ARGENTINA: sistema penal clasista y patriarcal
Por Claudia Hasanbegovic *
“Cuando en la práctica
quienes deciden matar a una mujer no son castigados, o cuando luego de
matar a cuatro mujeres –caso Barreda–, pocos años después se van a su
casa, la cultura de impunidad de los femicidios se irradia y muchas
veces genera nuevos crímenes. Eso, a su vez, condiciona a los
operadores, que influenciados por aquellos mitos, estereotipos y
prejuicios de género que atraviesan el fenómeno realizan intervenciones
que con frecuencia favorecen a los asesinos y contribuyen a la
impunidad”, sostuvo, el año pasado, Carlos Rozanski.
La sentencia del pasado 14 de junio, del Tribunal Oral Criminal Nº
20, a Eduardo Vásquez, por haber asesinado a su pareja, Wanda Taddei,
no parece contribuir adecuadamente a disminuir los femicidios, que son
el último acto de un proceso de actos intencionales de violencia de
género contra la mujer. Vásquez fue condenado a tan sólo 18 años de
prisión por haber aplicado el tribunal el atenuante de “emoción
violenta”. ¿Esta sentencia contribuirá a sembrar las semillas de nuevos
femicidios en nuestra sociedad? ¿Es apresurada esta pregunta cuando
sabemos que, desde que se difundió que Vásquez había quemado a Wanda
Taddei en febrero de 2010, 50 mujeres más fueron incineradas por sus
parejas o ex parejas según el registro del Observatorio de Femicidios de
la Asociación la Casa del Encuentro?
También nos preguntamos ¿por qué parece haber resistencias para
aplicar la máxima pena para homicidios calificados donde los hechos han
sido reconocidos y se encuadran en una relación marcada por la violencia
de género contra la mujer? ¿Por qué no se consideró el femicidio de
Wanda Taddei en su implicancia social, de entonces y futura? ¿La pena de
“cadena perpetua” prevista en el proyecto de modificación del Código
Penal para incorporar el agravante de femicidio aprobado por la Cámara
de Diputados el 16 de abril pasado (actualmente en análisis en el Senado
de la Nación) se aplicará o quedará solamente en el texto de la ley?
Las sentencias no son sólo para los sentenciados, sino que también son
mensajes para toda la sociedad. Hace mucho que sabemos que el sistema
penal es clasista, discriminatorio y patriarcal, pero este sistema no es
un dogma de fe, ni una fortaleza inexpugnable. ¿Estarán las juezas y
jueces del fuero penal
dispuestos a democratizar el sistema desde adentro brindando más
protección y justicia a las mujeres? ¿Cumplirán, como ya muchas juezas y
jueces lo están haciendo, con la Convención Interamericana para
Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer?
* Doctora en Políticas Sociales, Master en Mujer y Desarrollo,
abogada y docente de la Universidad Nacional de San Martín. Coordina el
Equipo de Investigación Feminista en Género, Derecho y Justicia Social.
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La Dra Hasanbegovic es miembra pionera del Grupo de Trabajo del CEISAL que coordino.
Dra. Marta R. Zabaleta
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