ITALIA: matemática y revolucionaria Emma Castelnuovo

Las matemáticas son una herramienta para alcanzar la justicia social y la igualdad; las matemáticas son creadoras de cultura e impulsoras del cambio: esto es lo que diría Emma Castelnuovo acerca de las matemáticas, una disciplina científica que estudió y amó profundamente, y a la que dedicó toda su vida.

Emma Castelnuovo.

Emma Castelnuovo nació en Roma en 1913. Gracias a su padre Guido, matemático muy conocido, desarrolló una pasión por las matemáticas que la llevó a graduarse en matemáticas en 1936. Empezó a trabajar en la biblioteca del Instituto de Matemáticas, inaugurado poco antes, en la nueva Ciudad Universitaria de Roma (llamada ahora “La Sapienza”) y se dedicó a la catalogación de textos antiguos. Durante los dos años de trabajo en la biblioteca, desarrolló el interés por la historia de las matemáticas y, además, por la didáctica de las matemáticas.

En 1938 se lanzaron en Italia las leyes raciales fascistas que impidieron a Emma, judía, seguir trabajando en la biblioteca y que le impidieron, además, empezar a trabajar como profesora de colegio, a pesar de haberle sido asignada ya una plaza. Durante la guerra y hasta la liberación de Roma vivió en la clandestinidad escondiéndose en casa de personas amigas, en hospitales y en institutos religiosos.

Terminada la guerra, Emma comenzó su actividad de investigación, divulgación y activismo: se trataba de un trabajo constante, apasionado y audaz, que caracterizaría su vida desde ese momento en adelante. Fundó el Instituto Romano de Cultura Matemática, organizó encuentros, charlas y debates, creó una red internacional de matemáticos, físicos y expertos de pedagogía, psicología y didáctica. Su objetivo y el de sus compañeras y compañeros era muy concreto y extremadamente ambicioso: revolucionar la enseñanza de las matemáticas en la escuela pública italiana (ella y sus colaboradores se dedicarían, sobre todo, a reformar la enseñanza de las matemáticas en el ciclo escolar “medio inferior”, para los jóvenes desde los 11 hasta los 14 años).<

La propuesta de Emma, elaborada y publicada a lo largo del tiempo en numerosos artículos y libros, era, primero de todo, abandonar el uso axiomático de la geometría euclídea y, en su lugar, introducir un método nuevo que invirtiera el proceso de aprendizaje que había caracterizado la enseñanza escolar hasta entonces. La geometría euclídea, tal y como era presentada en clase, forzaba la introducción de entidades abstractas y, a partir de ellas, la deducción y enumeración de las propiedades asociadas a estas entidades. El método que Emma proponía, al contrario, era utilizar objetos concretos y en movimiento y, a partir del uso y de la observación de estos, estimular la intuición del alumnado. Las y los estudiantes que manejaban y jugaban con objetos concretos eran llevados, afirmaba Emma, a formular hipótesis y a descubrir, por su cuenta, las propiedades geométricas propias de estos objetos. El aprendizaje tendría entonces un carácter intuitivo, natural y progresivo, y lo aprendido sería mejor interiorizado. Se promovería así un pensamiento crítico en el alumnado y, además, se impulsarían su creatividad e independencia.

El método y las prácticas propuestos por Emma Castelnuovo tuvieron enorme éxito y difusión, y su labor fue reconocida a nivel nacional e internacional: en 1968 el estado italiano la condecoró con el título honorífico de “ufficiale della Repubblica”; en 1979 fue nombrada en la comisión parlamentaria dedicada a la reforma de los programas escolares; de 1979 a 1981 fue vicepresidenta y luego presidenta de la CIEAEM (Commission internationale pour l’étude et l’amélioration de l’enseignement des mathématiques).

Captura de pantalla de la Lectio Magistralis de Emma Castelnuovo (2007).

En 2007 Emma impartió una Lectio Magistralis para inaugurar la primera edición del festival italiano de las matemáticas, en Roma. En su charla trazó la historia de su vida y, a la vez, la de su pasión por la enseñanza de las matemáticas. Elegante y precisa, concluyó su charla con las siguientes palabras:

La enseñanza de las matemáticas ayuda a nuestros alumnos, especialmente a los que vienen de países lejanos, a aprender nuestra lengua. No es la asignatura de literatura, demasiado rica en palabras y expresiones, sino la de matemáticas, que tiene pocas palabras y se compone de un lenguaje reducido pero a su vez vivo, la que les permite aprender la lengua. Y nuestros alumnos se esfuerzan para hablar el idioma correctamente, para ayudar a sus compañeros extranjeros. Si solamente fuera este el objetivo de la enseñanza de las matemáticas, si solamente fuera dar una humanidad y una ayuda a estos jóvenes que vienen de países de los que conocemos las condiciones, si solamente fuera este su objetivo, yo creo que deberíamos realmente agradecer la enseñanza de las matemáticas.

Emma Castelnuovo falleció en Roma el 13 de abril de 2014; tenía casi 101 años. Entre sus últimas voluntades: dejar su biblioteca, que ella misma definía la más grande de didáctica de las matemáticas y de alta pedagogía, al “Movimiento por la cooperación educativa”, una asociación que se dedica a la enseñanza y al apoyo de las y los profesores.

Referencias

  • Degli Esposti, Carla y Lanciano, Nicoletta, Emma Castelnuovo, Treccani Dizionario Biografico degli italiani (consultado 5 de noviembre de 2018)
  • Linguerri, Sandra, Emma Castelnuovo, Università di Bologna Scienza a due voci. Le donne nella scienza italiana dal Settecento al Novecento (consultado 5 de noviembre de 2018)
  • La Lectio Magistralis a la que se hace referencia en el texto (video): parte I y parte II

Sobre la autora

Nastassja Cipriani es doctora en matemáticas, investigadora en ciencia y género, divulgadora científica (El Laboratorio de Medea) y feminista. 

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