara Leite, del Movimiento Mulheres Negras de Brasil.
La comunicadora feminista Liliana Daunes llevó por
momentos la conducción del evento. Se recordó a las ancestras que ya no
están, como la activista ambientalista Berta Cáseres –que participó en
2014 en el ENM— que fue asesinada el 3 de marzo de 2016, en Honduras, a Marena Valdés Muñoz,
esposa, madre de cuatro hijos, mapuche, también ambientalista y
defensora de los bosques el agua y los territorios de su pueblo, en
Chile, asesinada el 22 de agosto de 2016; a Marielle Franco,
política y lesbiana brasileña, militante de los derechos humanos y de
las mujeres negras, asesinada el 14 de marzo de 2018 en Río de Janeiro; a
las activistas trans argentinas Diana Sacayán, asesinada el 11 de octubre de 2015 y Lohana Berkins, fallecida el 5 de febrero de 2016.
Se habló de “todas” y “todes”. Y luego el micrófono fue
pasando por distintas voces que reflejaron cada lucha, cada grito de
libertad: Alessia Dro, del Movimiento de Mujeres de Kurdistán, denunció el “genocidio” de su pueblo a manos del ejército turco. Isabel Huala,
activista mapuche y madre del lonko Facundo Jones Huala –condenado a 9
años de cárcel en Chile–, pidió por su libertad y contó que ella está
haciendo “una recuperación territorial de tierras que fueron de su
bisabuela” en la zona del Nahuel Huapi, en Bariloche. “La única forma de
resistir es luchando. Les quiero pedir que sigan luchando”, agregó la
mujer, de 55 años y madre de seis hijos, acompañada por la más pequeña,
de 11 años. También habló Ninoska Pallakura, de 25 años, mapuche, convertida en vocera para reclamar justicia por el asesinato de Macarena Valdez,
y quien se hizo cargo del cuidado de sus cuatro hijos: a Macarena la
encontraron colgada de una soga en su propia casa, en la localidad de
Tranguil, comuna de Panguipulli, en Chile; su hijo más pequeño, en ese
momento de 1 año, la vio así, muerta. “Su feminicidio no tiene todavía
culpables. Ella fue asesinada en el contexto de la lucha que aún sigue
dando la comunidad en contra de la empresa hidroeléctrica RP Global, de
capitales austriacos. Su muerte se intentó hacer aparecer como un
suicidio, pero las pruebas científicas aportadas por la familia han
demostrado que sí existió intervención de terceros”, contó a Página|12 Ninoska. “A Macarena la mataron por ser mujer, por defender tu territorio”, dijo frente a la asamblea. Yurima y Ambar Miranda, hijas de Miriam Miranda,
la activista hondureña defensora de los derechos humanos y ambientales
de los garífunas, hablaron en su nombre, porque ella, finalmente, no
pudo viajar. “No nos queda otra que acuerparnos y seguir luchando”,
señalo Ambar.
"Cuanto más negra la piel más duro el lugar en la sociedad"
Jessica Corpas, de Mendoza, trajo la voz de los feminismos
negros y migrantes en la Argentina. “Cuanto más negra la piel más duro
el lugar en la sociedad que nos toca”, describió. Y puso en primer plano
el hecho que para “que salgamos a las calles hay mujeres migrantes
cuidando a nuestros hijos” y pidió: “Luchemos para que todas podamos
salir a las calles de una manera justa e igualitaria”, que “caiga el
patriarcado, el capitalismo, el noeoliberalismo, el colonialismo” y “que
portar un cuerpo negro, migrante, indígena o racializado no sea una
vergüenza”. Naiara Leite, del Movimiento de Mulheres Negras de Brasil
también se refirió al racismo. “Los racismos definen nuestras
existencias. Si comemos o no comemos, si somos violadas o no lo somos”,
afirmó. Y empezó a sonar entre la multitud que se acuerpaba en ese
sector de la Plaza San Martín, frente a la glorieta, “¡Fuera Bolsonaro!”. Leite se sumó al clamor, pero aclaró: “El racismo no es coyuntural (en Brasil), es estructural”. Tomó también la palabra Ketty Marcela López, de la Organización de Mujeres Indígenas, Andinas y Amazónicas, ONAMIAP, de Perú.
Y le siguieron otras voces, de feminismos disidentes, “contra el
lesbotranstravestiodio, el binarismo de género y el régimen
heterosexual”, y de feminismos populares, piqueteros, villeros,
campesinos, de trabajadoras contra las políticas extractivistas: casi
medio centenar de voces, latinoamericanas, con el convencimiento de que
los feminismos de Abya Yala son promesa de un mundo donde todes seamos
libres. De verdad.
Gracias querida Martita por el resonar las campanas de las luchas de nosotras las mujeres del mundo, en nuestras grandes batallas para lograr la igualdad y trascender las violencias, por un mundo igualitario, justo y en paz!
Estelas en la mar 7 · Estoy hecha de retazo S Estoy hecha de retazos, pedacitos coloridos de cada vida que pasa por la mía y que voy cosiendo en el alma. No siempre son bonitos, ni siempre felices, pero me agregan y me hacen ser quien soy. En cada encuentro, en cada contacto, voy quedando mayor. En cada retazo una vida, una lección, un cariño, una nostalgia... Que me hacen más persona, más humana, más completa. Y pienso que es así como la vida se hace: de pedazos de otras gentes que se van convirtiendo en parte de uno también. Y la mejor parte es que nunca estaremos listos, finalizados. Siempre habrá un retazo para añadir al alma. Por lo tanto, gracias a cada uno de ustedes, que forman parte de mi vida y que me permiten engrandecer mi historia con los retazos dejados en mí. Que yo también pueda dejar pedacitos de mí por los caminos y que puedan ser parte de sus historias. Y que así, de retazo en...
http://www.archivohistoricoconcepcion.cl/biblioteca-digital/autores/rolando-saavedra/ He leido con no pocas emociones este magnífico recuento de la historia de la querida familia de la cual heredé dos hijxs maravillosos, Yanina Andrea Hinrichsen Zabaleta, nacida en Concepción, y Tomás Alejo Hinrichsen Zabaleta, nacido durante nuestro exilio con Ricardo Alberto Hinrichsen Ramírez en Glasgow, Escocia. Como casi todo ya está dicho por el autor, no me faltaría tal vez más que agregar algunas fotos de las decenas que atesoro. Mientras decido cual/es, saludo al autor, Don Rolando, y le reitero mi agradecimiento por su esmerado y logrado esfuerzo de investigación para llevar a su conclusión a este valioso nuevo libro suyo que, con su acostumbrada g enerosidad, nos ha compartido. Foto de la fiesta de nuestro matrimonio el 17 de julio de 1969, en la casa de mi marido, de izquierda a derecha, Tomás Benjamín Hinrichsen Ramírez, Cristián, Juan Carlos, Sra. María Victoria Ramírez de Hin...
Gracias querida Martita por el resonar las campanas de las luchas de nosotras las mujeres del mundo, en nuestras grandes batallas para lograr la igualdad y trascender las violencias, por un mundo igualitario, justo y en paz!
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