POESIA de Patricia Díaz Bialet
ESPERPENTO DE PAJA
Todo es posible entonces,
todo, menos yo.
Olga Orozco
todo, menos yo.
Olga Orozco
Esperpento de paja es mi atrevida colmena:
desea más amor del que hay en el mundo,
me pone en ridículo frente a todos,
se hace llamar Patricia y arremete en Año Nuevo con una fuerza inusitada.
Piensa entonces Patricia:
Si todo finalmente tumba hacia la tierra,
¿con qué derecho han de quitarme el alma antes de tiempo?
La llaman esperpento de paja
o insecto con aire en vez de sangre
o ademán grandilocuente y sin futuro.
Y ella canta secretamente su aria de nupcias con la vida
porque tiene la certeza de que todo finalmente tumba hacia la tierra.
Ya la Biblia y el polvo sostienen su teoría.
Pero hay algo en ella
-en todas, seguramente-,
hecho de pulso de intuición apresurada,
hecho de inocente pensamiento casi etéreo,
algo con capacidades angélicas más unidas al espíritu que a los libros.
Es entonces que la llaman ladrona vehemente,
merecedora de nadie.
La nombran boya cínica en la sabana,
roca a pulir lo antes posible.
Y sin embargo ella insiste en merecer su cuota de paz,
imagina prole saliéndole del pecho como una guirnalda en su sorpresa.
Patricia pedirá,
demandará,
ahondará en su condición de poeta transparente,
cortará las lunas de su invierno,
mecerá la lengua en canción de cuna permanente.
Patricia embestirá su tiempo aunque le caiga el cielo encima,
modelará polleras de alegría,
inundará de espejos su ceguera como en la calle de los gatos.
En días de una sola nube ella inundará su casa,
su vientre,
su bienestar de burguesa arrepentida.
Pretenderá su profunda malla de cicatriz infranqueable
aunque la imaginen pájaro sucio en la tormenta,
le adjudiquen reacciones primitivas,
y la destrocen por fin y para el bien de todos
en la ladera última de la ciudad donde recuerda.
© Patricia Díaz Bialet posted by Gustavo Tisocco in
NO SOY MUJER DE ESTAR ENTRE LAS OLLAS
... y la obligo a reinar,
a avanzar segura y espléndida
a apresar bravamente
las palabras amantes o guerreras
y a desdeñar las otras.
Amelia Biagioni
No soy mujer de estar entre las ollas
Ni siquiera incipiente prostituta
Convivo con el hombre hasta que aguanto
Hilvano pesadillas de trabajo en ésta mi ciudad ambivalente
Mi perra es el alma que se cuela entre la nube en plenilunio
El río, mi más perverso compañero
-cada mañana recuerdo cómo fue lanzado el cubo de agua en los que ya no regresan-
Rindo homenaje a mi hartazgo ante la utilidad de las cosas
Hago lo opuesto de lo que necesito
No sirvo para las tretas de la vida
Ni para la tediosa albúmina que abreva en mi pena
No sirvo para tamaña procesión de guerra
Para la locuaz enmienda del dinero
Para la sobrevida
Los lujos
O la madeja de pánico que se entromete en mi sueño
Entonces creo que el abrirme a vos es necesario
Pero nunca suficiente
Yo necesitaría un hombre ángel
Alguien que amordace el tiempo subterráneo que me nace
El palmo de frescor que me regrese al revés de la noche
Y finalmente un lugar esponjoso en donde hundirme para siempre
DE CUANDO APRENDÍ A NO AMAR
Ya no estoy aquí
No he cambiado de lugar
Pero ya no estoy aquí
Vasko Popa
y entonces los demás me atraen me cobijan me gobiernan
pero bien internado en mi muslo hay algo de avestruz que huye
algo de vértigo profundo de malabar equivocado
por eso algo de mí
no todo
algo de mí se despedaza se quiebra se anquilosa
y regresa serenamente con sus escombros a su lugar de animal doméstico
y también algo de mí se yergue en caja de bestia
y me lanza estrepitosa hacia tu cuello erguido
hacia tu siemprenunca transparente en la promesa
algo de mí se evapora cuando me atraen me cobijan me gobiernan
cuando en este mismo sillón el dedo infame me corrompe
cuando justo debajo de tus glúteos se desenvuelve la parsimonia exacta
cuando entreveo vellos en septiembre
hombres duchas jabones diezmados en fricción tremebunda
por eso declaro que algo de mí
no todo
se repone a sí mismo el coto de ciervos malheridos
algo de mí se fuga envuelto en palabras
mientras miento felizmente en descaro de ahogo
y vuelvo a abofetear el aire
y me elevo desierta de mí
como se eleva el alma de celofán de los niños cuando mueren
Patricia Díaz Bialet
Más poemas de la autora, y su VC, pueden verse también en mi Blog Cultural Sherezade, 20 y 21 de diciembre
Brillante la poesía de Patricia.
ResponderBorrarQuiero agradecer, el libro recibido en mi domicilio. "Agualava". Ya comencé a compartirlo con mi audiencia en mi espacio de radio.
LT8 AM
pág web: www.lt8.com.ar
"Compañeros de la noche, madrugada de lunes a viernes de 1 a 5.
Un abrazo afectuoso