CONGRESO SOBRE ACCESO IGUALITARIO AL ABORTO SEGURO
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (Anmat) establece que el Oxaprost, medicamento legal que se utiliza para, entre otros, el procedimiento de un aborto, debe comercializarse bajo receta simple. Sin embargo, muchas farmacias del país se niegan a venderlo, aplican un sobreprecio o exigen requisitos innecesarios como una doble receta, información del usuario o constancia de que quien lo compra no transita un embarazo. Así expusieron ayer organizaciones de La Pampa, Buenos Aires, Mendoza, Tucumán, Salta, Misiones y San Luis en el Congreso Acceso Igualitario al Aborto Seguro.
“Negarle a una mujer una caja de Oxaprost (nombre comercial del misoprostol en Argentina) es mandarla a una sonda, a una aguja de tejer o a un perejil, porque la que necesita abortar, aborta, y la que pide pastillas no es la que tiene la posibilidad de pagarle cinco mil pesos a una clínica”, explicó a Página/12 Verónica Marzano, del colectivo Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto, que organizó el debate en la Plaza del Congreso, en el marco de su trabajo de difusión y asesoramiento sobre la práctica de abortos medicamentosos a través de la línea telefónica “Más información, menos riesgos 011-15-6664-7070”.
Las pastillas utilizadas con suficiente información son “el método más seguro a nivel mundial y la primera opción frente a la necesidad de un aborto, tanto para la Organización Mundial de la Salud, como para las autoridades argentinas que, por ejemplo, la ubican como la primera alternativa en la Guía Técnica de Aborto No Punible”, añadió Marzano.
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Las soluciones y las trabas
El encuentro convocado por organizaciones de ocho provincias denunció trabas para el uso de Oxaprost.
Verónica Marzano hablando durante el encuentro.
Imagen: Carolina Camps.
Imagen: Carolina Camps.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (Anmat) establece que el Oxaprost, medicamento legal que se utiliza para, entre otros, el procedimiento de un aborto, debe comercializarse bajo receta simple. Sin embargo, muchas farmacias del país se niegan a venderlo, aplican un sobreprecio o exigen requisitos innecesarios como una doble receta, información del usuario o constancia de que quien lo compra no transita un embarazo. Así expusieron ayer organizaciones de La Pampa, Buenos Aires, Mendoza, Tucumán, Salta, Misiones y San Luis en el Congreso Acceso Igualitario al Aborto Seguro.
“Negarle a una mujer una caja de Oxaprost (nombre comercial del misoprostol en Argentina) es mandarla a una sonda, a una aguja de tejer o a un perejil, porque la que necesita abortar, aborta, y la que pide pastillas no es la que tiene la posibilidad de pagarle cinco mil pesos a una clínica”, explicó a Página/12 Verónica Marzano, del colectivo Lesbianas y Feministas por la Descriminalización del Aborto, que organizó el debate en la Plaza del Congreso, en el marco de su trabajo de difusión y asesoramiento sobre la práctica de abortos medicamentosos a través de la línea telefónica “Más información, menos riesgos 011-15-6664-7070”.
Las pastillas utilizadas con suficiente información son “el método más seguro a nivel mundial y la primera opción frente a la necesidad de un aborto, tanto para la Organización Mundial de la Salud, como para las autoridades argentinas que, por ejemplo, la ubican como la primera alternativa en la Guía Técnica de Aborto No Punible”, añadió Marzano.
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