HONDURAS: alli se vive un clima de terror
María Pía Matta (foto) es chilena, periodista y presidenta de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias América Latina y el Caribe (Amarc-Alc). Ella estaba en Honduras cuando reapareció Manuel Zelaya, alojada a escasos metros de la embajada brasileña. Matta salió por tierra de Honduras hacia El Salvador apenas fue levantado el toque de queda, el pasado jueves. Afirma que las movilizaciones populares continuaron y fueron duramente reprimidas.
-¿Cómo se aprecia la posición del gobierno golpista?
-Micheletti no quiere negociar, aunque ha dicho estar dispuesto al diálogo. Optó por el camino de la represión. Que haya sacado al Ejército a la calle es una demostración que busca la derrota de los partidarios de Zelaya. Desde el martes en la noche circulan autos particulares con civiles encapuchados y armados. Están secuestrando gente. La noche del miércoles y durante cuatro horas, los militares hostilizaron a la gente que está en la embajada con sirenas, ruidos de alta intensidad a través de altoparlantes, explosiones y encapuchados se descolgaron por las paredes vecinas a la casa de la embajada. Por momentos parecía que se trataba de una incursión al interior de la embajada. Esa misma noche desalojaron las casas más cercanas a la embajada.
-¿Y la población cómo vive esto?
-Hay un ambiente de terror. Los militares han detenido a mucha gente, la represión es masiva y selectiva al mismo tiempo. A muchos de los detenidos los llevan a un estadio en la periferia de la ciudad, a otros los llevan a cuarteles policiales o militares. Las personas que son detenidas por burlar el toque de queda y que no estuvieran participando de las protestas, las fichan y las liberan. Una parte importante de la población se quedó en sus casas, aterrorizada y sin alimentos, pues el toque de queda obligó a cerrar todo el comercio. No hay dinero circulante ni comida. Cuando levantaron el toque de queda por unas horas, el gobierno emitió un comunicado en que instó a la población a ir a los supermercados a comprar, ¿pero quién podía ir? Sólo los que tenían dinero, los más acomodados. ( Fuente La Nacion, Chile, 27 /9).
Comentarios
Publicar un comentario