ESPANA: una periodista norteamericana inquieta y disciplinada:VIRGINIA COWLES
La guerra con tacones
Por: Amelia Castilla21/02/2011
Fue una corresponsal intrépida y le toco vivir un momento histórico tan terrible como apasionante. Virginia Cowles (Vermont 1910-Bordeos 1983) entrevistó a Mussolini, asistió a uno de los multitudinarios discursos de Hilter en Nuremberg, conoció a Stalin y cubrió la entrada de los alemanes a París, pero todo eso sucedió tras foguearse como reportera en la Guerra Civil española. "Carecía de cualificación profesional, salvo la curiosidad. Cuando estalló la contienda vi la oportunidad de ejercer el periodismo más arriesgado", cuenta la reportera en Desde las trincheras, Virginia Cowles, una corresponsal americana en la Guerra Civil española ( Siddhart Mehta Ediciones), en el que relata sus impresiones como periodista en 1937 cuando visitó nuestro país publicando crónicas sobre los dos bandos.
El libro, titulado Looking for Trouble, se publicó originalmente en 1940, cuando contó la historia de su vida como corresponsal y ahora ha sido reeditado ahora en inglés y español como homenaje a la periodista aunque en la edición española sólo se han recogido las crónicas referidas a España. La carrera de Cowles como escritoria comenzó redactando piés de fotos pero enseguida prosperó y comenzó a publicar artículos en el grupo Hearst. Tan intrépida como coqueta, se cansó pronto de escribir artículos de viajes y no tardó nada en presentarse voluntaria para cubrir en primera línea la guerra española. En Madrid hizo amistad con Martha Gelhorn y Ernest Hemingway y cuentan que no solía bajarse de sus tacones salvo para las visitas que realizó al frente. Sus reportajes sobre los bombardeos en Madrid merecen ser leídos para descubrir un nuevo punto de vista sobre lo ocurrido. Una de sus crónicas, de treinta páginas sobre lo que ocurría en la ciudad, comenzaba así: "Los obuses no silban. Tampoco chillan. Suenan como el vapor expulsado de un motor, lento al principio, después con una exhalación desesperada y una explosión atronadora". Con ocasión de otro de los bombardeos que sufrió la capital, en medio del pánico y de la gente corriendo a esconderse escribió: "Las únicas personas que se negaron a moverse fueron las mujeres que se encontraban en la cola de una panadería".Cowles se propuso no dejarse ganar por ningún bando: "La objetividad no se toleraba". Escribió sobre la caída de Santander, desveló que en España había más de 10.000 alemanes, calificados como "técnicos" y asistió a uno de los juicios sumerísimos en los que se firmaban sentencias de muerte cada pocos minutos pero también fue muy precisa sobre la censura y el control al que eran sometidos los textos que enviaban los corresponsales en el lado republicano. "En cuanto a las atrocidades, probablemente ambos bandos estaban a la par, pero el espíritu de venganza en Salamanca era mucho más violento que el de Madrid. Con un sistema que alentaba a los ciudadanos a denunciar a sus vecinos, las sopechas se habían vuelto tan extremas que cualquier comentario inofensivo se desvirtuaba".
Extractado de El País, y amablemente enviado por el periodista francés Patrick Gerassi
Extractado de El País, y amablemente enviado por el periodista francés Patrick Gerassi
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