Poesía de Gladys Ilarregui y Fotografia de Yanina Hinrichsen

De esta manera, no hay algo como un signo

Homenaje a Zygmunt Bauman

No hay nada que indique un camino seguro

es una mano que se abre o se cierra, el mundo ataca

la luz se prende de golpe, el bebé aprieta los ojos

la mujer de cabellos rojos imita la aurora,

y lo peor, los viejos son ignorados como si no

estuvieran allí, y aún respiran y duermen.

¿Qué hicimos con esa sensibilidad que dolía

como un dolor de párpados?. ¿Qué territorio

atravesó la respuesta segura?. Todo titubea

se acaba y comienza como un llanto inesperado.

De esta manera, no hay algo como un signo.

El lugar puede ser una nube, el tiempo puede ser

una escalera rota, saber a dónde vamos puede

ser un reloj dormido en la tierra.

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Versos a contracorriente

el esplendor:

cuando te dice ven , corre hasta agotarte,

cuando te dice cambia, quédate fijo

cuando estés a punto de confesar un milagro

escóndelo debajo de la almohada, dale tiempo

no sea que el milagro sea una lucecita

una chispa a punto de apagarse.

Si es milagro, se alzará milagroso

entre las cuatrocientas manos desnudas

que celebran lo auténtico, porque no quieren

ocultar sus rayas o sus líneas, los peces de tus manos

sus escamas radiantes, los ojos fijos del trabajo

la pesadez de la intemperie, esas manos exigen

otras manos, y se alzan contra todo lo visto,

se alzarán imprevistas, traspasadas de tiempo

de potencia,

              de resplandor amenazante.

Gladys Ilarregui

De la antología “Veinte veces luna es poesía”

Colección Libros de la Luna, Santo Domingo 2012

Editor general: Rei Berroa


Fotografia de Yanina Hinrichsen de su colección LONDON TOWN(c)UK, 2012