EEUU: violaciones de judias durante el Holocauto

EE.UU. Libro revela que las mujeres fueron violadas durante el Holocausto
Por María Suárez Toro
(maria2003@racsa.co.cr)

Denver, EE.UU., junio (SEMlac).- Una antología internacional e interdisciplinaria en inglés, que rompe siete décadas de silencio sobre las violaciones de mujeres judías durante el Holocausto, acaba de salir a la luz pública.
La memoria de las víctimas y sobrevivientes sobre este tema al fin quedará registrada en el Museo de la Memoria del Holocausto de los Estados Unidos, en Washington D.C., organismo que comisionó la investigación.
Las autoras, las doctoras. Rochelle G. Saidel y Sonja M. Hedgepeth, lo han titulado Violencia Sexual contra mujeres judías durante el Holocausto y ha sido publicado a finales del año pasado por la Editorial de la Universidad de Brandeis en Boston, Massachussets, Estados Unidos.
El trabajo se basa en la recolección de 16 ensayos de académicas y académicos de siete países, fundamentado a partir de historias orales, literatura, psicoanálisis, diarios y testigos presenciales.
"Es un libro académico, cuyo valor consiste en que documenta lo que pasó, asunto de suma importancia porque fue escondido durante mucho tiempo", dijo a SEMlac la activista feminista de origen judío Robin Morgan, y añadió que, aunque el texto no tiene análisis político, las feministas lo están utilizando para conectarlo con lo que pasa ahora en el mundo, cuando ya la violación durante la guerra es reconocida como crimen de guerra por el Tribunal Internacional Penal desde 2001.
Morgan agrega que mucha gente cree que los soldados de Serbia, en la antigua Yugoeslavia, inventaron la limpieza étnica mediante la violación de las mujeres, "pero ahora sabemos que viene de mucho más atrás y que siempre ha existido en las guerras y en las sociedades, por lo que documentarlo en todo momento es importante."
Uno de los ensayos en el libro, escrito por Nomi Levenkrom, una activista y abogada que actualmente vive en Israel, sostiene que los violadores no dejaron documentos sobre estas acciones. Los tabúes sobre el tema pueden haber sido una razón para el silencio de las víctimas/sobrevivientes por la vergüenza y la manera en que sus comunidades muchas veces las re-victimiza y no les creen.
A ello se añade el ocultamiento de los nazis, porque lo que le ocurre a las mujeres en las guerras no tiene importancia. Aún más, se pensaba hasta ahora que esos crímenes no podían haber sucedido, dada la política de pureza étnica de los alemanes nazis.
Pero Morgan asegura que hay otros motivos y que no es de extrañar que las violaciones ocurrieran durante el Holocausto, porque la política de limpieza étnica a través de la violación sexual de las mujeres es tan antigua como la guerra misma.
"Lo interesante es que, debido a que el racismo es siempre considerado peor que el sexismo, el lugar de la mujeres en el Holocausto ha sido absolutamente silenciado hasta ahora. Un ejemplo es el mismo gobierno de Israel, tan preocupado por el Holocausto, pero que sigue haciendo una guerra racista; en cambio las mujeres de Israel que sufrieron en el Holocausto han sido las líderes de los movimientos por la paz y reconciliación en ese país", apuntó.
Una forma de silenciar el tema es que hasta hace poco se pensaba que lo que le sucedía a las mujeres en los burdeles, en los campamentos de concentración o en barracas y trenes de trasporte no era violación, porque ellas "consentían".
Hoy día se sabe que cualquier acción bajo privación de libertad o de alimentos es forzada. "A muchas de las mujeres se les hicieron falsas promesas de liberación de los campos de la muerte, si cumplían seis meses en los burdeles", dice el historiador Robert Sommer, uno de los ensayistas en el libro.
En su tesis doctoral, escrita en alemán en Berlín en 1984 y titulada El Papel del Sonderbauten (edificios especiales) en los Campamentos de Concentración Nazi, Sommer reconocía en sus conclusiones que hasta ese momento "no existe un trabajo completo que describa y analice los burdeles como una institución nazi".
Dice el historiador que en mayo de 1941 el jefe de la SS Heinrich Himmler visitó el campo de concentración de Mauthausen, donde dio una orden para abrir un prostíbulo destinado a los presos en el interior del campamento.
Añade que, en consecuencia, en 1942 las SS (seguridad nazi) comenzaron a construir los "Sonderbauten", "edificios especiales" o prostíbulos, en casi todos los principales campos de concentración, incluidos Auschwitz, Monowitz, Buchenwald, Sachsenhausen, Dachau, y Mittelbau-Dora.
Explica que, al año siguiente, un sistema de bonos ("Prämienverordnung") fue creado a fin de alentar a los prisioneros a trabajar más duro. En este sistema, entre los distintos tipos de recompensas por trabajo, se concedió el "privilegio" de visitar un burdel en el mismo campamento.
Hoy día, la página web del Museo que encomendó la investigación para la antología de Saidel y Hedgepeth reconoce que las mujeres fueron violadas. "Las mujeres eran deportadas de Polonia o de la Unión Soviética para realizar trabajo forzado para el Reich (régimen de Adolf Hitler) a menudo golpeadas y violadas, o forzadas a someterse a relaciones sexuales a cambio de comida u otras necesidades o comodidades básicas.", señala.
El número exacto de mujeres que experimentaron abuso sexual durante el Holocausto no se puede determinar, debido al silencio de las víctimas y las sobrevivientes, la muerte de muchas, antes de que se reconociera la violación en guerra como crimen de lesa humanidad, y el encubrimiento de los victimarios y las instituciones, pero saber y contar con la documentación del caso es relevante.
Sigue pendiente para el Museo el tema planteado por Morgan de que el "sexismo queda invisible frente al racismo, dada la poca importancia que tienen ellas." Todavía el Museo sostiene en uno de sus recuentos en la web oficial que "millones de mujeres fueron perseguidas y asesinadas durante el Holocausto, pero a la larga, fue su clasificación racial conforme la jerarquía Nazi o su religión y afiliación política lo que las hizo blanco de ello, no su sexo."
Rochelle G. Saidel es una politóloga que dirige en Instituto de la Memoria en la Ciudad de Nueva York y autora del libro "Las Mujeres Judías en el Campamento de Ravensbrück", un campamento solo para mujeres, creado a las afueras de Berlín en 1939 y que llegó a albergar más de 50.000 presas que se organizaron para apoyarse entre ellas y resistieron.
La otra autora, Sonja M. Hedgepeth, es profesora en el Departamento de Lenguas y Literatura Extranjeras en la Universidad Estatal Middle de Tennessee . y enseña sobre el Holocausto y las mujeres.

SEMIac

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