ARGENTINA: Celebrando el cumpleaños de mi madre, Catalina Gerlo Galesi de Zabaleta Ormaechea, enterrada en el cementerio El Salvador, de Rosario.
Marta con su hijo escocés, Tomas Alejo Hinrichsen Zabaleta, en foto de su hija chilena. Yanina Andrea Hinrcihsen Zabaleta (c), en la Plaza de las Madres, ( Plaza de Mayo) , en Buenos Aires, Argentina, 2004
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by Monica Arrese
LA HIGUERA
Porque es áspera y fea,
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.
En mi quinta hay cien árboles bellos:
ciruelos redondos,
limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.
En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.
Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se visten...
Por eso,
cada verz que yo paso a su lado,
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
-Es la higuera el más bello
de los árboles en el huerto.
Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!
Y tal vez a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo, le cuente:
-Hoy a mi me dijeron hermosa.
Juana de Ibarborou
Mi madre, Catalina, (Campana, 22 Septiembre 1907- 7 de julio 1960, San Nicolás, y quien fuera también mi maestra de Primer Grado Inferior, en la Escuela Lainez de Bouquet, Gral Belgrano, Santa Fe, Argentina, me hizo recitar este tierno poema ( y cientos de otros!) muchas veces cuando yo era niña en las fiestas escolares. Murió prematuramente, sin conocer a sus nietos, algo que ambicionaba fervientemente... .
Porque es áspera y fea,
porque todas sus ramas son grises,
yo le tengo piedad a la higuera.
En mi quinta hay cien árboles bellos:
ciruelos redondos,
limoneros rectos
y naranjos de brotes lustrosos.
En las primaveras,
todos ellos se cubren de flores
en torno a la higuera.
Y la pobre parece tan triste
con sus gajos torcidos que nunca
de apretados capullos se visten...
Por eso,
cada verz que yo paso a su lado,
digo, procurando
hacer dulce y alegre mi acento:
-Es la higuera el más bello
de los árboles en el huerto.
Si ella escucha,
si comprende el idioma en que hablo,
¡qué dulzura tan honda hará nido
en su alma sensible de árbol!
Y tal vez a la noche,
cuando el viento abanique su copa,
embriagada de gozo, le cuente:
-Hoy a mi me dijeron hermosa.
Juana de Ibarborou
Mi madre, Catalina, (Campana, 22 Septiembre 1907- 7 de julio 1960, San Nicolás, y quien fuera también mi maestra de Primer Grado Inferior, en la Escuela Lainez de Bouquet, Gral Belgrano, Santa Fe, Argentina, me hizo recitar este tierno poema ( y cientos de otros!) muchas veces cuando yo era niña en las fiestas escolares. Murió prematuramente, sin conocer a sus nietos, algo que ambicionaba fervientemente... .
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by Monica Arrese
dijo desde Monytreal
ResponderBorrarqué belleza, Martita, qué ternura...
Nela Rio