BOLIVIA:indígenas rechazan a tres ministras de MORALES:BRAVO!
Bolivia: Indígenas expulsan de su campamento a tres ministras de Evo
Un "grupo de avanzada" de la marcha que estaba armando el campamento "abucheó" a las funcionarias por la "soberbia" con que ha actuado el Gobierno de Morales con los indígenas, que fueron reprimidos violentamente por medio millar de policías el 25 de septiembre, tras la visita de varios ministros.
Martes 18 de octubre de 2011| por EFE/ Foto: EFE
Los indígenas bolivianos que se oponen a una carretera que atravesará un parque nacional rechazaron la ayuda que les llevaron tres ministras del presidente Evo Morales y las expulsaron del campamento donde pasarán la noche, antes de entrar este miércoles a La Paz.
Las ministras de Justicia, Nilda Copa, Desarrollo Rural, Nemesia Achacollo, y Transparencia, Nardi Suxo, llevaron ropa y alimentos al caserío de Urujara, en la entrada de La Paz, donde fueron abucheadas y obligadas a irse, informó la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (Cidob) en su sitio web.
Según la Cidob, un "grupo de avanzada" de la marcha que estaba armando el campamento "abucheó" a las funcionarias por la "soberbia" con que ha actuado el Gobierno de Morales con los indígenas, que fueron reprimidos violentamente por medio millar de policías el 25 de septiembre, tras la visita de varios ministros.
La vicepresidenta de la Confederación de Mujeres Indígenas de Bolivia, Judith Rivero, dijo a la radio Erbol que las ministras fueron echadas porque "ya no es hora de que vengan a hacerse las solidarias" con los caminantes, que cumplieron hoy 65 días de marcha pacífica desde la Amazonía.
“Les dijimos que nos esperen allá en La Paz, porque ellas no hicieron nada como mujeres, ni como madres, cuando los policías nos reprimieron el 25 de septiembre. Aquel día ellas debieron intervenir por nosotras, que fuimos golpeadas en el monte”, agregó Rivero.
El diputado indígena Pedro Nuni criticó que las ministras quieran “ofrecer una solidaridad” en la que ya “no creen” los nativos, mientras el Gobierno, “con la otra mano”, pretende enjuiciarlos por el supuesto “secuestro” del canciller, David Choquehuanca, obligado a caminar con ellos poco más de una hora la víspera de la acción policial.
Suxo confirmó que fueron echadas del campamento y culpó a empleados de la alcaldía de La Paz, controlada por el Movimiento Sin Miedo (MSM), hasta hace un año aliado de Morales y ahora en la oposición.
“Cuando nos disponíamos a entregar las vituallas al grupo de avanzada de la marcha, donde se encontraba el responsable de logística, los funcionarios municipales instigaron para que no podamos proveer la ayuda humanitaria a los niños, mujeres y adultos mayores”, dijo Suxo, según la agencia oficial ABI.
Los indígenas, que ya están a solo diez kilómetros de La Paz, partieron el 15 de agosto de la ciudad amazónica de Trinidad para exigir a Morales la suspensión definitiva de la carretera de más de 300 kilómetros que partirá en dos el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).
Los nativos superaron este martes el tramo más duro de su caminata contra esa obra financiada y construida por Brasil, al recorrer 27 kilómetros por el sector conocido como La Cumbre, a unos 4.500 metros de altitud.
Además de la violenta represión policial y los bloqueos de partidarios de Morales, la columna ha superado en los dos últimos meses una intensa campaña oficial para desprestigiarla y acusarla, sin pruebas, de estar al servicio de la derecha y el imperialismo.
Las ministras de Justicia, Nilda Copa, Desarrollo Rural, Nemesia Achacollo, y Transparencia, Nardi Suxo, llevaron ropa y alimentos al caserío de Urujara, en la entrada de La Paz, donde fueron abucheadas y obligadas a irse, informó la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente Boliviano (Cidob) en su sitio web.
Según la Cidob, un "grupo de avanzada" de la marcha que estaba armando el campamento "abucheó" a las funcionarias por la "soberbia" con que ha actuado el Gobierno de Morales con los indígenas, que fueron reprimidos violentamente por medio millar de policías el 25 de septiembre, tras la visita de varios ministros.
La vicepresidenta de la Confederación de Mujeres Indígenas de Bolivia, Judith Rivero, dijo a la radio Erbol que las ministras fueron echadas porque "ya no es hora de que vengan a hacerse las solidarias" con los caminantes, que cumplieron hoy 65 días de marcha pacífica desde la Amazonía.
“Les dijimos que nos esperen allá en La Paz, porque ellas no hicieron nada como mujeres, ni como madres, cuando los policías nos reprimieron el 25 de septiembre. Aquel día ellas debieron intervenir por nosotras, que fuimos golpeadas en el monte”, agregó Rivero.
El diputado indígena Pedro Nuni criticó que las ministras quieran “ofrecer una solidaridad” en la que ya “no creen” los nativos, mientras el Gobierno, “con la otra mano”, pretende enjuiciarlos por el supuesto “secuestro” del canciller, David Choquehuanca, obligado a caminar con ellos poco más de una hora la víspera de la acción policial.
Suxo confirmó que fueron echadas del campamento y culpó a empleados de la alcaldía de La Paz, controlada por el Movimiento Sin Miedo (MSM), hasta hace un año aliado de Morales y ahora en la oposición.
“Cuando nos disponíamos a entregar las vituallas al grupo de avanzada de la marcha, donde se encontraba el responsable de logística, los funcionarios municipales instigaron para que no podamos proveer la ayuda humanitaria a los niños, mujeres y adultos mayores”, dijo Suxo, según la agencia oficial ABI.
Los indígenas, que ya están a solo diez kilómetros de La Paz, partieron el 15 de agosto de la ciudad amazónica de Trinidad para exigir a Morales la suspensión definitiva de la carretera de más de 300 kilómetros que partirá en dos el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (Tipnis).
Los nativos superaron este martes el tramo más duro de su caminata contra esa obra financiada y construida por Brasil, al recorrer 27 kilómetros por el sector conocido como La Cumbre, a unos 4.500 metros de altitud.
Además de la violenta represión policial y los bloqueos de partidarios de Morales, la columna ha superado en los dos últimos meses una intensa campaña oficial para desprestigiarla y acusarla, sin pruebas, de estar al servicio de la derecha y el imperialismo.
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